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TOP 2021

2021/ Series

La parte y el todo

La polémica está servida: este año, la lista de series no está encabezada por un conjunto global ni por una temporada, sino por un episodio (¿o era película?) que destaca por encima no ya del conjunto que lo engloba, sino de todo lo que nos ha ofrecido la ficción (y no ficción) televisiva este año. En cualquier caso, esta reivindicación de la parte en relación al todo no debería empañar los méritos de los títulos reunidos en la presente selección, que ofrecen una panorámica plural y muy política de la creatividad que proyectan las emisoras y plataformas de streaming.

25

Lupin

George Kay > T1 y T2, Netflix

“Lupin” actualiza el personaje de Arsène Lupin (creado por Maurice Leblanc y ahora interpretado por Omar Sy) a los tiempos modernos, integrando lo folletinesco en lo cotidiano con enorme sencillez. El resultado es puro y bien hilvanado entretenimiento, emotivo para quien conozca el personaje original e ideal para despertar el interés en los neófitos. Quim Casas

24

Sex Education

Laurie Nunn > T3, Netflix

“Sex Education” confirma que las series televisivas han sabido acoger a las intérpretes femeninas más allá de los cuarenta de una manera todavía imposible de concebir en el segregacionista cine mainstream. En su tercera temporada, Gillian Anderson afronta con éxito un auténtico desafío en el imaginario audiovisual: encarnar a una mujer que se queda embarazada rondando ya la cincuentena, sin que ello le suponga un trauma ni un estigma. La serie apuesta por el derecho a las segundas oportunidades y democratiza como pocas todo aquello que tiene que ver con nuestros cuerpos. Eulàlia Iglesias

23

El crimen del siglo

Alex Gibney > miniserie, HBO Max

La historia de una crisis “manufacturada” desde el inicio, como la ha descrito el propio autor del documental, Alex Gibney. En dos episodios, cerca de cuatro hora en total, esta investigación periodística apoyada por ‘The Washington Post’ aborda la crisis sanitaria y moral de la epidemia de los opioides en Estados Unidos, que desde sus inicios a mediados de la década de los 90 se ha cobrado más de medio millón de víctimas. Neoliberalismo salvaje y un sistema corrupto, indecente e inmoral en el que las farmacéuticas, los académicos y los vendedores funcionan como todo un cartel de la droga. Los datos son aberrantes: tres cuartas partes de los consumidores de heroína se enganchan a los opioides a base de recetas legales. “El crimen del siglo” es el complemento perfecto para la investigación de Patrick Radden Keefe “El imperio del dolor” (2021). Cesc Guimerà

22

Line Of Duty

Jed Mercurio > T6, BBC One-Movistar+

No parece casualidad que, después de que el Reino Unido decidiera que más valía tomar un camino propio para defender su democracia de los marasmos burocráticos y autoritarios que amenazan la Unión Europea, una serie como “Line Of Duty”, que cuestiona si esos defectos no han permeado ya sus instituciones, haya cautivado la imaginación del respetable como no lo había hecho ninguna otra ficción en lustros. En su sexta temporada, la ficción de Jed Mercurio ofrece el consuelo de que, por mucha cochambre que tenga el sistema, es posible que el Reino Unido todavía disponga de una pequeña reserva de tipos íntegros, audaces y pragmáticos que se crezcan en la adversidad y salven la situación. Alex D’Averc

21

Perdiendo a Alice

Sigal Avin > miniserie, Hot 3-Apple TV+

La ficción israelí lleva un tiempo pidiendo paso entre el eje anglo-americano, y “Perdiendo a Alice” es la última muestra de que algo se cuece en territorio hebreo. Sigal Avin es la firmante de este thriller psicológico de carga erótica acoplado sobre un tablero de identidades usurpadoras y atracciones fatales entre dos mujeres: una directora de cine afianzada y una joven aspirante con mucha ambición e intenciones retorcidas. Un perverso y sensual juego que aboca la calma tensa y la seducción obsesiva hacia curvas dramáticas y remolinos maníacos bien sujetos por el guion de Avin, la verosimilitud en la puesta en escena y las sólidas actuaciones del reparto. Trazos de Verhoveen, Hitchcock, Polanski y todo ese boom del suspense erótico de los 90 se filtran en una de las tapadas de la temporada. Marc Muñoz

20

M.O.D.O.K.

Jordan Blum & Patton Oswald > T1, Disney+

No me voy a meter en charcos superheroicos asegurando que “M.O.D.O.K.” es la mejor serie Marvel del año. No lo necesitamos, ni MODOK ni yo. Pero sí puedo decir que, tanto por su forma –stop motion añeja–, por su fondo –sitcom de familia disfuncional sobre un supervillano tan brutal como imbécil– y por su ritmo –un no parar de chistes malhablados y gags físicos que suelen acabar en mutilación o muerte–, se acerca bastante a mi reducida zona de confort cuando se trata de series. Patton Oswald, cocreador de la serie y voz de M.O.D.O.K., y Jordan Blum, guionista de “Padre Made In USA” (2005-) –con la que comparte el mismo tronchante humor cazurro–, son los responsables de este no-hit que Marvel ha negado que forme parte de su cánon cinemático. ¡Larga vida a M.O.D.O.K.! Alejandro G. Calvo

19

The Good Fight

Robert King, Michelle King & Phil Alden Robinson > T5, Paramount+-Movistar+

La COVID-19 lo torció todo. De repente, la cuarta temporada de “The Good Fight” se detuvo en seco en el séptimo episodio durante la primavera de 2020 y, para cuando volvió en 2021, ya no era una serie de CBS All Access, sino de Paramount+. También algunas líneas argumentales y personajes (¡Lucca Quinn!) fueron sábanas de la colada que se llevó el viento pandémico. El nuevo statu quo global quedó también reflejado en las tramas (justicia vía zoom) e incluso en el mar de fondo temático de “The Good Fight”. El mundo deja de creer en las leyes y los instrumentos para aplicarlas y toda la quinta temporada parece girar sobre la idea de simulacro de justicia, ya sea con cortes judiciales paralelas (grande Mandy Patinkin como juez fake) o shows mediáticos donde se impone la legislación de la opinión pública. Joan Pons

18

La asistenta

Molly Smith Metzler > miniserie, Netflix

Con una trama anclada a los ojos de Margaret Qualley, “La asistenta” es una propuesta que dignifica el gremio de las limpiadoras del hogar, aunque no se limita a exponer la precariedad y la mugre. La producción de Netflix, inspirada en el libro biográfico de Stephanie Land “Criada” (editado en castellano por Capitán Swing este mismo año), es una visión multicapa de la salud mental, la enmarañada burocracia de las ayudas públicas y la vulnerabilidad que depara la maternidad. Pero, sobre todo, de los efectos, para desgracia de sus víctimas, imperceptibles, del abuso emocional. Guionizada por Molly Smith Metzler, entre cuyos galones están varios episodios de “Shameless” (2011-2021), la miniserie de diez capítulos no hace pornografía de la pobreza ni de la violencia doméstica, sino que pone el foco y brinda referentes a personas siempre orilladas. Begoña Donat

17

It’s A Sin

Russell T Davies > miniserie, Channel 4-HBO Max

Russell T Davies no es nuevo en esto de poner narrativas LGTBI a la luz de los focos: su legado para las generaciones futuras será “Queer As Folk” (1999-2000), elevada a obra de culto al ser de las primeras series en el mainstream que no relegaba a los personajes homosexuales a secundarios. La mayor virtud de su última obra, “It’s A Sin”, son sus personajes llenos de color y fisuras, columna vertebral en esta miniserie coral situada en Londres en la que coloca por primera vez en su obra el sida en el rol central de monstruo sin rostro. Apuntando con el dedo a la vergüenza tóxica, la ficción no es triste, sino que está llena de fuerza y de rabia y de cariño: la única manera de contar la crónica de una generación borrada es a través de los recuerdos felices que hacen olvidar el miedo paralizante. Ainhoa Marzol

16

Secretos de un matrimonio

Hagai Levi > miniserie, HBO Max

En estos “Secretos de un matrimonio”, Jessica Chastain y Oscar Isaac sustituyen a Liv Ullmann y Erland Josephson. En algunas escenas de este matrimonio –antes que secretos–, más allá de lo logrado por los dos intérpretes en la serie original de Ingmar Bergman de 1973. La tonalidad de este remake estadounidense confeccionado por Hagai Levi es muy similar, aunque hubo más acritud en cuanto a los reflujos emocionales de una pareja burguesa en el descarnado trabajo bergmaniano. Se elimina un capítulo en relación al anterior y se pulsa la violencia física de modo distinto. Es loable que Levi sea capaz de interpretar de nuevo a alguien como Bergman, todo un desafío, y aunque los secretos originales son insuperables, estos, sobre todo por la contención de sus dos intérpretes, resultan muy buenos. Quim Casas

15

Bruja Escarlata y Visión

Jac Schaeffer > miniserie, Disney+

Por primera vez, un producto audiovisual Marvel demuestra más afán rupturista que su alter ego de papel. La peripecia catódica de la Visión y la Bruja Escarlata da un triple salto mortal y se arrima a las sitcoms de los 50 a los 00, mediante una “literalidad” tal a la hora de replicar estilo e imagen que no le hace falta cargar tintas en la ironía camp. El hecho de que todo este despliegue estético esté enraizado de manera tan acertada en los cimientos de la trama no hace más que engrandecer la apuesta. “Bruja Escarlata y Visión” muestra que las grandes franquicias de entretenimiento Disney pueden apostar por la impronta autoral y, a la vez, reforzar sus esencias. Alex Serrano

14

Cortar por la línea de puntos

Zerocalcare > T1, Netflix

“Cortar por la línea de puntos” está hecha de cosas de las que me cansé hace tiempo: comedia observacional, explicaciones de la vida cotidiana con referencias pop, treintañeros ombliguistas desorientados... y por ello tiene más mérito que haya acabado entre mis series favoritas del año. Primero, es breve y directa, un alivio entre la grandilocuencia dominante. Segundo, nos da argumentos a los que defendemos que la animación y el humor son herramientas polivalentes. Tercero, y más importante, sus telas pueden estar vistas, pero sus costuras son nuevas y honestas: tiene humanidad y melancolía de verdad y su mirada a la precariedad y el desencanto viene de dentro, como sucede también en todos los cómics de Zerocalcare. ¿Cuándo una serie así de Monteys o Álvaro Ortiz? Víctor Navarro-Remesal

13

Condena

Jimmy McGovern > miniserie, BBC One-Movistar+

El infalible Stephen Graham en el papel de un funcionario de prisiones contra las cuerdas y Sean Bean en el de un profesor universitario alcoholizado y resignado a sus trágicos errores, ambos desafiados por su conflicto con la integridad en una producción de tan solo tres capítulos que rehúye la tendencia de goma estirada de la ficción y no ficción televisiva contemporánea y de la espectacularidad y banalización del género carcelario. “Condena”, escrita por Jimmy McGovern y dirigida por Lewis Arnold, reflexiona sobre el perdón y la expiación de forma sobria y profunda. Contrapone la dura y gris realidad del presidiario y del carcelero y no recurre a la violencia más allá de la imprescindible. Cesc Guimerà

12

Ted Lasso

Brendan Hunt, Joe Kelly, Bill Lawrence & Jason Sudeikis > T2, Apple TV+

El éxito ha hecho crecer la segunda entrega de la historia de este entrenador amateur de fútbol americano que aterriza engañado en Inglaterra para dirigir un equipo de élite de fútbol de verdad, del que sí se juega con los pies y un balón, de diez a doce episodios, y ahora la trama se cuece despacio. El carisma arrollador de su protagonista, además de cocreador y guionista, Jason Sudeikis, no ensombrece al resto de personajes, que ganan en protagonismo. Todos exponen sus heridas emocionales. Ted el primero, héroe convencional, aunque frágil, en tiempos de antihéroes cargados de cinismo y sarcasmo. “Ted Lasso” sigue aunando lo mejor de la comedia americana y británica. Permanece ubicada en el estereotipo y el choque cultural, pero tiene capas; conmueve y emociona. Cesc Guimerà

11

La sangre helada

Andrew Haig > miniserie, AMC+-BBC Two-Movistar+

El clásico dilema ético desigualmente lidiado entre el hombre occidental “civilizado” y el “buen salvaje” roussoniano sería el leitmotiv de este thriller de supervivencia ártica con peligros más reales –las fieras, el océano, el frío– y antropológicos –memorable Colin Farrell encarnando al arponero Henry Drax– que sobrenaturales, como sucedía en la primera temporada de la estéticamente similar “The Terror” (2018). Basada en la novela homónima de Ian McGuire de 2016, “La sangre helada” es también un viaje interior por el corazón de su protagonista, con un desenlace tan lógico y descorazonador que te deja precisamente la sangre bajo cero. José Manuel Caturla

10

Them

Little Marvin > T1, Amazon Prime Video

En “Them”, una familia afroamericana se instala en un barrio tradicionalmente blanco de Los Ángeles a principios de la década de los 50. Este espacio, a priori idílico, no tarda en agrietarse para dejar aflorar el miedo y la violencia racial, hasta alcanzar unas cotas de abyección que no parecen propias de este mundo, pero lo son. La ficción de Little Marvin ha revitalizado el horror noire presentando una América bañada en el horror del odio y del fundamentalismo, en clave, por momentos, de pavorosa ciencia ficción. Ángel Sala

09

Exterminad a todos los salvajes

Raoul Peck > miniserie, HBO Max

“Exterminad a todos los salvajes” se levanta como una deconstrucción de la historia de las civilizaciones; en concreto, de la narratividad construida por las naciones vencedoras. El foco lo pone en la colonización y el imperialismo. Y los dardos los carga contra Estados Unidos, Europa y sobre los distintos etnocentrismos que han venido imponiéndose en una cronología de conquistas, ocupaciones, exterminios y expolios. Un revelador ensayo audiovisual que despelleja los sentimiento de superioridad racial, moral, religiosa y militar. Marc Muñoz

08

Succession

Jesse Armstrong > T3, HBO Max

La potencia de “Succession” está en su capacidad para reflexionar sobre el poder desde el poder mismo. Jesse Armstrong hace funcionar a los personajes en una burbuja permanente, sin casi contacto con la realidad ni con las consecuencias de sus actos. Y en esa elección de tomar distancia del mundo real, esos poderosos existen y funcionan, construyen sus fortunas, derraman su influencia y controlan lo que los demás hacen, ven, leen, compran o, algoritmos mediante, piensan. Y si hay algo, finalmente, que la serie captura a la perfección en su tercera temporada es la incómoda y muchas veces performativa relación entre las corporaciones y la opinión pública. Diego Lerer

07

Master Of None

Aziz Ansari, Alan Yang & Lena Waithe > T3, Netflix

“Moments Of Love”, la tercera temporada de “Master Of None”, demuestra el carácter lúdico de Aziz Ansari. En ella, el cómico vuelve a estirar las estructuras de lo que entendemos por una comedia televisiva. Escrita conjuntamente por Ansari y Lena Waithe, se centra en la historia de Denise (interpretada por la propia Lena) y las complejidades de su relación con Alicia (Naomi Ackie) tras decidir ser madres. Uno se pregunta si queda algo de una tradición como la sitcom en una historia más próxima a “Secretos de un matrimonio” (1973) de Ingmar Bergman que a “I Love Lucy” (1951-1957). Álvaro Pérez-Dios

06

El ferrocarril subterráneo

Barry Jenkins > miniserie, Amazon Prime Video

A lo largo de sus diez cambiantes episodios, “El ferrocarril subterráneo”, adaptación de la novela homónima de Colson Whitehead de 2016, imagina una ruta de escape para los esclavos afroamericanos armada a través de un sistema ferroviario construido a tal fin. Barry Jenkins hace en cada episodio una película diferente para narrar experiencias en apariencia distintas pero, finalmente, idénticas en su profundo desprecio por las vidas afroamericanas, pintando un mundo sostenido en base a la discriminación racial y a la explotación económica. Diego Lerer

05

Supongamos que Nueva York es una ciudad

Martin Scorsese > miniserie, Netflix

Como si quisiera capturar los últimos destellos de una idiosincrasia neoyorquina a punto de desaparecer, Martin Scorsese dedica “Supongamos que Nueva York es una ciudad” a Fran Lebowitz. La docuserie sigue a lo largo de siete episodios el vínculo de esta escritora con la metrópolis como un estilo de vida que ella representaría en su máximo esplendor. Scorsese y Lebowitz celebran así el arte de la charla como fuente de placer y de enriquecedora dialéctica.

Puede que Nueva York haya dejado de ser la ciudad de las maravillas. Y sin embargo, sigue inspirando grandes series que se definen por la relación de sus protagonistas con la ciudad. Eulàlia Iglesias

04

Misa de medianoche

Mike Flanagan > miniserie, Netflix

Como si se tratara de una historia de Stephen King que este aún no ha escrito, en “Misa de medianoche” Mike Flanagan nos lleva hasta la remota Crockett Island, donde una comunidad que vive al borde de su propia desaparición se verá sacudida con la llegada de un extraño, convirtiéndose en un lugar que se corrompe de manera proporcional al aumento de la fe ciega que sus habitantes sienten ante la mefistofélica figura del nuevo sacerdote. Una devoción equiparable a la que hemos sentido los seguidores de la carrera de Flanagan, consagrado ya como uno de los actuales maestros del terror. Javier Parra

03

Mare Of Easttown

Brad Ingelsby > miniserie, HBO Max

Easttown, en Pensilvania, es una localidad gris, fría y monótona. Pocos de los personajes que la habitan en esta serie protagonizada por Kate Winslet están muy contentos de vivir en ella. Digo protagonizada por Winslet porque el reparto es, en general, muy adecuado, pero “Mare Of Easttown” es de esas series construidas alrededor de un personaje casi único, alguien que focaliza el conjunto en los vaivenes del relato. Su mirada lo impregna todo. Vemos los acontecimientos como los presencia ella. Así que la actriz que interpreta a esta investigadora policial con bastantes problemas en cuanto a su forma de relacionarse con familiares, amigos y posibles amantes mientras intenta esclarecer el asesinato de una joven madre soltera, resulta fundamental. Y Winslet, que ya estuvo sobresaliente en su anterior experiencia televisiva, “Mildred Pierce” (2011), de Todd Haynes, se lleva cada plano a su sutil e inteligente territorio. La serie se convierte de este modo en un retrato dramático íntimo antes que una crónica criminal. Quim Casas

02

The Beatles: Get Back

Peter Jackson > miniserie, Disney+

El rótulo que abre cada uno de los tres capítulos de “The Beatles: Get Back”, advirtiéndonos de que lo que vamos a ver contiene lenguaje explícito y gente fumando, sintetiza a la perfección lo que este proyecto mastodóntico pone sobre la mesa: la dolorosa comparación entre la gilipollez hegemónica de nuestro presente y la maravillosa realidad de un pasado no tan lejano. Tras esta introducción à la “Star Wars”, seguramente involuntaria y fruto de la disneyficación del mensajero, resulta imposible no instalarse a lo largo de las casi ocho horas de metraje en una melancolía demoledora, agrandada hasta proporciones cósmicas por un torrente de planos preciosos, bendecidos por el formato analógico y fruto del estilo impecable de un Michael Lindsay-Hogg que Peter Jackson convierte, con muy poca clase, en el antagonista del relato. La gran aportación de Jackson es dilatar sin complejos la idea original hasta convertir este nuevo montaje en una experiencia inmersiva sin necesidad de un puto Oculus. Poco importa el esfuerzo evidente por generar tres actos, lo prodigioso de “The Beatles: Get Back” es que muchas veces consigue que estemos allí, entre cuatro chavales (unos tales The Beatles) en absoluto estado de gracia, que trabajan con una disciplina marcial fabricando ante nuestros ojos una de las músicas más hermosas jamás creadas por el ser humano.

La coincidencia este mismo año con “McCartney 3, 2, 1” (también en Disney+), la serie de monólogos de Paul McCartney disparando anécdotas en pretérito perfecto ante un Rick Rubin que balbucea monosílabos, capturados en un lúgubre blanco y negro digital por siete cámaras que no paran quietas, incide en este sentimiento de involución y de necesidad imperiosa como especie de volver allá donde una vez pertenecimos. Luis Cerveró

01

Small Axe

Steve McQueen > miniserie, BBC One-Amazon Prime Video-Movistar+

El conjunto de “Small Axe” es cine político que ya conocemos. Ojo, que no quiere decir que esté mal. El primer episodio-película “El Mangrove”, recreación de la Marcha de los Manglares de 1970 y el juicio posterior a los arrestados en Notting Hill, denuncia las injusticias de un sistema político que desde hace medio siglo es endémico y estructuralmente racista respecto a la comunidad afrocaribeña. Otros tres episodios (“Rojo, blanco y azul”, “Alex Wheatle” y “Educación”) llevan también recado en este mismo sentido.

Pero vayamos directos al cacho. O sea, a “Lovers Rock”, la causa principal de que la miniserie antológica de Steve McQueen merezca ocupar el primer puesto de esta lista. Pero ¿cómo explicar el milagro de este episodio-película cuando precisamente los milagros lo son en buena parte porque no se pueden explicar? De entrada, de poco sirve contar su trama, si es que la hay. Va de una fiesta en una casa montada por la comunidad jamaicana en el Londres de 1980; desde los preparativos del sound system en el salón y el estofado de curry de cabra en la cocina hasta la mañana siguiente, cuando los primeros rayos de sol iluminan una hermosa vuelta a casa en bicicleta de dos nuevos amantes que ha arrojado la noche. Entre medias, nada parece ir ni hacia delante ni hacia atrás. “Lovers Rock” flota. Nada pasa. O pasa todo.

Durante la hora y diez que dura “Lovers Rock” a veces solo vemos sombras danzantes sobre un fondo rojo. Contraluces en voluptuoso movimiento. Fragmentos de planos detalles de manos apretando una cintura. Pies acompasándose. Todo es un gozoso viaje al final de la noche a ritmo de música jamaicana, con catarsis: suena “Kunta Kinte Dub” de The Revolutionaries y la juventud jamaicana explota de rabia. Hasta tres veces piden a los DJs que vuelvan a pinchar ese tema. Y lo vuelven a pinchar, claro. Con el puño alzado. Ahí es cuando podemos volver a creer que otro cine político es posible. Sin necesidad de verbalizar ningún discurso, lo entendemos todo. Joan Pons

Netflix y el nuevo mainstream

 “El juego del calamar”, coreano éxito global. “El juego del calamar”, coreano éxito global.
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Cuando Ted Sarandos afirmó aquello de que la aspiración de Netflix era convertirse en HBO antes de que HBO se convirtiera en Netflix, parecía que la clave en la guerra de las plataformas de streaming residiría en el modelo de ficción. Netflix estaba tomando a su prestigiosa rival como referencia a la hora de crear series para acabar superándola. Pero finalmente la apuesta no ha sido tanto por la calidad de los contenidos como por la cantidad y las políticas de emisión. Netflix no se ha conformado con ser una nueva alternativa al viejo mainstream, como HBO. Se ha convertido en el nuevo y aplastante mainstream. Eso explica en parte por qué una plataforma que genera un número ingente de series a lo largo de la temporada apenas consiga colocar títulos en la lista de lo mejor del año de muchos medios.

En la de Rockdelux no ha salido mal parada: 7 de 25, pero entre ellos no se encuentra “El juego del calamar”, el fenómeno del 2021 en lo que a repercusión se refiere. La creación de Hwang Dong-hyuk resulta ejemplar en su capacidad para aglutinar una serie de tendencias de las nuevas formas del audiovisual. Recuerda el rol que ha adquirido Corea del Sur en la industria global a la hora de proyectar éxitos masivos sin renunciar a señas de identidad como la lengua, algo que parecía imposible fuera del ámbito anglosajón no hace tantos años. La serie también entronca con una de las fórmulas triunfadoras de la ficción juvenil, las sagas que despliegan juegos de supervivencia en un entorno distópico, y lo hace desde ciertos códigos de lo extremo tan cultivados por las cinematografías orientales.

Además, presenta otro de los elementos comunes en las series estrella de Netflix como “Lupin” y la recién finiquitada “La casa de papel” (2017-2021): personajes cotidianos que intentan superar una situación de desigualdad social con métodos poco ortodoxos. Todo ello sin renunciar a los elementos melodramáticos que siguen siendo claves en una ficción con tantos espectadores. Pero “El juego del calamar” también resulta bastante tramposa al caer en aquello que supuestamente critica, la explotación de la violencia como entretenimiento para saciar el placer sádico de una audiencia global. ∎

Fueron las mejores...

2014 True Detective T1. Nic Pizzolatto / 2015 El pequeño Quinquin miniserie. Bruno Dumont / 2016 The Night Of miniserie. Richard Price y Steven Zaillian / 2017 Twin Peaks T3. David Lynch y Mark Frost / 2018 Atlanta T2. Donald Glover / 2019 Fleabag T2. Phoebe Waller-Bridge / 2020 Podría destruirte miniserie. Michaela Coel ∎

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