El regreso. Foto: Sílvia Poch
El regreso. Foto: Sílvia Poch

Entrevista

Mazoni es un milagro

Marchó sin cerrar billete de retorno y ha vuelto mucho antes de lo que estaba previsto. Mazoni retoma su trayectoria con “Banderes per daltònics”, uno de sus mejores discos, nueva demostración de su ilimitada capacidad en el arte de la composición de la canción pop.

“Una vez me fui”, confiesa Jaume Pla. ¿A dónde? ¿Por qué? Se fugó a los Pirineos. Acabó en Lourdes. Estaba pasando por un momento de crisis. Tenía miedo. Había dejado la música porque no podía ganarse la vida con Holland Park, su primera banda. Se propuso volver a estudiar, pero no llegó a matricularse en nada. Tenía un primer disco en catalán medio grabado –aunque con Holland Park aún en activo ya había publicado su primera referencia en inglés como Mazoni: “7 Songs For A Sleepless Night” (2003)–, pero lo abandonó porque no se sentía seguro. “Cogí el coche y me fui a dar una vuelta”. La vuelta duró semanas. “Me fui a ver si me inspiraba. A mi pareja de entonces le dije: ‘Voy a intentarlo’. Era la primera vez que lo hacía. Después lo he hecho más veces. Pensé que salir de casa, cambiar de aires y desconectar un poco del mundo me iría bien”. Lo pasó fatal durante los dos primeros días de su particular road trip. Paraba en cualquier cuneta que le resultara mínimamente evocadora y pillaba la guitarra. No le salía nada. “Me preguntaba constantemente qué estaba haciendo”.

Retiros y retornos. Foto: Sílvia Poch
Retiros y retornos. Foto: Sílvia Poch

Todo cambió la noche en la que, repasando la ruta que seguiría al día siguiente, descubrió que no estaba demasiado lejos del Tourmalet y las cuestas de Hautacam, allí donde, como cantaban Manel en su “Boomerang”, Miguel Induráin perdió más de dos minutos respecto a su principal rival, Bjarne Riis, que no solo ganó aquella etapa, sino que se acabó adjudicando aquel Tour de Francia, el de 1996. Fue el final del lustro de dictadura amarilla del navarro. Enfermo del ciclismo, Pla lo tuvo claro: subiría al más mítico de los puertos de montaña. “Después de ver el Tourmalet, descubrí que Lourdes estaba cerca. ¿Por qué no?”. Dice que flipó con el percal que se encontró. “Es como un parque temático, grandioso y lleno de gente creyente ultrafervorosa llegada de todo el mundo”. Ya que estaba allí, Mazoni se acercó a la gruta de Massabielle, donde la Virgen se le apareció hasta 18 veces a Bernadette Soubirous. Eso decía la pastora y siguen afirmándolo los que quieren creérselo. “Como no tenía nada que perder, probé el agua de la gruta”, confiesa. “Hice la cola y bebí un poco. La noche siguiente estaba durmiendo en el coche y me desperté. Cogí la guitarra y, en menos de cinco minutos, escribí la canción ‘Virgínia i el pantà’”. La trayectoria de Mazoni es un milagro. Él ríe y asiente. “Tras componer esta canción todo cambió. Antes de acabar el viaje escribí dos o tres temas más. Y cuando llegué a casa terminé el que sería mi primer disco en catalán –“Esgarrapada” (2006)–. El agua de Lourdes fue un momento de inflexión en mi carrera”.

“Después de ver el Tourmalet, descubrí que Lourdes estaba cerca. ¿Por qué no?  Es como un parque temático, grandioso y lleno de gente creyente ultrafervorosa llegada de todo el mundo. Como no tenía nada que perder, probé el agua de la gruta”

Jaume Pla

También fueron momentos determinantes en la trayectoria de este músico de La Bisbal de l’Empordà la publicación de discos como “Si els dits fossin xilòfons” (2007), “Eufòria 5 - Esperança 0” (2009), “Fins que la mort ens separi” (2011), “Sacrifiqueu la princesa” (2014), “Carn, os i tot inclòs” (2017) o “Ludwig” (2021), todos en Bankrobber. Una colección de referencias que lo revelan, siempre con la canción pluscuamperfecta como objetivo final, como un creador inquieto en busca de retos que lo motiven; uno de los mejores moduladores de melodías de su generación. Pero un día podía llenar la sala Apolo de Barcelona y la noche siguiente actuar ante seis personas en Reus. Y volvió a entrar en crisis. Y volvió a sentir miedo. Y volvió a pensar que quizá lo mejor sería abandonar la música, al menos durante un tiempo. Lo anunció a finales de 2023. Dijo que quería escribir una novela. A finales de 2025 lo tenemos de regreso. No ha publicado ningún libro. Ha vuelto con un disco, “Banderes per daltònics” (Bankrobber, 2025). Uno de los mejores de sus mejores álbumes. Una obra que se presenta como una síntesis madura de la exploración sonora que ha caracterizado la carrera de Pla.

Síntesis en canciones. Foto: Sílvia Poch
Síntesis en canciones. Foto: Sílvia Poch

Tras haber transitado por terrenos más definidamente pop y rock en sus inicios, para posteriormente flirtear con los sonidos sintetizados y hasta adentrarse en el legado de Ludwig Van Beethoven, su nuevo disco ofrece una cohesión estilística que aglutina sus mejores herramientas. En sus once cortes, se percibe una deliberada vuelta al corazón del pop-rock melódico, el del devorador compulsivo de los elepés de The Beatles y The Beach Boys, de Pink Floyd y Neil Young, de Teenage Fanclub y Oasis. Canciones como “Set de nou” y “Un petit racó de pau per cadascú”, “Fe dins la tristesa” (puro Beatles era “Sgt. Pepper’s”) o “Ja no em lliguen cadenes” (hermana catalana del “Roll With It” de Oasis) se articulan con una sencillez aparente que esconde un dominio notable de la estructura pop. La instrumentación, siempre al servicio de la canción, contribuye a un sonido orgánico y nítido.

“Yo era el primer convencido de que estaría más tiempo sin publicar un disco. Sabía que volvería seguro en el futuro, por eso dije que iba a tomarme un tiempo muerto y que no sería un punto final, pero al salir las canciones tan rápido...”

Jaume Pla

A veces solo hay que verbalizar el cansancio, exponer en voz alta la queja o el miedo. Es el primer paso para superarlo. “Yo era el primer convencido de que estaría más tiempo sin publicar un disco”, sostiene. “Sabía que volvería seguro en el futuro, por eso dije que iba a tomarme un tiempo muerto y que no sería un punto final, pero al salir las canciones tan rápido... Cuando dejé de poner el foco e intentarlo intencionalmente, las canciones empezaron a salir solas. Tenía que aprovechar ese momento creativo”. El primer tema que apareció fue “Un petit racó de pau per cadascú”, que también es la canción que abre el disco. Mazoni sintió una ilusión que hacía años que no sentía. “Pero no fue hasta que tuve más o menos unas veinte ideas de canciones nuevas cuando me puse a pensar en volver al estudio y grabar. Hasta entonces no pensé en nada más que no fuera pasármelo bien. Y fue bonito, porque fueron muchas tardes de otoño-invierno, solo en casa, con la guitarra, disfrutando de que nadie estuviera esperando que publicara nada inmediatamente. Durante aquellos días vi ‘La estrella azul’, y fue una inspiración para el disco. La película va sobre el viaje a Argentina del músico zaragozano Mauricio Aznar (cantante y guitarrista del grupo Más Birras, que estuvo activo entre 1985 y 1993). Ahí conoce a un hombre mayor que le explica que para hacer canciones hay que estar relajado. Ese momento está muy bien. Tendemos a pensar en la creatividad como un estado febril. Y a veces es así, pero en ocasiones también hay que esperar que la canción venga a ti”. ∎

Teaser de “Banderes per daltònics”. Suena un fragmento de “Un petit racó de pau per cadascú”.
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