Álbum

TSHA

Sad GirlNinja Tune-[PIAS] Ibero América, 2024

Para presentar “Capricorn Sun” (2022), su debut, Teisha Matthews se embarcó en una gira realmente ambiciosa, acompañada de una banda que trataba de alejar su repertorio del club y situarlo de forma sólida en los territorios del live sin perder impacto, pegada, bailabilidad. Por culpa de aquello aprendió a tocar el bajo, se empezó a manejar con la batería. Y quizá entendió que lo que ella prefería era ser artista, más que DJ o productora, y que en ese entorno más colaborativo se encontraba mejor. Su segundo trabajo, “Sad Girl”, va absolutamente en esa línea: está construido fundamentalmente con su propia voz y la de distintos colaboradores, y todas le han servido para recrear, a su manera, algunos de los hits dosmileros con los que se crio escuchando; mantener ella el control de la composición y la producción le da, de alguna forma, la libertad creativa que necesita, además de validarla ante cierto tipo de público más reacio a las mesas de mezclas.

En su revisión nostálgica, no extraña reconocer por tanto trazas de electro (“Girls”), de chill (“Drive”), de euro-house (buena horterada es “Green”), de EDM (“In The Night”), de R&B timbalandiano (“In Bloom”) o de un drum’n’bass atmosférico (“Can’t Dance”). Pero, sobre todo, melodías que pueden recordar a los tiempos más eufóricos de artistas mainstream como Taylor Swift, Lady Gaga o Florence + The Machine, incluso la Charli XCX más contemporánea, que resuenan en temas como “Girls” (con la colaboración vocal de la cantante británica Rose Gray), “Green” o “Sweet Devotion”, que por su parte se encuentra sutilmente en la línea house rítmicamente eufórica y pistera de Peggy Gou.

Esta dirección hit, Y2K, y por lo tanto claramente pop y nostálgica, la separa en cierto modo de los progressive breaks que marcaban “Capricorn Sun”, un trabajo que era fácilmente alineable con Bicep, y en el difícil equilibrio entre mantenerse actualizada y underground (edita Ninja Tune, que no se nos olvide), llegar al big room y servir emoción y euforia, en general, empieza a naufragar “Sad Girl”. Desde el principio la apertura homónima nos hace pensar en Fred again.., con ese spoken word por parte del poeta londinense Dan Whitlam; en el clímax, “Azaleas”, que empieza en balada y se quiere poner experimental hacia el final, termina de confirmarlo: los impulsos por convertir producciones en canciones, junto a la búsqueda fácil de la emoción y un revestimiento alternativo y cool para los temas, son comunes a todas las canciones del segundo álbum de TSHA.

Tampoco ayuda, y aunque sobresalgan “In The Night” (pese a todo tiene un flow Jamie xx, y recuerda algo a una interpretación propia del “You’ve Got The Love”), una “Drive” que recupera el ánimo progresivo o esa “Fight” que se pone en plan Underworld, ácida, ravera y tech-housera, la sensación de batiburrillo general. O esperpentos del nivel de “Take”, interrumpida innecesariamente por arranques de teatralidad. La fuerza que puede coger “Sad Girl” durante sus primeros compases se desinfla rápido y deja el disco en una tierra incierta: sin llegar a ser lo suficientemente pop, ni lo suficientemente house, ni lo suficientemente progresivo, ni lo suficientemente interesante… y ni siquiera lo suficientemente electrónico. ∎

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