Álbum

Grian Chatten

Chaos For The FlyPartisan-[PIAS] Ibero América, 2023

No ha tardado mucho Grian Chatten en poner sobre la mesa sus inquietudes al margen de Fontaines D.C.: el último álbum del quinteto dublinés se publicó en abril de 2022 (“Skinty Fia”) y desde hace unas semanas ya se puede degustar el primer trabajo en solitario del vocalista.

Para tomar una decisión así hay que tener muy claro que se poseen otras cosas que decir al margen del grupo-madre, nuevas perspectivas que pueden no encajar adecuadamente en el proyecto colectivo. Y no hay duda de que Chatten las tiene: lejos de la urgencia y la tensión de Fontaines D.C., “Chaos For The Fly” se despliega como un trabajo de corte neoclásico con el protagonista ajustándose a la medida el traje de crooner melancólico y elegante. Nada de post-punk correoso y vitriólico, sino un repaso al libro de estilo de Burt Bacharach, Lee Hazlewood o, por poner un equivalente más reciente, los últimos Arctic Monkeys.

Producido (¿cómo no?) por el fiel (e hiperactivo) Dan Carey, “Chaos For The Fly” propone nueve instantáneas sobre relaciones amorosas (con o sin grietas) y una cotidianidad rebozada en tedio y cielos grises.

Con magníficos y nada invasivos arreglos orquestales, el disco se asemeja a un atardecer solitario frente a una playa bajo la amenaza de lluvia, sereno y un pelín tristón, con esos contornos de belleza ajada que parecen diseñados para activar recuerdos de una época lejana. La voz de Georgie Jesson (pareja de Chatten) en algunas canciones refuerza ese sentimiento de trabajo íntimo y personal.

Violines y pianos sobrevuelan atestados de reafirmación (la magnífica “Fairlies”: No fair, they can talk to me / I can live alone / I can live alone / Happy, where I like to be / I can live alone, alone, alone, alone / I fought for the right to be / I can live alone / I can live alone”). “Bob’s Casino” nos traslada a, sí, un casino congelado en el tiempo, con las voces de Chatten y Jesson turnándose entre arreglos de otra época (¡esos vientos!) y versos con cierto regusto noir (“On a sunday gone / In the harbour place / The big boss man’s eye / Fell on the pretty girl’s face / She was closing things / Oh what a death he died / He drank away his sense / He never said goodbye”), mientras que “All Of The People” te acompaña al reino de los cielos de Leonard Cohen (“You think that you love me / But you don’t / You think that you know me / Yeah, well, you just don’t / Did you / know I’m into your brother? / Did you know that I hated your show? / Tell me who еxactly do you think you know?”), “Salt Throwers Off A Truck” se encala con leve regusto folk con engarce acústica/violín, y “Season For Pain”, cerrando con inyección extra de pesimismo (“If you have nowhere to go / Get used to the rain / I doubt you find what you’re looking for / I doubt the feeling remains / This is no season for loving / This is the season for pain”), refrenda la mayor vulnerabilidad vocal de un Chatten que en la parte final recurre a su distintivo spoken word.

Que nadie busque aquí un “Boys In The Better Land”, una de esas canciones que marcan a una banda de por vida: no es necesario, el álbum se basta y se sobra como obra autónoma que certifica que, con Fontaines D.C. o sin ellos, Grian Chatten tiene muchas cosas que decir. Y las dice muy muy bien. ∎

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