El segundo avance del próximo álbum de La Paloma –el disco se titula “Un golpe de suerte”, la fecha de salida del mismo aún no trascendió– se perfila como fibroso negativo del primero, “Si no me muevo”, que el trío formado por Lucas Sierra (voz, guitarra, bajo), Juan Rojo (batería) y Nico Yubero (guitarra) dio a conocer hace poco más de un mes.
Aquel era un medio tiempo de narrativa solipsista, sobrevolado por aflicciones existenciales, envuelto en varias capas guitarreras de variado cromatismo y acento alt noventero. Este, “Sé lo que quiero”, circula a considerable velocidad de crucero prácticamente desde el principio, enmarcado por un estéreo de guitarras nerviosas que carga el peso rítmico en el canal izquierdo –más limpio– mientras el derecho crepita de forma intermitente para subrayar o redoblar con su voltaico fraseo el significado de cada estrofa. El bajo –grueso, perfilado, se nota que el productor Santi Garcia está en la mesa de mezclas porque esto es puro “sonido Ultramarinos”– asume parte de la carga melódica para centellear en el tramo final. Al escucharlo viene a la memoria el trabajo de The Unfinished Sympathy circa “An Investment In Logistics” (2003), y el tono general de la canción remite a la feraz escuela indie rock estadounidense de la segunda mitad de los noventa.
Aunque el grupo madrileño vuelve a conjugar la primera persona del singular, la perspectiva es distinta a la del sencillo precedente. El protagonista de “Si no me muevo” parecía buscar un lugar de introspección en el que descansar y lamerse las heridas, pero el de “Sé lo que quiero” podría estar interpelando a los suyos: como ese sitio en el entramado social que les prometieron está reservado a los de siempre, hay algunos aros por los que ya no está dispuesto a pasar. La chispa de la lucidez –saber lo que no se quiere como primer paso para perseguir lo que de verdad nos llena– ilumina una canción que encaja como reverso estoico de “El entusiasmo”, de Biznaga. A por ello(s), pues. ∎