Caminando a su manera.
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Entrevista

Escuelas Pías, fantaterror pop

Cuatro álbumes, ocho EPs y más de un centenar de canciones conforman el legado de un dúo que, pese a partir de referentes estilísticos bastante asentados y reconocibles, nunca se ha querido conformar con seguir el camino fácil. “Ven a morir a casa”, su nuevo álbum, los redescubre como aspirantes a componer la banda sonora de una película de terror que solo existe en sus cabezas. Hablamos con ellos en su ciudad, Sevilla.

Davis Rodríguez (caja de ritmos, programaciones, sintetizadores, voz principal, coros) y Cristian Bohórquez (caja de ritmos, programaciones, sintetizadores, guitarra y bajo) solo llevan diez años con Escuelas Pías, aunque su prolífica discografía pueda indicar otra cosa. Aparte de eso, se han diversificado también como miembros de Sundae, Blacanova, Martes Niebla y otros grupos, de amigos siempre, que han conformado una escena bastante insular en Sevilla, pero muy enfocada a la creatividad.

El proyecto compartido por Rodríguez y Bohórquez parte de referentes comunes a todos ellos (el shoegaze, el dream pop, el indie de cuando ese término significaba otra cosa…), pero, en una evolución inesperada, ha emprendido movimientos cada vez más insólitos y arriesgados: desde series de EPs conceptuales culminados por un álbum completamente nuevo a entregas de un single digital al mes durante un año. Su último trabajo, “Ven a morir a casa” (El Genio Equivocado, 2025), tampoco se ha publicado en formato físico, pero funciona como la banda sonora de una película imaginaria de terror, y contiene ocho canciones convencionales y trece instrumentales. Entre las referencias que citan figuran John Carpenter, Ennio Morricone, Angelo Badalamenti, Tangerine Dream, las composiciones de Goblin para Dario Argento, el score de Mica Levi para “Under The Skin” (Jonathan Glazer, 2013) o el de Colin Stetson para “Hereditary” (Ari Aster, 2018).

“Los dos somos muy fans de las películas de terror y de sus bandas sonoras, y a mí también me gusta el género de la ópera rock, esos discos que van contando una historia de principio a fin, como ‘Tommy’, de The Who”, justifica Cristian, en una tarde demasiado cálida de otoño, desde la terraza de un bar en la plaza sevillana de San Julián. Aunque de vez en cuando nos interrumpe algún grito de los aficionados que siguen el partido del Betis, conseguimos aislarnos y seguir a lo nuestro. “Enseguida nos dimos cuenta de que no somos John Williams, no sabemos componer bandas sonoras al uso, así que lo orientamos como canciones pop. De ahí surge la idea de dedicar un tema a cada personaje de la película que teníamos nosotros en la mente. Escribimos un desarrollo ficticio del filme y toda la música”, añade Davis.

“Ven a morir a casa”.

Hay un tema de Loquillo, “Arte y ensayo” (coescrito con Igor Paskual y publicado en 2004, que dice: “No hago canciones, ruedo películas”), que me ha recordado un poco la filosofía que tenéis, en realidad, desde siempre. Parece que cada tema de Escuelas Pías cuenta una historia en sí misma.

Davis: Sí, eso cuadra bastante conmigo, porque cuando yo me pongo a hacer una canción pienso mucho en escenas. Muchas veces imagino más de lo que hay, y después eso lo voy construyendo en base a metáforas, atmósferas y ambientes hasta que la historia se pierde y queda una cosa misteriosa donde ya no sabes realmente de lo que estás hablando.

Como todos los dúos, me imagino que debéis ser muy fans del formato dúo, ¿no? Pet Shop Boys, Soft Cell, Astrud...

Davis: Sí, para trabajar. Es una formación segura para nosotros porque sabemos que lo vamos a hacer bien, no tenemos factores externos y controlamos todo, pero para el directo es mucho más aburrido.

Cristian: Lo ideal para nosotros sería tocar con cuatro o cinco personas, pero es una dinámica mucho más complicada de sacar adelante. Ahí ya hay muchos problemas: los ensayos, la gente no tiene tiempo para hacerlo y, bueno, lo típico de los grupos. No somos profesionales del tema, tampoco tenemos unos cachés demasiado grandes ni llenamos salas, así que mover a cinco personas implica perder siempre dinero y no poder pagarle a la gente que viene contigo, pero sería mucho más placentero.

Davis Rodríguez y Cristian Bohórquez.
Davis Rodríguez y Cristian Bohórquez.

En los últimos conciertos que os vi en Sevilla recuerdo oíros comentar que tal vez podría ser el último. Manifestáis mucho la idea de que sois un grupo constantemente a punto de disolverse.

Davis: Yo siempre lo pienso, que ese concierto va a ser el último.

Cristian: Que un grupo como el nuestro siga vivo después de cuatro álbumes lo veo como una cosa casi milagrosa. No estamos en ninguna red de conciertos, ni en ninguna escena, ni en la industria realmente. Si seguimos en esto es porque nos apetece y porque somos unos románticos de hacer canciones y montar discos. A veces también de tocar en directo, pero lo veo tan complicado… Se tienen que unir una serie de circunstancias que lo mismo después acaban mal, y al final no sabemos si merece la pena o no. Ahora mismo me gustaría, porque he venido un poco emocionado con un concierto que he visto de The Beta Band: cuatro tíos tocando todo en el escenario, con dos baterías, de repente sacaron una trompeta…No había casi nada pregrabado y hacían magia en el escenario. Pero luego pienso en nosotros dos y…

Davis: Ahora mismo estamos en la fase de que eso nos ha cansado. Queremos hacer otra cosa diferente.

La situación de la industria parece propiciar el abandono entre los grupos que no sobrepasan un determinado nivel de repercusión, pero yo creo que vosotros, en los últimos años, habéis grabado más canciones que nunca. Tenéis un repertorio que puede que supere ya el centenar de temas.

Davis: Yo los tenía contados antes de este disco, estábamos en 89, así que ya vamos por 110.

Cristian: Es que nos gusta crear y producir canciones. Por ejemplo, este último álbum tiene un desarrollo de un año, básicamente porque tenemos la suerte de que poseemos conocimientos y destrezas para poderlo hacer casi todo en casa. Después nos vamos al estudio La Mina, con Raúl Pérez, durante cuatro o cinco días. Es decir, que hay una producción superlarga en la que te lo pasas bien, vas haciendo modificaciones, nos vamos enseñando y diciendo cosas… Yo creo que es la magia de hacer canciones. Y, evidentemente, nos gustaría que gustaran y que llegaran a mucha gente, pero, como tú sugieres, no existe ya la gama media. Están los que empiezan, los que llegan a algún sitio y los que lo dejan. Entonces, lo único que nos queda a nosotros es hacer canciones y discos.

“Que un grupo como el nuestro siga vivo después de cuatro álbumes lo veo como una cosa casi milagrosa. No estamos en ninguna red de conciertos, ni en ninguna escena, ni en la industria realmente”

Cristian Bohórquez

¿Y el sello os sigue el rollo?

Cristian: La verdad es que no meten mucha baza en lo que hacemos. Nosotros realmente decimos: “Tenemos un disco preparado”. Se lo mandamos, lo escuchan y dicen: “¡OK!”, y nos preparan la promoción e intentan buscarnos una presentación en Madrid, otra en Barcelona, y algo en Sevilla, pero un poco “mitad lo organizáis vosotros, mitad os ayudamos”. El problema de las ediciones es que somos conscientes de que en el armario tenemos todavía cajas y cajas de discos anteriores. Entiendo que el sello diga: “No nos compensa porque no los vais a vender”. Entonces nos apoyan con el digital y ya está.

Davis: Es cierto que, con este álbum, el concepto se queda un poco cojo, porque la idea que teníamos inicialmente era una edición física, y mostrar la historia de la película, contar con fotografías, la portada y la contraportada, todos los detalles que acompañan a la música. Al salir solo la edición digital eso ha quedado sin explicarse del todo, pero cuando no hay dinero otra cosa no se puede hacer. Y luego, no sé si será una cosa de mi imaginación, pero creo que hay una desconexión grande entre que el sello sea de Barcelona, que nosotros seamos un grupo sevillano, y que tú piensas en grupos sevillanos que hagan pop en español, de nuestro estilo, y nuestro nombre no aparecerá en ninguna lista. A lo mejor nos asocian más con El Genio Equivocado que con la escena posible que haya en nuestra ciudad. Siento que aquí ya no quedan grupos que hagan pop. Y también puede tener que ver con que se nos relaciona más con lo triste, con la nostalgia y la melancolía que con lo que es la fiesta. A mí me da mucha rabia una cosa que decía un señor que organizaba conciertos en Sevilla: “Esto no es un concierto, es una fiesta”.

Fantasmas de interior.
Fantasmas de interior.

Tampoco tiráis mucho de referencias locales, ¿no?

Cristian: Bueno, el nombre de Escuelas Pías viene de un sitio muy concreto de Sevilla. De una plaza, no de las escuelas cristianas. Pero al final pensamos en otros mundos, quizá en otro universo. Lo nuestro es la ciencia ficción y el surrealismo, o las películas, o no sé. Estamos más en otro en otro universo que en la Tierra.

Siempre habéis cuidado mucho la imagen, incluso aunque no haya habido formato físico. Por ejemplo, con los singles digitales que publicasteis en 2023 y 2024, todas las portadas del streaming estaban muy curradas.

Davis: Sí, claro. Eso siempre nace de la necesidad del underground de hacerlo tú mismo. En cuestión de portadas, diseño, etc., casi siempre lo he hecho yo todo, y supongo que esa es la razón de que haya algún tipo de imaginario coherente. Y en algunos casos nos ha ayudado Amaya Granell con la fotografía o Cristian Pineda con alguna ilustración.

Cristian: Lo de la portada es superimportante. ¿Cuántas veces has querido comprar un disco o un libro por ello? Yo incluso he adquirido otras ediciones de libros que ya tenía por ese motivo. Creo que hay que cuidarlo siempre. ∎

Diez años muy bien aprovechados

“Escuelas Pías”
(Discos Imaginarios, 2015)

La primera entrega, autoproducida y autoeditada por el dúo, se puede entender como una maqueta en formato digital. Pero, a pesar del sonido aún precario del EP, sus cuatro temas muestran ya claramente el estilo y potencial del grupo: desde el shoegaze y el dream pop a los aromas siniestros y el tecnopop, con unas letras que dicen cosas y el sentimiento (nada sentimental) de Davis a la hora de cantar.

“Nuevas degeneraciones”
(El Genio Equivocado, 2016)

El primer álbum comienza de modo espectacular con los sintetizadores solemnes de “Maldad en la residencia” y va hacia arriba con “Temporal”, el primero de sus grandes himnos. Las guitarras de “Sierras” también marcan un nuevo pulso emocional en un álbum con predominio de los medios tiempos, con atmósferas saturadas y una intensidad que te va penetrando sin saber bien de qué te habla.

“Pequeñas desviaciones”
(El Genio Equivocado, 2017)

Cuatro temas que se quedaron fuera del disco anterior, más por estilo y coherencia que por ser canciones menores, lo que hace válida la segunda palabra del título, pero no la primera. Destacaría el amargor surrealista de “La canción de un verano” y las guitarras encendidas en post-punk épico de “Una casa unifamiliar”. Se publicó en digital y en una edición limitada en casete, y Rockdelux lo eligió cuarto mejor EP nacional de aquel año.

“Mapa espacial para personajes secundarios”
(El Genio Equivocado, 2018)

La primera grabación del dúo en los estudios La Mina, con producción de Raúl Pérez, supone también un cambio de pantalla. Tras ver que ya dominaban perfectamente sus líneas estilísticas, es su momento de proyectar una mayor ambición creativa. La frenética pulsión en clave de electropop con guitarras de “La muerte dulce” nos conduce por ese nuevo mapa cósmico, perfilado con tres temas más.

“Música ligera para un funeral”
(El Genio Equivocado, 2018)

La consolidación de un estilo que se lanza ya definitivamente hacia la iconografía del terror y la ciencia ficción. Así lo demuestran temas como “La carrera espacial” y “Agujero negro” (sus dos temas más rotundos), pero también “El último hombre en la tierra” y “Carrie Page” (nombre que reconocerán los fans de la serie “Twin Peaks”). Y, no menos importante, el humor negro que se destila en el título de este segundo álbum largo.

“Manual para cuidar plantas artificiales”
(El Genio Equivocado, 2022)

Me tomo la licencia de agrupar aquí un conjunto de lanzamientos que comenzó con cuatro EPs de cuatro temas cada uno –“Plantas de exterior” (2020), más “Plantas carnívoras”, “Plantas venenosas” y “Plantas alucinógenas”, publicados en 2021–, un casete con cuatro cortes más –“Mala hierba”, de 2022– y este álbum de remate, su tercer LP, con otras doce canciones nuevas. Escribí al respecto aquí.

Singles digitales
(El Genio Equivocado, 2023-2024)

Entre enero de 2023 y enero de 2024, Cristian y Davis fueron lanzando en formato digital una docena de canciones sueltas, a una por mes (solo fallaron en septiembre), enlazadas por un trabajo gráfico unitario que siempre mostraba las siluetas del dúo en diferentes situaciones o entornos. En cierto modo, anticipa las líneas de su álbum posterior, especialmente en su último tema: “Objeto Espacio Lugar”.

“Ven a morir a casa”
(El Genio Equivocado, 2025)

El cuarto álbum, el último salto mortal. Según la descripción que ofrece su sello, es “una obra que desafía las etiquetas y propone al oyente un juego de imaginación: construir su propia película mental guiada por una música extraviada, inquietante y luminosa a la vez”. Las canciones habituales de Escuelas Pías son ahora minoría, en diálogo con temas instrumentales de entre uno y dos minutos que terminan por conformar un universo nuevo para ellos. ∎

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