El pensador. Foto: David Black
El pensador. Foto: David Black

Entrevista

Andrew Bird: hay un hombre que lo hace todo

El estadounidense Andrew Bird ha hecho de la variedad estilística su seña de identidad. Tras la pandemia lanzó “Hark!” –algo parecido a un álbum de navidad– y “These 13” –en coordenadas bluegrass, blues y country, junto a su amigo Jimbo Mathus, con quien ya había tocado hace 25 años en Squirrel Nut Zippers–. Ha compuesto la música para la parodia de ciencia ficción de Netflix “La burbuja” y ha intervenido como actor en la cuarta temporada de la serie “Fargo”. Pero es ahora cuando ha publicado su auténtico “álbum de pandemia”: “Inside Problems”.

En una lejana entrevista con los hermanos Reid de The Jesus & Mary Chain publicada en estas mismas páginas (Rockdelux 35, noviembre de 1987), uno de ellos, William, me dijo esto: “Todos los monstruos del ‘rock business’ están atados a sus respectivas leyendas, cuando tenían 20 o 22 años, porque lo que han hecho después es pura mierda, obras menores”. Este no es, evidentemente, el caso de Andrew Bird (Lake Forest, Illinois, 1973), un tipo que empezó a despuntar ligeramente a los 30 años, con “Weather Systems” (Righteous Babe, 2003), su segundo álbum en solitario tras disolver la banda Bowl Of Fire. Desde entonces ha logrado mantener una tranquila travesía como cantautor, asociado tanto al folk como a eso que llamamos “indie rock” y que en realidad es el art rock de toda la vida.

Más curioso aún es que ha sido bien entrado en los 40 cuando ha publicado sus mejores discos. Uno de ellos, de hecho, lo tituló así: “My Finest Work Yet” (Loma Vista, 2019). Al todavía reciente “Inside Problems” (Loma Vista-Music As Usual, 2022) somos unos cuantos los que lo calificamos como su mejor trabajo y nos sirve para preguntas-broma del tipo “¿Cómo titularías hoy ‘My Finest Work Yet’?”, solo para volver a comprobar que nunca se es original: “Algunos me han sugerido que este disco debería llamarse ‘Just kidding, this is my finest work yet’”, afirma Bird a través del correo electrónico.

Formado con el violín –instrumento en el que se inició a los cuatro años, con el método Suzuki–, sus primeros pasos los dio como cantante y violinista en diversas bandas de jazz, entre ellas el recomendable grupo de neoswing Squirrel Nut Zippers, hasta que creó su propio combo de swing y jazz antiguo, Andrew Bird’s Bowl Of Fire. Con el cambio de siglo, dio un giro a su vida: dejó atrás Chicago, donde había vivido durante sus años de estudiante universitario, y se trasladó al viejo granero de la granja que sus padres tenían en Lake Forest, al norte de la Ciudad de los Vientos, en las cercanías del lago Michigan. El cambio de espacios aparejó un giro hacia el folk-rock. Sigue sin haberse convertido en estrella del pop, pero ha logrado transmutarse en un excelente cantautor multinstrumentista, admirado por una legión de fans poseedores de paladares exquisitos, que agradecen sus referentes clásicos –Nick Drake, John Cale o Don McLean–, su dicción nítida y la delicadeza jazzy de sus arreglos. Y no hemos dicho nada todavía sobre sus silbidos, máxima expresión de belleza y sencillez melódica que él domina como si fuera una de las bellas artes.

“La tecnología se ha convertido en un arma para destrozarnos con fines de lucro. Es tan insidioso como cualquier escenario de Philip K. Dick. Me preocupan esas cosas, pero no somos pasivos ni estamos impotentes ante su control”

El viejo granero lo dejó ya hace años para vivir la experiencia de Nueva York, que no le satisfizo: en la granja se acostumbró a la libertad de movimientos y al aire libre. Y no había nada peor para él que tener que hacer música en pisos estrechos y calles atestadas. Actualmente, y desde hace diez años, vive en Los Ángeles, en un chalé de Los Feliz, barrio situado en las colinas de Hollywood. Y de vez en cuando vuelve a lanzarse a los espacios abiertos: en su variada discografía también hay hueco para dos grabaciones instrumentales tituladas genéricamente “Echolocations”. La primera, “Echolocations: Canyon” (Wegawam, 2015), se grabó en el Parque Nacional de Glen Canyon, en Utah, en los cañones abiertos por el río Coyote Gulch. La segunda, “Echolocations: River” (Wegawam, 2017), se grabó muy cerca de casa, bajo el viaducto Glendale-Hyperion que salva las aguas del río Los Ángeles a su paso por la megalópolis californiana: un río canalizado muy cinematográfico, en algunos de sus tramos se han rodado secuencias inolvidables de películas como “Grease” (Randal Kleiser, 1978), “Terminator 2: el juicio final” (James Cameron, 1991) o “Drive” (Nicholas Winding Refn, 2011). Los planes para la serie “Echolocations” son menos ambiciosos que los anunciados en su momento por Sufjan Stevens con su serie de cincuenta álbumes sobre cada uno de los estados de la Unión –después de “Michigan” (2003) e “Illinois” (2005), reconoció que había sido “una broma”– y se limitarán a otros tres discos instrumentales: “City”, “Lake” y “Forest”.

Este nuevo álbum fue concebido durante el confinamiento. Si entre sus discos más recientes uno es fundamentalmente político –“My Finest Work Yet”– y el otro una colección de canciones navideñas –“Hark!” (Loma Vista, 2020)–, el nuevo es una reflexión más personal sobre mitos y realidades, el cielo y el infierno, las crisis mentales y cómo salir de ellas.

Un clásico contemporáneo. Foto: David Black
Un clásico contemporáneo. Foto: David Black

Se dice que “Inside Problems” es tu álbum pandémico. ¿Cómo te afectó?

Tenía el título en mente antes de la pandemia, pero fue escrito y grabado durante la misma, así que me volví más consciente de mi mundo interno a medida que los días se mezclaban unos con otros y había menos distracciones y viajes. Muchas horas tumbado en la cama, despierto, por la noche, podían también dar como resultado algo divertido y convertir la mente en un campo de juego para ideas de todo tipo.

“Inside Problems”, además del nombre del disco, es el título de una canción que parece que trata de la metamorfosis de las mariposas o de algún otro animal. La vida como una serie de procesos de muda. ¿Quieres decir cosas diferentes en la canción y en el disco?

Sí. También trata de la transpirabilidad de la piel o de las conchas de los moluscos o de las barreras que separan el exterior del interior. “Underlands” lo contempla a nivel planetario, “Inside Problems” a nivel más personal. A pesar de que nos aferramos a otros humanos, todos estamos básicamente solos, dentro de nuestros propios cuerpos. Las canciones son esas extrañas secreciones que se expulsan después de guisarse calladamente durante meses y años.

En “Atomized” dices varias veces: “Deja de culpar a la tecnología”. ¿Eres optimista sobre el futuro del mundo? ¿Te preocupa el control que pueden ejercer sobre nosotros los algoritmos, la inteligencia artificial o las aplicaciones de aprendizaje automático?

Me preocupan esas cosas, pero no somos pasivos ni estamos impotentes ante su control. La tecnología se ha convertido en un arma para destrozarnos con fines de lucro. Es tan insidioso como cualquier escenario de Philip K. Dick. Admito que ese verso puede parecer contradictorio, pero así es como quería que fuera.

“He leído mucho sobre la Guerra Civil en España. Muchos han utilizado esa tragedia para proyectar sus teorías y supongo que yo también lo estoy haciendo. Simplemente siento que expone el fascismo real de los intereses corporativos de Estados Unidos de una manera más cruda que, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial, y es una advertencia para que la izquierda deje de pelearse entre sí y cree un frente unido contra el fascismo”

“The Night Before Your Birthday” suena a Lou Reed, cuando normalmente suenas más a Jonathan Richman.

No estoy seguro de sonar como ninguno de los dos la mayoría de los días, pero me ha interesado la forma de recitar/cantar las letras. Escuchas con una parte diferente de tu cerebro cuando el tono y la melodía se difuminan. En lugar de sumergirte en la melodía, hay alguien que te habla, que te cuenta una historia, y la escucha es diferente.

“Fixed Positions” parece hablar de la mentalidad conservadora. Tú tienes 49 años. ¿Has sentido alguna vez la tentación de caer en ese tipo de mentalidad? ¿Qué crees que deberíamos hacer para evitarlo?

Lo ves en tus padres. Su universo se hace más pequeño cada año que pasa. Quieren proteger lo que han acumulado y la caja de resonancia de los medios de comunicación les dice que alguien va a venir a despojarlos de todo. Tú ves cómo está ocurriendo y debes estar atento y despierto para evitarlo. Dicen que hacer algo que nunca has hecho antes cada pocos días puede prevenir la demencia. ¿No es la xenofobia un tipo de demencia? Es aterradoramente normal.

Canciones nacidas del insomnio pandémico. Foto: David Black
Canciones nacidas del insomnio pandémico. Foto: David Black

He leído que en los primeros momentos de escribir la canción “Lone Didion” las palabras que te vinieron a la cabeza fueron “Ponce de León” –el descubridor español de Florida– y que no querías escribir una canción sobre Ponce de León, pero que sí estabas leyendo un libro de Joan Didion y de ahí salió la canción… Lo que me sorprende es que te viniera a la cabeza Ponce de León. Yo jamás he pensado en él. ¿Cómo es que te vino a la mente?

No tengo ni idea. Está en nuestros libros de historia de la escuela primaria. Es un nombre musical. Estaba buscando el tipo de palabras que encajaran con la forma de esa melodía específica y luego las sustituí por otras que significaran algo para mí.

En “My Finest Work Yet” hiciste una canción, “Bloodless”, sobre los momentos iniciales de la Guerra Civil Española. ¿Qué te llevó a hacerla? También hiciste una versión de “Andalucía” de John Cale, ¿fue por John Cale o por Andalucía, o por ambos? ¿Cuál es tu relación personal con España?

He leído mucho sobre esa época en España. Muchos han utilizado esa tragedia para proyectar sus teorías y supongo que yo también lo estoy haciendo. Simplemente siento que expone el fascismo real de los intereses corporativos de Estados Unidos de una manera más cruda que, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial –las compañías petroleras de Estados Unidos suministraban a Franco y cortaron el suministro a las fuerzas republicanas–, y es una advertencia para que la izquierda deje de pelearse entre sí y cree un frente unido contra el fascismo. Pero, respondiendo a tu pregunta, me encanta España y me parece que la gente es brillante y curiosa.

Sin embargo, no veo a España en su lista de próximos conciertos. Han pasado ya seis años desde tus últimos conciertos por aquí, en 2016.

Sí. Me gustaría poder tocar en España, pero solo puedo hacer los conciertos que hago en un verano.

“Necesito un lugar rural al que ir. Si dependiera totalmente de mí, viviría en las montañas. Ha sido más fácil conseguir ese equilibrio en California durante los últimos diez años. Soy muy feliz aquí”

“My Finest Work Yet” era un disco con mucho carácter social, si no político. Al menos canciones como “Sisyphus”, “Bloodless”, “Archipelago” o “Proxy War” lo son. Imagino que te salieron así por la era Trump. Pero ahora tenemos Ucrania o la ley del aborto en Estados Unidos….

“Inside Problems” tiene “Stop n’ Shop”, “Never Fall Apart”, “Make A Picture”, “Atomized”. La mayoría de mis canciones son políticas aunque parezcan personales.

No recuerdo ahora mismo a nadie más que haya hecho del silbido un elemento habitual de su composición musical. ¿Cómo se te ocurrió la idea de convertirlo en una especie de sello distintivo de tus canciones?

No silbaba en mis tres primeros discos. No se me ocurrió entonces. ¿Por qué algo tan informal como silbar iba a superar a un instrumento que me costó veinte años dominar? Sin embargo, silbo constantemente en mi vida cotidiana, así que ¿por qué iba a dejar de hacerlo cuando toco mis canciones?

¿Cómo fue trabajar como actor en la cuarta temporada de la serie “Fargo”? ¿Tiene planes de seguir actuando como un nuevo Steve Van Zandt?

Volvería a hacerlo. Cualquier cosa que suponga un reto y suponga actuar merece la pena intentarlo.

Viviste a las afueras de Chicago, en una cabaña de tus padres en el bosque durante mucho tiempo. Luego te mudaste, primero a Nueva York y después a Los Ángeles. ¿Dónde vives ahora y qué crees que ha supuesto para ti y para tu música vivir en grandes ciudades?

Necesito un lugar rural al que ir. Si dependiera totalmente de mí, viviría en las montañas. Ha sido más fácil conseguir ese equilibrio en California durante los últimos diez años. Soy muy feliz aquí. ∎

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