2024/ Videojuegos

“Like A Dragon. Infinite Wealth” –creado por Ryosuke Horii– es la octava entrega de la serie, pero sirve como secuela directa de “Yakuza: Like A Dragon” (2020). Otra vez nos vemos involucrados en historias entretejidas de personajes apasionantes con un combate por turnos estilo JRPG, lleno de disparatadas invocaciones y hechizos. Lo que más lo diferencia del anterior son diversos minijuegos inspirados en, ojo, “Animal Crossing” –y su gestión de una isla tropical– y “Crazy Taxi” –mezcla de velocidad y caos culinario–. Y, como es costumbre en la saga, si algo no te atrapa en el momento, pronto estarás haciendo algo completamente diferente, manteniendo la frescura y la variedad en todo momento. Sergio Lifante

Los barceloneses Nomada Studio, convertidos en magos del videojuego etéreo tras aquel pequeño milagro que fue “Gris” (2018), mezclan en “Neva” –creado por Conrad Roset– plataformas con profundidad emocional. Su mecánica de juego puede ser engañosamente accesible, centrándose en una relación que evoluciona estación tras estación, y aunque los desafíos se vuelven más complejos, el núcleo de la experiencia es sobre crecimiento y conexión, no dificultad. Con pocos combates y ningún diálogo, “Neva” se crece con sus visuales de acuarela, la música de Berlinist y su introspectiva meditación sobre la vida, la pérdida y la belleza del progreso. Álvaro García Montoliu

Qué buen año para la comedia interactiva: “What The Car” es una fiesta de chistes jugables, “Astro Bot” hace gracia con cada gesto, “Like A Dragon” sigue con su excentricidad… Y en esta buena cosecha, “Thank Goodness You’re Here” –creación de James Carbutt y Will Todd– nos ha dejado las mayores risas del año. Una comedia absurda a reventar de running gags, misiones alocadas y giros inesperados, el juego de Coal Supper no se distrae con nada que no sea hacer reír ayudando (mal) a los habitantes del pueblo inglés más chungo desde “Hot Fuzz”. Este carácter local, en una industria demasiado homogénea, es el remate perfecto. ¡Si sale Matt Berry! Víctor Navarro-Remesal

A Zelda siempre le ha sentado mejor el cuento de hadas que la fantasía épica. Con “Link’s Awakening” (2019), Nintendo encontró un estilo visual perfecto para la saga: un diorama en el que todos los elementos parecen figuras de juguete. El primer hallazgo de “Echoes Of Wisdom” es recuperar esa estética. El segundo es, por fin, poner a Zelda como protagonista. La princesa viene con una mecánica rara (clonar objetos y enemigos) que enseguida se convierte en natural y articula puzles estupendos. Que nadie piense que estamos ante un “Zelda” menor: esto es una aventura de primera, absorbente y adorable, creada por Satoshi Terada y Tomomi Sano. Víctor Navarro-Remesal

Lo que empezó siendo casi una broma por parte del desarrollador y creador LocalThunk para quemar unos días de vacaciones y poder jugar en línea con sus amigos ha terminado convirtiéndose en el mejor roguelike desde “Hades” (2020), inspirado en el juego de cartas cantonés big two: una bacanal de power-ups con infinidad de modificadores y una progresión de la que es difícil desengancharse, que llega a niveles de esquizofrenia y porno matemático. Ha venido a representar el epítome de una de las modas jugables más adictivas junto a “Slay The Spire” o “Inscryption”: los roguelike de construcción de mazos. Diego Rubio

El remake de “Silent Hill” (2001) es uno de los mejores juegos del año, lo cual no dice mucho de la industria. Bloober Team y el creador Mateusz Lenart se han esmerado en reproducir fielmente el clásico de hace 23 años, añadiendo tan solo algunas partes que refuerzan el núcleo temático de la historia. El juego era una obra maestra en 2001 y no ha perdido impacto tantos años después. Aunque los controles, los ángulos de cámara y los puzles se han actualizado con los gráficos, sigue siendo en esencia lo mismo, pero refinado para el público actual. Muchos dudamos del juego cuando se anunció, y me alegra saber que estaba equivocado. Sergio Lifante

Un híbrido en espíritu de “Tunic” (2022) y “Cocoon” (2023), “Animal Well” sin embargo adopta la forma de un metroidvania en scroll lateral y despoja el género de uno de sus motores principales, el combate, para centrarse en recrear los misterios y secretos de un mundo vasto, profundo y emocionante, y convirtiendo cada obstáculo en la resolución de un puzle tan complejo como sutil. Mucha carga onírica y poética en esta pequeña gran obra maestra, creada por Billy Basso, que demuestra que la genialidad en el medio no siempre requiere grandes equipos. El mejor indie del año. Diego Rubio

Clase magistral de mezclar nostalgia con innovación, “Final Fantasy VII Rebirth”, creación de Naoki Hamaguchi, es la reimaginación definitiva de uno de los mundos más icónicos del gaming, aportando capas de profundidad a una historia querida y salvaguardada por varias generaciones de jugones con nuevos giros, pero sin traicionar el corazón del original. Todo ello proponiendo un espectáculo de grandeza visual que aprieta las tuercas a la PlayStation 5 y una jugabilidad que entiende el combate como un espectáculo cinematográfico. A otro nivel está su ambición narrativa: no solo reexplica la historia, sino que la profundiza a base de complejidad, carga emocional y unos personajes más vívidos y con relaciones con más matices. Álvaro García Montoliu

“Astro Bot”, creado por Nicolas Doucet, es asombro infantil y artesanía precisa. La expresión más pura de la alegría en los videojuegos, con un coreográfico diseño de niveles que convierte cada movimiento y ángulo de cámara en una elección deliberada y en un estallido de júbilo. La retroalimentación táctil hace de cada salto, golpe y momento de descubrimiento una emoción visceral, casi física. Más que un homenaje nostálgico a los treinta años de PlayStation (doloroso por recordar toda una serie de IPs que hoy día sería imposible ejecutar por la falta de valentía de los estudios), es una visión de lo que los videojuegos pueden lograr cuando las reglas se rompen, los límites de la tecnología se empujan y el potencial del medio se exprime por completo. Álvaro García Montoliu

El Studio Zero de Atlus regresa con nueva IP, esta vez recreando los preceptos del isekai y trasladándose a un mundo de alta fantasía medieval con evidentes influencias de “Final Fantasy”, pero en definitiva sigue perfeccionando los complejos sistemas de JRPG social, gestión de calendario, incursión y combate por turnos que se han convertido en el core de sus videojuegos a través de las sagas “Shin Megami Tensei” y sobre todo “Persona”. Funcionando casi en un punto medio entre las dos y canalizando además influencias de “Attack On Titan”, “Metaphor: ReFantazio” –creado por Katsura Hashino– aplica todas las decisiones personales a un bien común y convierte la idea de utopía en su principal impulso, orientándote para dejarte guiar por los principios de una democracia en constante diálogo con la idea clásica del buen gobernante. Y su despliegue no solo es épico y poético, también realmente revelador y simbólico en lo social. Mientras van deshojándose sus contradicciones, también lo hacen las perversiones humanas que hacen de la convivencia una aspiración inviable, y su reflejo, convertido en una aberrante galería de villanos que se inspira en las figuras de pesadilla de “El jardín de las delicias” de El Bosco (Yoko Taro estaría orgulloso), se convierte en la premonición de un colapso al que, en definitiva, están abocadas todas las formas de sociedad. Imaginar mundos nuevos siempre será una forma de libertad. Diego Rubio