Álbum

Lucy Dacus

Forever Is A FeelingGeffen-Universal, 2025

Lucy Dacus dice que es muy afortunada porque tiene mucho que perder. “Ankles”, el primer single de Forever Is A Feeling, es una canción sobre hacer una liana: cortar con una relación porque ya estás empezando con la siguiente. “How lucky are we to have so much to lose?”, canta la estadounidense en mitad de una canción sobre sexo. Dacus habla de su nuevo trabajo como un álbum adulto y visceral en el que reflexiona sobre el amor. Según sus entrevistas más recientes, “Forever Is A Feeling” versa sobre aceptar sus sentimientos amorosos hacia una compañera de su otro proyecto musical, boygenius. Es decir, más que hacer un álbum de amor propiamente dicho, publica un álbum sobre aceptar que ese amor está dentro de ella, con todas las consecuencias. Un amor que va a hacer que pierda gran parte de lo que ha construido hasta ahora, y aun así merece la pena.

“Forever Is A Feeling” es el primer disco que publica Dacus tras el parón indefinido de boygenius, el proyecto de indie rock que comparte junto a Julien Baker y Phoebe Bridgers. El anuncio de dicha pausa sucedía en 2023, poco antes de que el trío ganara tres premios Gammy por “the record”. Puede decirse, además, que es gracias a boygenius que hoy el proyecto en solitario de Dacus tiene más reconocimiento: a posteriori, los rumores sobre si su nombre (“Sometimes, I wonder if you’re gonna screw this up with me / But you told Lucy you’d kill yourself if I ever leave”) había salido en la canción que da título a “THE TORTURED POETS DEPARTMENT” (el último de Taylor Swift) se amontonaron por las redes sociales hasta que, poco antes de la salida de este disco, Dacus lo confirmaba. Así, en su nuevo LP no solo trata de aceptar sus sentimientos amorosos, sino de aceptarlos en un mundo en el que, por ser más viral, es más vulnerable.

Podría decirse que es un álbum menos intenso que su predecesor, Home Video (2021). Aun así, es bastante intenso, al menos en el apartado lírico. De hecho, este puede ser uno de los principales hándicaps de “Forever Is A Feeling”: la diferencia entre la poesía y la música que la acompaña es notable. Y, al fin y al cabo, estamos hablando de una obra musical. Toda la apertura en canal que Dacus procura en sus versos no se ve acompañada en su instrumentación, entre el folk triste o el orgulloso, al que es difícil prestarle atención durante los cuarenta y tres minutos de grabación. Porque a pesar de esa introducción con violines de “Calliope Prelude” (grabados por Phoenix Rousiamanis y presentes en casi todo el trabajo), del arpa de “Modigliani” e incluso de la entrada de Hozier en “Bullseye”, “Forever Is A Feeling” resulta plano. ¿Y por qué no arriesga un trabajo que trata, efectivamente, de arriesgarse y dejarlo todo?

Claramente, Lucy Dacus es mejor letrista que compositora. En “Limerence” cuenta que “Rodney está jugando al GTA”; en “Come Out”, que “no pude coger tu llamada, porque estaba en una reunión llena de gente mayor tratando de adivinar qué le gusta a los jóvenes”; o en “Modigliani”, que “intento conciliar el sueño (…) mientras tú desayunas en Singapur”. También habla sobre “echar de menos lugares en los que nunca ha estado” solo por imaginarse situaciones ficticias con una nueva persona. Dacus recurre al costumbrismo porque también siente la necesidad de compartir los detalles más insignificantes con la mujer a la que está conociendo. Por supuesto, el álbum también encapsula los recuerdos de la otra parte: empezar algo implica terminar lo otro. En “Talk” canta “¿Por qué ya no podemos hablar?, solíamos hablar durante horas, ¿te pongo nerviosa o te aburro?”. Pese a que Dacus construye un trabajo de ímpetu visceral, parece que no para de ponerle barreras. “Forever Is A Feeling” quiere lanzarse al vacío sabiendo que lo puede perder todo y, aun así, la norteamericana ya lleva el paracaídas abierto. Finalmente, el álbum vibra en una contradicción constante: una apuesta por la vulnerabilidad que, paradójicamente, no se deja llevar por la corriente. ∎

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