Creo que el comportamiento de Spotify ha sido criticable desde el principio. A día de hoy estoy muy contento de no tener nada que ver con ellos. Nuestra música estaba ahí por defecto al principio, pero decidimos retirarla y me hizo sentir bien no seguir formando parte de su negocio, aunque esto tiene consecuencias y nos penaliza. Los otros servicios de
streaming son todos una especie de imitadores, y si Spotify ha decidido no pagar a los músicos que no generen un cierto número de escuchas, lo más probable es que el resto haga lo mismo antes o después. Creo que el
streaming desaparecerá del mismo modo que lo hizo la cinta de ocho pistas cuando parecía que iba a sustituir al vinilo y no lo hizo. O cuando parecía que sería el casete y tampoco lo hizo. O cuando apareció el CD. Se suponía que las descargas iban a matar al LP y no lo hicieron. El
streaming tampoco lo hará. No sé predecir qué será lo siguiente, pero sí que será algo mejor que el
streaming. Por otra parte, algo que me produce cierto placer es ver cómo las grandes compañías tienen hoy menos influencia que nunca antes, y que hay artistas con carreras muy exitosas que no tienen nada que ver con ellos. Gente que cuelga su música
online, encuentra a su público e interactúa directamente con ellos y no necesita para nada a una compañía discográfica. Esto es un gran avance.