Todo lo celebrado en los EPs “Sweet Princess” (It’s OK, 2018) y “Boundary Road Snacks And Drinks” (autoeditado, 2019) reaparece, el doble de hipnótico, el doble de afilado, en el primer LP de Dry Cleaning, “New Long Leg” (4AD-Popstock!, 2021), confirmación de los poderes extraños del recitado de Florence Shaw y los grooves provistos por Tom Dowse (guitarra), Lewis Maynard (bajo) y Nick Buxton (batería). Del brazo de John Parish, el cuarteto de Londres ha conseguido dar firmeza extra a un post-punk/spoken word que suena más o menos familiar (la sombra de The Fall nunca dejará de ser alargada) sin sonar revivalista.
El mejor piropo que se me ocurre es compararos con Life Without Buildings, ahora mismo popularizados tardíamente gracias a TikTok, nada menos.
Lewis: Así es como nosotros los conocimos, de hecho (risas).
Florence: Cuando estaba dudando si sumarme o no al grupo, Nick me envió un mensaje de texto con temas (entre ellos, “Private Life” de Grace Jones y una canción de Will Powers, alter ego satírico de la fotógrafa Lynn Goldsmith) que demostraban que había muchas formas de liderar un proyecto musical. Y eso es cierto. No tienes por qué ser Mick Jagger.
A veces se piensa que hablar en una canción es algo sencillo; menos artístico que cantar. Pero es todo un arte: capturar la atención sin tirar abiertamente de melodía.
Florence: Igual esto suena simplista, pero no me costó nada encontrar mi estilo. Simplemente llegó así y pareció funcionar. Al menos, a mí me parecía bien. Me preocupaba más saber si la gente lo iba a encontrar interesante. A veces lo que hago es muy sutil y tenía miedo a que la gente se aburriera.
Las letras son una mezcla de reflexiones personales y frases ajenas cazadas al vuelo y recogidas en la aplicación Notas. Lo sublime se puede mezclar con lo más cotidiano.
Florence: Hay un cincuenta por ciento de reflexión y un cincuenta por ciento de observación. Pero también las partes que vienen más de dentro, o que cuentan situaciones personales, están marcadas por cosas que he visto. Todo se emborrona bastante.
¿Cómo nacen generalmente las canciones del grupo? ¿Florence recita y el resto os acomodáis a ella?
Lewis: En realidad, solemos hacer música y letras a la vez. Casi todas las canciones surgen de jam sessions en las que estamos los cuatro. A veces a Tom se le ocurre un riff y evolucionamos desde ahí, y vemos en qué punto se puede sumar Florence. Pero todo suele pasar al mismo tiempo.
Florence no tenía experiencia musical previa, pero el resto sí habíais tenido grupos. ¿Cómo influye esa historia anterior en Dry Cleaning?
Lewis: Sobre todo, en lo que no queríamos hacer. En nuestra anterior banda (La Shark), Nick y yo estábamos pensando en cómo añadir sección de vientos y coro al directo. Todo eso para tocar delante de doscientas personas. No tenía sentido. Ahora, la idea era que todo fuese lo más sencillo posible.
Nick: Poder llegar a donde tuviéramos que tocar sin necesidad de alquilar un bus. Básicamente era eso (risas).
¿Fue sencillo dar con la química adecuada?
Tom: Desde el primer momento en que Florence empezó a cantar, todo quedó perfecto. Y antes, nosotros tres nos habíamos llevado muy bien. Compartimos un montón de música. De hecho, escuchábamos más que tocábamos.
Nick: Solíamos ensayar en el garaje de la antigua casa de Susan, la madre de Lewis, y ella cocinaba para nosotros. Había siempre mucha comida. Recuerdo muy bien la primera jam session, hace ahora cuatro años, porque Susan había comprado huevos de Pascua para todos. En aquel momento supe que había encontrado mi banda (risas).
Sin tratar de quitar méritos a los EPs, en el álbum sonáis el doble de depurados. ¿Es gracias a la ayuda de John Parish en la producción? ¿O a vuestro crecimiento artístico, sin más?
Tom: Creo que es un poco de las dos cosas. Tuvimos conversaciones con Parish antes de grabar y todos quedamos muy contentos. Parecía realmente interesado en nuestro sonido; en sacar partido a lo que ya teníamos. No es como un productor que llega y dice: “Ahora voy a hacer que suene como si estuvierais en un túnel” (risas). Quería juntarnos a los cuatro y grabar en directo. Todos queríamos avanzar en nuestro sonido, por otro lado. Lewis quería probar con un bajo más sutil y flexible, tocando más con los dedos.
Lewis: Desde el momento en que nos conocimos, Parish planeó los dos siguientes meses de nuestras vidas. Tomó el control de la situación y nos dio confianza. Había escuchado cada canción en todo detalle antes de la primera llamada.
Nick: De hecho, recuerdo el final de esa llamada. “Tengo algo de ‘feedback’ sobre las maquetas”, dijo. Había listado el repertorio y tenía comentarios para cada tema. “Esta canción: bien. Esta canción: necesita trabajo. No sé qué es, la verdad, pero hay que cambiarla”, nos iba diciendo. Fue tremendo (todos ríen).
Hasta la primavera de 2022 no tenéis vuestro primer concierto propio. ¿Cómo lleváis la ansiedad por volver al escenario?
Lewis: Antes del año que viene, quizá tengamos algunos conciertos como teloneros en giras de otros grupos. Ojalá salgan adelante. Realmente nos morimos de ganas de tocar en directo. De hecho, unos meses después de grabar, volvimos al estudio para empezar a desarrollar el material.