Álbum

Caliza / Raquel Bravo

Despierta unos instantes de tu oscura nocheLibros Walden-Espacio Vacío-No Retorno, 2024

El cine mudo, en realidad, no ha sido mudo nunca. Son suficientes los testimonios que demuestran que las películas siempre se reproducían con música en directo. El 20 de abril de 2023, Caliza acompañó la proyección del clásico del cine “El gabinete del doctor Caligari” (1920) con una banda sonora de composición propia en el MK2 Cine Paz de Madrid. Un año más tarde, tenemos la consecuencia de dicha fecha en vinilo: Caliza pasa a formar parte así de un legado de compositores que comenzó hace más de cien años. De su obra, en cambio (maravillas de la música moderna), sí tendremos grabación a posteriori.

Dirigida por Robert Wiene, “El gabinete del doctor Caligari” es considerada una obra maestra del cine expresionista. La trama gira en torno al doctor Caligari, un hipnotista que utiliza a un sonámbulo, Cesare, para cometer asesinatos. Con un estilo visual marcado por la distorsión, la oscuridad y lo abstracto, el filme explora temas como la autoridad o la dualidad entre la cordura y la locura. La carga simbólica del filme, además, sugiere una crítica al gobierno militar alemán en pleno período de entreguerras.

Esta nueva reinterpretación, además de musicada por Caliza, consta de un fotolibro de 98 páginas de Raquel Bravo. En conjunto, lleva por título Despierta unos instantes de tu oscura noche, un nombre tomado de la propia película: es la orden que el doctor Caligari dicta al noctámbulo Cesare en el espectáculo de la feria, durante el segundo acto. Caliza, que en su rareza no deja de ser una compositora de canciones enmarcadas dentro del pop, construye su primera banda sonora a través de muchas referencias (por suerte, es una de las películas más musicadas de la historia). La primera BSO que la autora recuerda es la de Pegasvs (el proyecto musical de Sergio Svper), pero para su obra se ha dejado influir por la de la Fundación Murnau (la que actualmente puede verse en Filmin). Dentro de una escena similar, también los ya acostumbrados a lo instrumental Toundra tienen su propia versión, y este mismo año Karl Bartos (ex-Kraftwerk) publicó la suya poco antes de la de la madrileña. La lista es interminable.

“Despierta unos instantes de tu oscura noche” consta de seis “canciones”, una por cada acto del largometraje, y un bonus track (en digital) que se lanzó como adelanto: vocal, industrial y frío pero popero, en el que Caliza resume en verso los estados de ánimo más álgidos de la película. De los 78 minutos de duración de la obra, la autora ha seleccionado tan solo 48 para que quepan en un único 12’’: si lo reproduces simultáneamente a la película, te vas a quedar sin sonido en el quinto acto, pero es suficiente para comprender su intención y su modo de hacer. Lo cierto es que el expresionismo le viene a la madrileña como anillo al dedo: estrenada en 1920, “El gabinete del doctor Caligari” se sucedía en un caldo musical en el que se acababa de inventar el theremín y el dodecafonismo comenzaba a coger forma como teoría. Así, la BSO de Caliza es sintética, minimalista, oscura y cargada de disonancias: no es que haya tratado de adaptarse al contexto musical de hace un siglo, es que ella siempre ha sido así.

Pese a todo, ha cambiado el chip de hacer canciones a pensar en actos. El doce pulgadas es un conjunto de leitmotivs bien desarrollados: uno, que podría hacer referencia a la muerte, el crimen o el misterio, es el más común. Aparece en los primeros segundos del metraje (durante el diálogo que versa sobre los fantasmas), y vuelve a aparecer en casi todos los demás actos: cuatro notas asincopadas que primeramente aparecen en los timbres más agudos, para después otorgar un ambiente más denso al cambiar a los graves. Parece que el decorado de la ciudad tiene su propio leitmotiv (más orquestal, brillante, con tantos elementos como habitantes), como así los asesinatos, y es una pena no disponer de todos los minutos de la grabación para poder desgranarlos uno a uno.

Además, la compositora integra elementos extramusicales fruto de su trabajo de campo: hay muestras de sonidos de ambiente como pájaros o bullicio que se añaden al registro para dotar a la película de un mapa sonoro más amplio (en las escenas más urbanitas, por ejemplo, se percibe gentío de fondo). No solo las grabaciones se integran de manera diegética, sino que la propia música también pretende formar parte de la escena: por ejemplo, Caliza intenta recrear los sonidos de campana (la presentación de Caligari en la feria) a través de su sintetizador.

En general, Elisa Pérez se ocupa de dejar todos los cabos atados dentro de su minimalismo industrial. Un debut brillante como compositora de bandas sonoras: parece que se hubiese criado en el expresionismo del siglo pasado o que llevase toda la vida creando leitmotivs. La película es tan oscura como El descenso (su LP más reciente, publicado en 2021), y suponemos que eso ayuda, pero no hay otro artista en la escena local cuya forma de componer innata (sin apenas esforzarse) pueda pasar por original: probablemente, solo la de Caliza. ∎

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