A ver, lo de Two Shell ya es un poco pasarse de la raya. Y eso a muchos le parecerá genial, estupendo; como todo lo que hace el misteriosísimo dúo británico, vanguardista y adelantado. Y a otros les parecerá un vacile. Y un poco todos tendrán razón. A día de hoy, y desde aquella erupción excitante de 2021 que fue “home” (donde sentaban unas bases musicales que realmente no han divergido enormemente: un enfoque hyperpop, ultradigital, glitcheado y fragmentado del corpus rave), ya no sabe uno qué pensar porque han hecho de la ambivalencia una marca demasiado estricta: han satisfecho expectativas tanto como las han dinamitado, han jugado al despiste con el propio público y con periodistas… y, sobre todo, han querido hacerlo siempre a dos bandas.
Este bivalvo se protege en su concha de anonimato, pero cierra entrevistas que venden cercanía y sinceridad con medios top, y luego manda un par de suplentes a dar respuestas preparadas y contradictorias. Promete un álbum y lo que ofrece es un pincho USB de precio variable y contenido totalmente sorpresa, potenciando lo especial e irrepetible de su propuesta, pero también dejando por el camino absolutos desastres que, repito, muchos se tomarán como una broma genial, pero muchos otros no. De repente lanza un debut largo al uso en una discográfica potente como Young (aunque se permiten el lujo de glitchearles la fuente), pero manda versiones diferentes a prensa para perturbar el resultado de las reviews. Es capaz de marcarse una Boiler Room inolvidable y después aparecer en uno de los escenarios principales de un festival y dar un show cacofónico y desastroso que en el fondo cuestiona muchas cosas sobre el propio asistente y en cierto modo busca ponerle en un aprieto: ¿estás aquí porque estás disfrutando o estás aquí porque se supone que es donde debes estar? Ya lo vimos en el Primavera Sound y yo acabo de volver a ser testigo en el festival de Turín C2C, donde clausuraron el escenario principal con un show no anunciado que se mantuvo en el mayor de los secretos hasta que el dúo (o más bien el par de minions elegido para suplantarles en esta ocasión) apareció detrás de la mesa… y que fue bastante caótico y desagradable en sus mezclas aparentemente aventuradas de temas de The Prodigy o Avril Lavigne, en lugar de lo que “debería haber sido” una presentación por todo lo alto de un trabajo que han lanzado hace un par de semanas.
Al final parece que todo gira sobre esto: Two Shell no están dispuestos, en general, a comportarse como se debe en esta industria, y por eso a veces recurren a novatadas de nivel universitario; no están dispuestos a ser lo que deberían ser ni a hacer lo que deberían hacer. Y si sacan un disco que todos esperan como un disco, realmente va a funcionar como una extensión de su propia intención destructivista y efímera. En parte lo han conseguido. Two Shell juegan a lo que hay que jugar, pero juegan como nadie juega. “Talk To Me”, por ejemplo, un temazo con FKA twigs que parecía funcionar como una carta de presentación perfecta para el homónimo “Two Shell”, al final no ha acabado apareciendo en el disco, y es tanta la sensación de volatilidad (y está uno tan acostumbrado a no dar por hecho con el dúo nada más allá de lo que tenga entre manos en ese momento; son una especie de bivalvo de Schrodinger) que ni reparas en ello hasta que le das una pensada de más.
Si todo esto funciona en lo musical es una pregunta que quizá también debería responder este álbum, y no lo hace del todo. Porque “Two Shell” arranca con un tramo de puro oro clubber, recorriendo en poquísimos minutos, apenas diez, el ambient trance más solemne y ominoso (qué corta se hace “</>”, y ojalá les diera por seguir más en esta dirección, también sugerida en la preciosa y apocalíptica “/inside//” entre voces robotizadas), el deep house, el garage, los breaks progresivos, el electro (“come to terms” es de lo mejor del álbum a nivel pistero), el riot electrónico del gqom, el dubstep (increíble “(rock✧solid)”), el patchwork diluido y el hyperpop (el viaje de “be gentle with me”). Pero después, y quizá voluntariamente, todo el conjunto empieza a disolverse, como si el sistema empezara a colapsar poco a poco, programa a programa. Y no es que se ponga demasiado experimental. De hecho, se echa de menos algo más de experimentación (aunque quizá un álbum no sea precisamente el formato para un dúo que, repito, parece querer utilizarlo como una tarjeta de visita mainstream). Es que literalmente se deshace en miles de fragmentos a los que es difícil encontrar un hilo conductor, algo que “Mirror” resume nítidamente: a algunos les flipará el flow, la sensación de algarabía en la que te sumergen… A otros les sonará insoportable.
Además, la dirección empieza a intuirse más emocional y enfocada a la gran pantalla, con un tema como “₊˚⊹gimmi it” (depende de donde pongas los simbolitos suena diferente, y la versión finalmente escogida para el álbum no es ni de lejos la mejor; de hecho, la versión lanzada como sencillo es más concreta y está mejor definida y acabada, un poco lo mismo que pasa con “Everybody Worldwide”, que tira demasiado de la sampledelia de pad de Fred again..
“Two Shell” va perdiendo, sorprendentemente, alma por el camino, y empieza a dejar de correr riesgos, a acomodarse en su interpretación del collage y la deconstrucción. “Stars..”, por ejemplo, podría funcionar como buen descriptor del sonido del dúo, pero languidece demasiado para que sea cierto. “dreamcast” tiene buenas ideas, pero falta elaboración en todas las secciones y al final parece quedarse inacabada, y algo similar pasa con “be somebody”: entre las dos no llegan a los siete minutos, pero abarcan sesiones enteras, pasando por muchísimos estados, llegando incluso a la balada a piano. La profunda “Mad Powers”, la más jungle de todas, la más dub, introspectiva y cerebral pero a la vez melódica y disfrutona, sí está mucho mejor realizada, pero llega en un momento en el que todo presenta la misma confusión, para bien y para mal. Y al final quizá esa es la idea de este trabajo: que parezca que Two Shell se toman esto en serio, pero que a la vez el vehículo para ello sea un showcase de todas sus contradicciones. Una nebulosa de glitches que oculte un mensaje principal sin importancia alguna. ∎