Con su álbum de debut, “Space 1.8” (2021), la compositora y multinstrumentista belga-caribeña dio un aldabonazo que repercutió en la escena jazz británica hasta alcanzar cualquier latitud. Lo que pudiera ofrecer Nala Sinephro, que toca arpa de pedal y sintetizadores modulares, en el Apolo era una sorpresa. Y lo fue. Pero no la deseada, pues por la impericia del técnico de sonido devino en una bruma entre el ambient y una sopa de post-bop. En formato de cuarteto, lo que parecía que iba ser un concierto de nivel en sus inicios devino en una descodificación del jazz que podría recordar las sonoridades de, por ejemplo, Christian Scott o Kamasi Washington. La intérprete se marchó tal como llegó. En silencio. Miquel Queralt