Cuerdo después de tantos años. Foto: Fernando Young
Cuerdo después de tantos años. Foto: Fernando Young

Entrevista

Caetano Veloso: “Los jóvenes pueden enseñarme más cosas a mí que yo a ellos”

“Meu coco” es el primer disco con composiciones nuevas de Caetano Veloso en casi una década y una demostración más de que su imaginación sónica (y compromiso político) está muy lejos de secarse. Hablamos con el músico brasileño sobre los sonidos de su país y el abrazo intergeneracional al que se entrega su arte.

Justo antes del año nuevo, Caetano Veloso anunció por las redes que había dado positivo por COVID-19. En un gesto típico de la leyenda de la música brasileña de 79 años, conocido desde el revolucionario movimiento tropicalista por su música poética de protesta, aprovechó la ocasión para criticar al presidente brasileño Jair Bolsonaro por su política de antivacunación, específicamente por las trabas que quiere imponer para que los menores de entre 5 y 11 años se vacunen. “Que el Estado brasileño se libre de este gobierno”, escribió Veloso, quien comunicó a sus fans que se encontraba bien, gracias a tener puestas las tres dosis de la vacuna.

En su último disco, Meu coco” (Sony, 2021), entre una canción dedicada a su nieto recién nacido y otra sobre el poder adictivo de internet, Veloso también apuntó directamente a Bolsonaro en un tema que repite la frase “no voy a permitir (que hagas lo que quieres)”.

Veloso ganó el Grammy Latino a la Grabación del Año el pasado noviembre, aunque no por “Meu coco”, publicado demasiado tarde para ser nominado en 2021, sino por una balada acústica cantada con su hijo de 24 años Tom Veloso, derrotando así a C. Tangana, Pablo Alborán y Andrés Calamaro & Julio Iglesias, entre otros, en una categoría dominada por artistas urbanos y estrellas de pop que cantan en español.

“Meu coco”, que sin duda estará presente en los Grammy de 2022 (Caetano ya acumula 13 Grammy Latinos y dos Grammy), fue grabado durante el confinamiento, junto a sus hijos y con buenos amigos. En una entrevista por correo con Rockdelux, el músico nos habla de trabajar en familia –“creo que las generaciones jóvenes están mejor cualificadas para enseñarme a mí que yo a ellas”–, el misterio de la música brasileña y su rol en la salvación del mundo.

En son de paz... menos con Bolsonaro. Foto:  Aline Fonseca
En son de paz... menos con Bolsonaro. Foto: Aline Fonseca

Has descrito “Autoacalanto”, uno de los temas de “Meu coco”, como un retrato de tu joven nieto. Se trata de una canción realmente dulce y emocionante. ¿Dirías también que es una expresión de lo que sientes cuando estás con él? ¿La has tocado delante del bebé? ¿Cómo reaccionó?

Me gusta mucho esa canción en concreto, es casi tan dulce como el propio Benjamin. Es un niño increíblemente inteligente y sensible, reacciona al tema al igual que la canción misma es una reacción a él.

Las letras del disco están repletas de nombres. ¿Sueles pensar en personas concretas cuando estás componiendo una canción?

En realidad, es sencillamente que me encantan los nombres, como digo en “Língua”. En los 80 hice un disco llamado “Cores, nomes” (Philips, 1982) –en castellano: “colores, nombres”–. Un amigo me comentó que “Meu coco” debería llamarse “Nomes, nomes”.

Hay al menos una composición en el disco que sí tiene un destinatario específico: Jair Bolsonaro, que te inspiró la canción protesta “Não vou deixar”. ¿Puedes hablarme de los sentimientos que te llevaron a escribirla?

La letra repite la frase “No voy a permitir (que hagas lo que quieres)”. Y digo: “No lo haré porque puedo cantar / Y conozco gente que canta mucho mejor que yo”. Me faltó poco para gritarlo a la pantalla de televisión cuando vimos en el recuento de votos que Bolsonaro iba ganando las elecciones. Un muchacho, hijo de un amigo, estaba al lado nuestro y cuando me oyó exclamar eso con tanta rabia dijo: “Oh, oh, ¡el abuelo está nervioso!”.

“La letra repite la frase ‘No voy a permitir (que hagas lo que quieres)’. Y digo: ‘No lo haré porque puedo cantar / Y conozco gente que canta mucho mejor que yo’. Me faltó poco para gritarlo a la pantalla de televisión cuando vimos en el recuento de votos que Bolsonaro iba ganando las elecciones” 

La música brasileña es un mundo misterioso para las personas que no están familiarizadas con el país. ¿Qué ritmos o estilos de tu folclore están presentes en “Meu coco”?

Brasil es un gigante mestizo que habla portugués: eso lo hace siempre misterioso de un modo u otro. En el disco se puede escuchar una “samba transformada” en el tema titular. También funk carioca en “Não vou deixar”. Y hay ritmos de los grupos afro del carnaval de Bahía en “Pardo” y “Noite de cristal”. Todo esto son aspectos de un misterio esencial.

A lo largo de tu medio siglo de trayectoria has revolucionado el sonido de la música brasileña. ¿Dirías que los sonidos de Brasil han sabido encontrar un equilibrio entre evolución y tradición?

La mayor parte del tiempo, sí. A veces es saludable, otras veces no es tan vital, pero en la mayoría de casos estos cambios saben mantener el misterio.

En algunas ocasiones has hablado del amor que los brasileños sienten por sus canciones populares. ¿Cómo de enraizado está ese afecto? ¿Forma parte de la vida cotidiana?

Desde luego. Los brasileño siempre han vivido cantando y escuchando canciones, la mayor parte de ellas del país.

Leyenda de la música universal. Foto: Fernando Young
Leyenda de la música universal. Foto: Fernando Young

En el tema “Enzo Gabriel” le preguntas esto al protagonista de la canción: “¿Qué rol desempeñarás en la salvación del mundo?”. Hoy en día, con la crisis climática, la pobreza, la violencia, la represión por parte del Estado… creo que todos nos hacemos esa pregunta a nosotros mismos.

Sí. Hay melancolía en el aspecto melódico de la canción, en el ritmo e incluso en la pregunta que aparece en la letra. Creo sinceramente que Brasil tiene la misión de salvar el mundo.

¿Y cuál sería tu papel en esta misión? ¿Todavía crees que una canción puede ser una herramienta para el cambio, o incluso para la salvación?

Ser capaz de cantar ya es algo. Pero creo que mi papel se debe a mi fe tozuda en que hemos de completar esa misión.

Eres uno de los artistas brasileños más célebres, una figura reconocida internacionalmente. Desde la época del tropicalismo siempre has ido por libre. Hoy, con tanto algoritmo y redes sociales, los artistas son más conscientes que nunca de lo que la gente hace a su alrededor. ¿Qué consejo le darías a un joven músico que quiere expresarse a su manera pero siente la presión de formar parte de una moda para tener éxito?

Desde mis inicios he escrito canciones que comentan, con o sin ironía, o mejor dicho, con una mezcla de ironía y fascinación, el proceso que siguen las canciones prefabricadas para convertirse en éxitos comerciales. Empecé a compartir mis composiciones cuando tenía 21 años y, desde luego, las cosas son distintas ahora. Actualmente, con internet, las redes sociales, los portátiles, las plataformas de streaming y los smartphone, hay una multitud de nuevas maneras a tu disposición para encarar ese asunto. Así que creo que las generaciones jóvenes están mejor cualificadas para enseñarme a mí sobre este entorno de lo que yo puedo decirles a ellos. Y sé, por ejemplo, que la mayoría quiere crear en un estado de libertad espiritual.

“Brasil es un gigante mestizo que habla portugués: eso lo hace siempre misterioso de un modo u otro. En el disco se puede escuchar una ‘samba transformada’. También funk carioca... Y hay ritmos de los grupos afro del carnaval de Bahía... Todo esto son aspectos de un misterio esencial”

“Meu coco” se grabó durante la pandemia, junto a tus hijos y con buenos amigos. ¿Esa producción íntima fue impuesta por el contexto mundial o es que, sencillamente, tu música es un asunto de familia?

Mi hijo Moreno toca toda la percusión en el tema “GilGal”. Y hablé largo y tendido con mi otro hijo, Zeca, acerca de qué tipo de disco quería hacer, así que él me enseñó muchísimas cosas interesantes, desde las nuevas escenas trap y funk de Río hasta artistas experimentales americanos. Hablamos de las joyas de la canción brasileña de los años 30 y también de los nuevos temas de David Longstreth de Dirty Projectors. Finalmente, invité al compañero de banda de mi hijo Tom, Lucas Nunes, a que me ayudase con la grabación. Es un joven con mucho talento y domina la mesa de mezclas.

El movimiento tropicalista incorporó y al mismo tiempo planteó un desafío a la invasión rock británica y estadounidense en Brasil. Pero ¿qué es para ti el rock?

En aquel momento para mí era una música menor, hecha en la década de los 50 por jóvenes prácticamente analfabetos. Antes solía preferir escuchar las grandes canciones brasileñas, el cool jazz, la sofisticada chanson francesa o música cubana, mexicana o argentina. No fue hasta mediados de los 60 cuando el rock me empezó a interesar. Bueno, el rock y también música comercial que se consideraba de baja calidad, sobre todo la brasileña. El nuevo rock británico, y en particular los Beatles, nos inspiró porque era en sí mismo un comentario sobre el rock estadounidense. El tropicalismo fue un comentario sobre algunos aspectos de ese comentario, y una manera de dar una nueva perspectiva a la producción de música masiva en Brasil. ∎

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