Discos como “Suffer” (1988), “No Control” (1989) o “Against The Grain” (1990) –nuestra compañera Laura Pardo profundiza en todo ello
en esta Revisión– son considerados la Santísima Trinidad del punk melódico, así que tras estos intensos años de trayectoria no estaba de más darse un agasajo. Embarcados en esta gira de celebración se acompañaron de los canadienses
Belvedere, que abrieron la espita de la fiesta con su efusivo hardcore melódico de la era 2.0. Fueron buen revulsivo para calentar los motores de los tarraconenses
CRIM, que, tras sus aguardentosos himnos de vocación punk a lo Leatherface, le cedieron el testigo a los californianos
Strung Out, quienes presentaron un set de fulminante precisión y aplastante energía con trallazos como “Too Close To See”, “Virginia Madison” o “Analog”. Los neoyorquinos
Agnostic Front, compañeros generacionales de los cabezas de cartel, repasaron todas sus épocas, desde el
crossover de “Cause For Alarm” a la etapa más hardcore de “Victim In Pain” o la más reciente de street punk, regalando disparos como “For My Family” y “Gotta, Gotta Go” para cerrar con “Blitzkrieg Bop”, de los Ramones. Aunque el guitarrista Vinnie Stigma haya perdido los papeles por sus problemas psicológicos y montara su peculiar circo sobre el escenario, llegando a cantar el clásico “Power”, aún mostraron suficiente arrojo para ofrecer un buen concierto.
Llegado el turno a los anfitriones de la fiesta, se presentaba difícil la tarea de aglutinar en hora y veinte minutos de concierto toda la vida de
Bad Religion y de paso contentar al respetable con un set a la altura de la ocasión. Lo fácil hubiera sido sacarse todos los ases de la manga, pero los angelinos apostaron por un repertorio que, lejos de caer en lo previsible, asumió cierto riesgo sin llegar a rayar en lo anodino. Arrancar con “Recipe For Hate” ya es toda una muestra de valentía: ¿quién no hubiera tirado del cancionero de “Suffer” o “No Control” para refrendar el brillo de su época dorada y entrar por la puerta grande?