En la era del extrañamiento, de la eclosión de una nueva estética del desconcierto impulsada por el albedrío desencajado de la IA generativa, la cual vendrá a multiplicarse con la expansión de Sora –la nueva herramienta de creación de vídeo mediante texto de Open AI–, congratula cruzarse con clips que confían su fuerza en los valores de antaño y en estéticas reconocibles de décadas superadas. Ocurre con este trabajo de la realizadora Léa Ceheivi para el tema “Generator”, otro de los adelantos del próximo álbum –“Hyperdrama”, previsto para el 26 de abril– de Justice. Si en lo musical el tema apunta a posible nuevo clásico del dúo galo, su carcasa visual acepta ese reto.
Una pieza cuyo desconcierto se plantea con la inusual y extravagante situación de partida y su forma de mostrarlo a cámara más que en la adopción de esa estética del extrañamiento en la que hubiera caído con el uso de la IA. En su recorrido asistimos al encuentro sexual desinhibido de dos androides humanoides. Una sextape entre robots en un futuro cercano en el que la IA reclame su derecho al placer. Sin embargo, el choque visual lo confronta con esa apariencia realista, pero con su recargo de terror y rareza, de unos robots destripando sus capas de látex (y con ello, ¿alejando o acercando al espectador al valle inexplicable?) para descubrir su desnudez mecánica en su camino a ese clímax de desenlace abierto con el que se extiende el aire siniestro que caracteriza toda la pieza. Una nueva carne para un futuro no tan fantasioso que, no obstante, se recrea mediante un trabajo actoral en un set, con apoyo de una fotografía tenebrosa –de reducido rango cromático y dominancia de azul– y mucha dedicación en los efectos visuales, con un buen número de horas empleadas en Houdini y Flame. No debería extrañar así que el estudio de efectos digitales, Mathematic, aparezca tan bien posicionado en los títulos de crédito.
En la gestación de su estética, en la fotografía, el color, la textura digital y la puesta en escena, sus responsables miran por el retrovisor hacia la década de los noventa y principios de siglo. El cine de David Cronenberg, “Mullholand Drive” (2001) y “Carretera perdida” (1997) de David Lynch, el thriller erótico en la línea de “Instinto básico” (Paul Verhoeven, 1992) o la huella de Jonathan Glazer. Pero especialmente el rastro del desconcertante Chris Cunningham y su premonitorio estilo –como adalid de un imaginario visual posdigital tan presente en nuestros días– retumban en las paredes amplias, frías y siniestras de este picadero robótico.
¿No es acaso este “Generator” la versión X y emancipada del “All Is Full Of Love” de Björk que Cunningham transformó en material iconográfico en un lejano 1999? ∎