The Miffs, trío de Melbourne de power pop, algo de grunge, garage y psicodelia formado por Erin Grace Donnaruma (guitarra y voz), Hannah Mawson (bajo) y Sinead Brassil (batería), no ejerció exactamente de telonero, ya que su set duró 45 minutos, solo quince menos que la actuación de La Luz. Tienen un solo álbum homónimo publicado este mismo año, con “50 Years” como tema estandarte de un sonido que en directo resultó más anguloso. Tocaron una decena de canciones y el instrumental con el que empezaron, de existir hace tres décadas, podría haberlo incluido Quentin Tarantino en las bandas sonoras de “Reservoir Dogs” (1992) o “Pulp Fiction” (1994). También Lux Interior y Poison Ivy habrían apreciado el sonido crudo de las australianas.
Ya que practican en algunas canciones un tipo de pop más luminoso, La Luz aparecieron en el escenario parapetadas detrás de un gran sol plateado que podría haber dibujado un niño. Mucho más recorrido tiene el grupo liderado por la guitarrista y cantante Shana Cleveland, la única que queda de la formación que grabó el primer disco, “It’s Alive” (2013). La entrada y salida de la banda parece constante. Para la ocasión –La Luz ya habían tocado en Upload en mayo del pasado año–, Cleveland estaba acompañada de la batería y la bajista de las últimas grabaciones, Audrey Paris Johnson y Lee Paige, y de la teclista Alice Sandahl, que participó en “News Of The Universe” (2024) pero dejó las teclas a Maryam Qudus en “Extra! Extra!” (2025), la remodelación de varias canciones del anterior disco que aparecerá en el Record Store Day del próximo 28 de noviembre.
El teclado multiusos de Sandahl es capital en el sonido a veces aceitoso, en otras ocasiones espacial, incluso algo new wave, de la banda. En directo tocó también un pequeño melotrón con el que completó fondos orquestados y ráfagas líquidas y siderales perfectamente compenetradas con los limpios arpegios de Cleveland, que cada vez innova más con las seis cuerdas eléctricas. Fue una hora bien combinada de neopsicodelia, surf, dream pop, space rock, armonías vocales, algunos espasmos más rockeros con comedidos efectos fuzz, la influencia de los instrumentales de Dick Dale y The Ventures e incluso ecos de Jefferson Airplane, sin que el concierto sonara nunca a guateque sesentero, fiesta lisérgica o revival bien ejecutado. La Luz recogen diversas herencias y las adaptan y modelan con clase.
Los coros y pasos de baile aparentemente cándidos escondieron una música mucho más voluptuosa con algunos estragos rítmicos a cargo de Johnson, a veces un auténtico metrónomo a los parches. Las interpretaciones de “Strange World”, “Always In Love” y “Poppies” fueron tres de los mejores momentos. Mientras tocaban la primera, Sandahl lanzó al público un alien de plástico hinchable que fue pasando de mano en mano hasta volver al escenario, celosamente guardado para realizar la misma aventura en el próximo concierto. Siguiendo con las referencias audiovisuales, en algunos pasajes parecía que estuvieran en la sala Roadhouse de la tercera temporada de “Twin Peaks” (David Lynch y Mark Frost, 2017) tocando después de, por ejemplo, Au Revoir Simone. Igual de candoroso y de subterráneo. Teclados espaciales, guitarras aéreas y mucho más incisivas de lo previsto y ritmos contagiosos de milimétrica precisión. Se despidieron con “Don’t Leave Me On The Earth”, uno de sus temas que clama por una naturaleza menos agredida y contaminada. ∎