The National: grandiosa intimidad. Foto: Marina Tomàs
The National: grandiosa intimidad. Foto: Marina Tomàs

Festival

Primavera a la Ciutat (29 de mayo): puertas abiertas

Primavera Sound abrió ayer las puertas del Parc del Fòrum para celebrar su jornada inaugural, con Phoenix, Stella Maris y Maria Jaume despuntando en sus turnos. Además, la programación de Primavera a la Ciutat permitía ver de cerca a unos The National sobrados de motivación, comprobar el potencial de propuestas aún balbucientes como las de Fat Dog y The Dare o disfrutar de una de las muchas facetas sónicas de Johnny Jewel, esta vez bajo el pabellón de Desire.

Desire

Después de coronarse en la jornada del lunes con su repertorio de bandas sonoras, Johnny Jewel, el tahúr del los sintetizadores, se presentó en La (2) de Apolo la madrugada del miércoles 29 con el que actualmente es su principal proyecto paralelo, Desire, para volver a sentar cátedra en la reinterpretación de la música sintética con raíz evidentemente giallo. Sus inquietudes son similares, y así lo expone toda la coherencia temática que hila el catálogo de su sello Italians Do It Better, pero en Desire hay más cuero, más látex, más deseo y, también, más espacio para el divertimento y la salida de guion: entre temas de sus últimos trabajos y secciones performativas como la de “Mirroir Mirroir”, se cuelan tanto versiones de New Order (“Bizarre Love Triangle”) y Kylie Minogue (“Can’t Get You Out Of My Head”) como abstracciones y hechizos modulares (“Under Your Spell”) que refuerzan el ánimo de un concierto pese a todo introspectivo. Diego Rubio

Desire: otro sueño synthpop de Johnny Jewel. Foto: Rosario López
Desire: otro sueño synthpop de Johnny Jewel. Foto: Rosario López

Fat Dog

La enésima banda de Brixton, la nueva sensación salida del club Windmill, asaltó La (2) de Apolo ante un público creciente y respaldada por un sonido de lujo, dejando a su paso ese runrún de next big thing que tanto gusta explotar por tierras británicas. Presentaron algunas de las canciones que podremos encontrar en “WOOF.”, álbum de debut previsto para septiembre, y convencieron con una mezcla desfasada y contundente de post-punk típicamente inglés con early UK rave que por momentos se torna retrowave (“Closer To God”), por momentos pajarería de Transilvania (“Wither”) y por momentos culto oscuro de juego de rol (“King Of The Slugs”), una faceta en la que revelan todo su frikismo potencial. Estuvieron más tiempo entre el público que encima del escenario y batieron el récord de pogos de la jornada. ¿Qué más se puede pedir con solo tres canciones publicadas? Diego Rubio

Fat Dog: runrún de revelación. Foto: Rosario López
Fat Dog: runrún de revelación. Foto: Rosario López

JD Twitch (Optimo)

El cabecilla de Optimo Music supo leer a la perfección los aires electro y synth de la jornada en La (2) de Apolo y epilogar a la perfección el concierto de Desire con un inicio muy dreamy que, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, empezó a combar hacia el italo disco a través de remezclas de Faze Action o Julian Wassermann, y de ahí hacia un disco moldeable que servía bien para darle cuerpo tech a clásicos alternativos como “Psycho Killer” (Talking Heads) o “Blue Monday” (New Order) o para revestirse de contundencia housera. Final algo abrupto, antes de la hora programada, para acabar una jornada de fiesta mayor. En un rato empieza el pase de platos principales. Diego Rubio

JD Twitch (Optimo): fiesta mayor. Foto: Rosario López
JD Twitch (Optimo): fiesta mayor. Foto: Rosario López

Maria Jaume

Mereció la pena ser puntual en la jornada inaugural del Primavera Sound en el Parc del Fòrum, porque Maria Jaume supo defender “Nostàlgia Airlines” (2024) como lo que es: el mejor disco de pop en catalán del año, al menos de momento. Con él, la mallorquina se pone a la cabeza de esa nueva brisa del pop balear –junto a Mar Grimalt o Maria Hein, quien también actuará en el festival– que hereda espiritualmente el preciosismo atmosférico y los deslumbrantes destellos solares de Joan Miquel Oliver, pero que sabe adaptarlo a los nuevos lenguajes del pop electrónico. Clave en esta metamorfosis del folk radiante hasta el atardecer sintético es Lluís Cabot (Da Souza), que maneja en directo las programaciones y comanda enérgicamente el quinteto: cuando ya han repasado la parte más chill de su repertorio, trufado de detallitos afropop, la banda se retira hasta quedar en trío y él reclama protagonismo emulando a Martí Perarnau IV en “Trista a Miami”. “Pura geografia” la ve acercarse al sonido de Alizzz y, para acabar, el bombo a negras de “Mala via” revela una intención claramente progresiva. Diego Rubio

Maria Jaume: Mallorca divina. Foto: Christian Bertrand
Maria Jaume: Mallorca divina. Foto: Christian Bertrand

Phoenix

El cabeza de cartel en la noche de apertura del festival en Parc del Fòrum fue una máquina indie pop que prodigó el grueso de sus hits de principio a fin, haciendo que el público bailara, aplaudiera y coreara durante buena parte del espectáculo. El concierto empezó con una pieza de música clásica mientras la audiencia vitoreaba expectante, hasta que sonaron los primeros acordes de “Lisztomania” para que la emoción de la multitud terminara de explotar. Después siguieron “Entertainment” y “Lasso”, dejando a los fans rendidos a los pies del vocalista Thomas Mars. También hubo tiempo de recordar su paso por ediciones anteriores de Primavera Sound y cómo parte de sus itinerarios han estado unidos a este festival desde hace quince años. Luego todo se volvió una fiesta bailable con “Alpha Zulu”, “Ti amo” y “After Midnight”, con los de Versalles paseándose por el synthpop y la new wave. La tercera parte del concierto fue más teatral y épica, con una puesta en escena enigmática en “Winter Solstice” que evolucionó más tarde hacia “Long Distance Call”. La sorpresa de la jornada fue la aparición de Ezra Koenig, vocalista y guitarra de Vampire Weekend, como invitado especial en “If I Ever Feel Better” y “1901”, que los asistentes cantaron a todo pulmón y que también funcionó como preludio del final del show: mientras la banda siguió tocando un tramo instrumental, Mars bajó hasta el público, saludó, hizo crowdsurfing con cerveza en mano y finalmente volvió al escenario para despedirse junto al resto de la banda. Daniel P. García

Phoenix: máquina indie pop. Foto: Marina Tomàs
Phoenix: máquina indie pop. Foto: Marina Tomàs

Ratboys

Los de Chicago nos regalaron su indie alt-country durante cuarenta minutos en el Parc del Fòrum. Interpretaron principalmente temas de su último álbum, “The Window” (2023), producido por Chris Walla (ex Death Cab For Cutie), en el que estilizan ese sonido alternativo de los noventa que ya se aprecia en trabajos anteriores. Así, abrieron el concierto con “Make Noise For The Ones You Love”, canción que arranca en clave ruidosa. En contraste, la voz de Julie Steiner posee un manejo de escena único y una dulzura que funcionó a la perfección en “It’s Alive”, un tema más power pop. Pero el registro de la banda es amplio, y en “Black Earth, WI”, la penúltima canción que interpretaron, se adentraron en territorio indie prog-pop para ceder el protagonismo al guitarrista Dava Sagan, quien se adueñó de la escena dejando al público boquiabierto. Daniel P. García

Ratboys: el indie que no cesa. Foto: Òscar Giralt
Ratboys: el indie que no cesa. Foto: Òscar Giralt

Stella Maris

Los Javis ya profundizaron en el formato musical en “La llamada” (2017), y con “Paquita Salas” (2016-2019) habían dado rienda suelta a su parte meta. Pero el show de Stella Maris –el grupo ficticio que, emulando con muchas licencias a ese icono del early YouTube que fueron Flos Mariae, sirve como telón de fondo para la serie “La Mesías” (2023)– no solo supo aunar las dos ideas, también las llevó un paso más allá: en un espectáculo absolutamente escénico y casi totalmente pregrabado en el que la música per se queda en segundo plano entre arrancadas makineras, monjas raveras, niños haciendo castells y referencias a la idea de internet, los realizadores integran la narrativa transmedia con ironía y bizarrismo y sacan a Hidrogenesse –compositores de la música original– a emular a los Pet Shop Boys, a los Mainline Magic Orchestra para llevar al delirio “Por ti existo” o a Albert Pla para versionar la “Experiencia religiosa” de Enrique Iglesias. Pero también dejan hilos abiertos y se atreven a resucitar a Montserrat Baró, interpretada por una genial Carmen Machi que recorrió toda la pista entronizada para despertarse al grito de “¡Viva la música electrónica!”. ¿Habrá una segunda parte? Lo que seguro habrá este mes es nuevo disco de Amaia, que aprovechó para anunciarlo al finalizar el “concierto” en el Parc del Fòrum. Diego Rubio

Stella Maris: una experiencia religiosa. Foto: Òscar Giralt
Stella Maris: una experiencia religiosa. Foto: Òscar Giralt

The Dare

Si Barney Stinson tuviera una banda seguramente sería The Dare y tendría contrato con el sello DFA. El proyecto de Harrison Patrick Smith es un yo me lo guiso, yo me lo como de manual, tan solipsista y recreativo que no tendría sentido añadir una sola unidad de persona más allá de él y su dúo de sintetizadores enfrentados, a los que acude indistintamente en su orgía electrosexual, ya sea para pasajes más clash como “LCA” o para barrabasadas techno-látex como “Movement”. El neoyorquino de adopción se quiere, se adora y se atusa el traje negro como quien deja salir su yo seductor en un karaoke afterwork, en La (2) de Apolo, emulando a un James Murphy cruzado con Neil Hannon que siempre soñó con ser como Jarvis Cocker. Y cuando el onanismo le empieza a resultar aburrido, se entrega al público haciendo crowdsurfing. La gran sorpresa del día. Diego Rubio

The Dare: ADN DFA. Foto: Rosario López
The Dare: ADN DFA. Foto: Rosario López

The National

Cabeza de cartel en sala. Una de esas anomalías que muy de vez en cuando se dan en el extrarradio del recinto principal del Primavera Sound y que uno no puede ignorar. Los citados ayer en la sala grande de Razzmatazz lo saben. También la banda protagonista percibió la excepcionalidad del asunto, dejando, tras dos horas y cuarto en pie, una satisfacción colosal. Y eso pese a empezar renqueantes, con un Matt Berninger, pulmón y corazón de The National, todavía adormecido. Tras un par de pinceladas a su destemplado “First Two Pages Of Frankenstein” (2023), su voz y presencia se acrecentó con temas inmarchitables como “Bloodbuzz Ohio” y “The System Only Dreams In Total Darkness”. A partir de ahí, sus rugidos fueron mermando su salud vocal. Misma intensidad volcada en una teatralidad que empezó a repartir dividendos a la vera del escenario, al recaudo de los que presenciaron al Matt de las grandes noches: sobreactuado, complacido en su papel de tipo atormentado y zarandeado por la robusta capa sónica que sirven los hermanos Dessner (diestros en guitarras y teclados), los hermanos Devendorf (batería y bajo) y, para la ocasión, dos músicos extra reforzando la sección de vientos, percusión y teclados. La complicidad guitarrera entre los hermanos alcanzó su cénit en “Day I Die”. Más tarde, rebajaron la potencia eléctrica de la sala con la delicada “Pink Rabbits”, con uno de ellos traspasado al piano. Después de interpretar 19 canciones en progresión ascendente, detuvieron momentáneamente la velada para regresar con un bis no menos complaciente: “Mr. November” y “Terrible Love” sellaron recuerdos. Y todavía aguardaba la hermosa estampa comunal de despedida, con ese “Vanderlyle Crybaby Geeks” que entonó un público conmovido, arropando así el esfuerzo de un agotado frontman que ya se había desprendido del micro y recuperado su americana. No hubo atisbo de actuar con reservas, como podría haberse comprendido ante la cercanía del compromiso de este viernes en el Fòrum. Y sí un sonido pétreo, un repertorio generoso y un despliegue escénico arrollador. ¡Qué bolo el de aquel día! Marc Muñoz

The National: entrega sin reservas. Foto: Marina Tomàs
The National: entrega sin reservas. Foto: Marina Tomàs

Tom Ravescroft & Deb Grant DJ

Supongo que la tradición electrónica británica no es lo bastante grande, rica y profunda, así que tanto Tom Ravenscroft como Deb Grant, radio DJs de la emisora inglesa BBC 6, se vieron obligados a tirar de modismos afropop, ritmos latinos, bombas, sones y boleros para aportar cierto exotismo a su mezcla clubber –un básico de house e indietrónica que era capaz de comunicar más bien poco– en la apertura de la jornada nocturna de La (2) de Apolo. La conexión con el público fue nula, también la intencionalidad de la selección, que además terminó con un guiño a Circoloco como es el “On My Own Now” de DJ Tennis que no definía en absoluto lo que había sucedido antes… ¿Pero no son acaso un par de blancos los que dirigen el sello Nyege Nyege? ¿Quién soy yo para hablar de apropiación? ¿Otro blanquito más? Quizá peca uno de querer destacar últimamente las cosas que están mal en este mundo, pero el Primavera Sound no necesitaba esta sesión, que usó en todo momento la música negra de la diáspora como medio y nunca como fin. Diego Rubio

Tom Ravescroft: ¿apropiación indebida? Foto: Rosario López
Tom Ravescroft: ¿apropiación indebida? Foto: Rosario López

Tropical Fuck Storm

El cuarteto australiano, especialmente en directo, es un poco como la bella y la bestia, pero siendo ambos un poco monstruitos: gamberros, seductores, vacilones, seriotes, punk. Criados por un mismo dios, la distorsión, y reunidos en el camino en alguna carretera perdida entre los desiertos del garage y del stoner. A su paso por el Parc del Fòrum comprobamos que todos sus temas, de la inicial “Braindrops” a la final “Paradise”, viajan siempre de lo reflexivo y evocador de sus planeos suaves a la tormenta incontenible, y es ahí donde se hacen fuertes, en la tensión constante, en la indecisión, como unos Yo La Tengo en versión crudísima y despojados voluntariamente de toda elegancia. Espasmódicos y letales, Gareth Liddiard –descalzo para canalizar la electricidad de sus pedales y transportarla a cada nervio de su cuerpo mientras maltrata su Jaguar gibsonizada– y Fiona Kitschin al bajo comandan con nervio de hierro un tractor abandonado a su suerte en el ojo del huracán. Diego Rubio

Tropical Fuck Storm: la bella y la bestia. Foto: Rosario López
Tropical Fuck Storm: la bella y la bestia. Foto: Rosario López
Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados