No es fácil destacar solo diez canciones en una producción tan regular y con tan pocos sobresaltos como la suya, porque además
Bad Religion facturan himnos con una facilidad pasmosa. Podríamos haber ampliado la nómina de su etapa más fructífera, la que va de 1988 a 1993, o haber rebuscado en ese hardcore más primitivo de sus inicios, que tampoco tiene desperdicio. Pero es de agradecer que en sus trabajos posteriores hayan mantenido un nivel considerable y la lucidez, y no está de más reconocerlo. Aquí va un top 10 veloz, cultivado y altamente coreable.