45 años después, aquí y ahora. Foto: Alfredo Arias
45 años después, aquí y ahora. Foto: Alfredo Arias

Concierto

Bad Religion, subidas y bajadas

Pocas bandas de punk pueden sentar cátedra en cuatro décadas y media de vida. Tal vez The Damned, U.K. Subs, Dead Kennedys y un puñado más de maestros. A Bad Religion se les atribuye la paternidad del hardcore melódico por sus voces celestiales, estribillos memorables y guitarras afiladas, como marca de la casa. Anoche en el Movistar Arena de Madrid volvieron a hacer sonar todo en buena conjunción para celebrar casi medio siglo de actividad, en el ecuador del tramo español de la gira “45 Years Doing What You Want”, que antes había pasado por Bilbao y A Coruña. Hoy tocan en Málaga, el viernes 16 en Valencia y el sábado 17 en Barcelona.

Discos como “Suffer” (1988), “No Control” (1989) o “Against The Grain” (1990) –nuestra compañera Laura Pardo profundiza en todo ello en esta Revisión– son considerados la Santísima Trinidad del punk melódico, así que tras estos intensos años de trayectoria no estaba de más darse un agasajo. Embarcados en esta gira de celebración se acompañaron de los canadienses Belvedere, que abrieron la espita de la fiesta con su efusivo hardcore melódico de la era 2.0. Fueron buen revulsivo para calentar los motores de los tarraconenses CRIM, que, tras sus aguardentosos himnos de vocación punk a lo Leatherface, le cedieron el testigo a los californianos Strung Out, quienes presentaron un set de fulminante precisión y aplastante energía con trallazos como “Too Close To See”, “Virginia Madison” o “Analog”. Los neoyorquinos Agnostic Front, compañeros generacionales de los cabezas de cartel, repasaron todas sus épocas, desde el crossover de “Cause For Alarm” a la etapa más hardcore de “Victim In Pain” o la más reciente de street punk, regalando disparos como “For My Family” y “Gotta, Gotta Go” para cerrar con “Blitzkrieg Bop”, de los Ramones. Aunque el guitarrista Vinnie Stigma haya perdido los papeles por sus problemas psicológicos y montara su peculiar circo sobre el escenario, llegando a cantar el clásico “Power”, aún mostraron suficiente arrojo para ofrecer un buen concierto.

Llegado el turno a los anfitriones de la fiesta, se presentaba difícil la tarea de aglutinar en hora y veinte minutos de concierto toda la vida de Bad Religion y de paso contentar al respetable con un set a la altura de la ocasión. Lo fácil hubiera sido sacarse todos los ases de la manga, pero los angelinos apostaron por un repertorio que, lejos de caer en lo previsible, asumió cierto riesgo sin llegar a rayar en lo anodino. Arrancar con “Recipe For Hate” ya es toda una muestra de valentía: ¿quién no hubiera tirado del cancionero de “Suffer” o “No Control” para refrendar el brillo de su época dorada y entrar por la puerta grande?

El gran legado del hardcore punk melódico. Foto: Alfredo Arias
El gran legado del hardcore punk melódico. Foto: Alfredo Arias
Con “Supersonic” pusieron el pie en el acelerador como antesala a “You Are (The Government)”, punto álgido de su cancionero. El viraje de 180° a la balada que es “Candidate”, de “Age Of Unreason” (2019), uno de los discos menos redondos de su trayectoria, avisó de que irían dando una de cal y otra de arena para poder tomar resuello cuando la cosa se pusiera muy cuesta arriba. Porque la edad puede resultar un hándicap para los reyes del punk melódico con alopecias galopantes, canas u olvidos freudianos mediante. La arrebatadora impetuosidad de “No Control” fue un espejismo para volver a la relajación de “Struck A Nerve” y de ahí pasar a “New Dark Ages”, otro tema inimaginable de “New Maps Of Hell” (2007).

El brío salió a relucir con “Modern Man”, ese alegato de misantropía que se antoja esencial en cualquier velada de los californianos. El tono trotón y de querencia casi country brilló con “My Sanity”, que dio relevo al sosiego de “Faith Alone”. De vuelta a la velocidad encararon “I Want To Conquer The World”, en su particular cruzada por imponer un poco de cordura en el género humano. Anecdótico fue el guiño a su primer álbum, “How Could Hell Be Any Worse?” (1982), con “Fuck Armageddon... This Is Hell”. Siguieron con el galope en “Fields Of Mars”, otra impensable pieza para un set de estas características. Y regresaron a esa piedra filosofal que es su icónico LP “Suffer” para abordar “Do What You Want”, otra de sus joyas de gala, seguida del músculo de ese contundente tema que da título a su álbum “True North” (2013). Retornaron a sus inicios con un vitamínico “We’re Only Gonna Die”, para luego recalar en “Generator” (1992), del que escogieron la distópica “Atomic Garden” para luego hacerse más fuertes con “You”, otro de los números esenciales que no pueden faltar en noches como esta.

Greg Graffin, sintiendo la fuerza. Foto: Alfredo Arias
Greg Graffin, sintiendo la fuerza. Foto: Alfredo Arias
En la recta final optaron por “Generator” y el atinado “21st Century Digital Boy”, más actual ahora, en plena era de redes sociales. El cantante Greg Graffin anunció un tema “para tú y para mícon la calmada "canción ligera" que es “Infected”, pero luego nos descolocaron nuevamente con el medio tiempo de aires vaqueros “Cease”, y pusieron la pica con la energética “Fuck You”. Aún tuvieron tiempo de despacharse dos bises: “Sorrow”, con ese arranque de reggae y tono saltarín con reminiscencias celtas, y, finalmente, para cerrar el broche de oro de la velada, “American Jesus”, un himno esencial ahora que revivimos con estupor la disparatada legislatura de Trump en el País de la Libertad. El bajista Jay Bentley agradeció a Agnostic Front su presencia en una noche tan especial como esta, y apostilló: “Es muy bonito después de 45 años estar con vosotros y volver a casa”. Todo un piropo viniendo de parte de la sección rítmica más melódica del planeta punk. ∎

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