Shane MacGowan nació en Pembury, condado de Kent, el día de Navidad de 1957, pero sus primeros seis años transcurrieron en una granja de Tipperary, un pequeño condado en la Irlanda del Norte rural. Y ahí podría haber transcurrido su vida, entre bosta, ocas y pacas de heno, si no hubiera sido por la oferta de trabajo que le sale a su padre y que lleva a toda la familia –incluida a Siobhan, hermana de Shane, futura periodista, escritora y música– a Londres. Allí llegará el desarraigo –la melancolía ahogada en pintas de cerveza–, pero también la oportunidad.
Si echas cuentas, verás que le toca el punk con 20 años. De hecho es uno de los pocos presuntos asistentes a los primeros conciertos de The Clash y los Sex Pistols que realmente estuvo allí. A aquel big bang se debe la fundación de los Nipple Erectors, más tarde The Nips, una de las bandas menos memorables del punk británico –y eso que grabaron su primera maqueta para Polydor con Paul Weller– pero definitivamente una de las primeras (debutaron en 1977). Se le perdona la falta de trascendencia a la banda: ahí da sus primeros pasos este inolvidable esnifador de pegamento que, en 1982, va a fundar Pogue Mahone (“Chúpame el culo”), más tarde The Pogues, junto a Jem Finer y Peter “Spider” Stacy.
En esa década Shane dará lo mejor de sí; grabará cinco de los siete discos del grupo, entre ellos genialidades como “Rum, Sodomy & The Lash” (Stiff, 1985) e “If I Should Fall From Grace With God” (Pogue Mahone, 1988). ¿Y los otros dos discos restantes? La banda, que crece hasta convertirse en octeto, se tiene que buscar otro cantante, la dipsomanía de MacGowan le hace inmanejable. Siobhan, la hermana de Shane, lo dirá más adelante: después de la gira de “If I Should Fall From Grace With God” no volvió a ser el que era. El remplazo deja a MacGowan en buen lugar: el nuevo cantante es Joe Strummer, productor de “Hell’s Ditch” (Island, 1990) y sorpresa habitual en los bises de los conciertos de los Pogues desde 1988.
Nadie gana con el cambio: Strummer no mejora a su previo líder, el grupo pierde su chispa y Shane no levanta cabeza artísticamente hablando –con extraordinarias excepciones como “What A Wonderful World”, que graba junto a Nick Cave en 1992– hasta la formación de su tercera banda, The Popes. Con ellos va a grabar dos álbumes de estudio – “The Snake” (ZTT, 1994) y “The Crock Of Gold” (ZTT, 1997)– y uno en vivo, “Across The Broad Atlantic. Live On Paddy’s Day” (Eagle, 2002). En esos años y en los siguientes, registra diversas colaboraciones, fundamentalmente con artistas del tradicional irlandés: Christy Moore, The Dubliners, Alan Stivell o Sinéad O’Connor.
En 2001 –año de la publicación de sus memorias, “A Drink With Shane MacGowan”– el cantante vuelve a The Pogues y se queda en el grupo, que sigue en decadencia, hasta 2014. Durante 2010 y 2011 mantiene además The Shane Gang, una banda con exmiembros de In Tua Nua, y mantiene contacto esporádico –a veces incluso musical– con compañías regulares tirando a malas como Pete Doherty o Johnny Depp. Actúa por última vez el 13 de junio de 2019 en Dublín como invitado de Chrissie Hynde y The Pretenders.
No hay manera de recordar sus problemas de salud sin redundar en lo dolorosamente caricaturesco. Sus padres le dieron a probar la Guinness a los cinco años, para ayudarle a dormir; con eso está casi todo dicho. Algún día sus adicciones incluirán palabras mayores –heroína– y problemas de salud de primer orden. Del tema dental solo diremos que perdió el último diente en 2008, y que el equipo de dentistas que le puso una dentadura nueva en 2015 –tras una operación de nueve horas– bien podría dedicarse a contar cómo hizo ese milagro.
En 2016 a Shane se le vio saludable, o algo parecido. Tras sobrevivir a una grave neumonía, el artista estaba –según su compañera de siempre, la periodista Victoria Mary Clarke– “sobrio por primera vez en años”. Pero su salud era una birria. El director Julian Temple se apresura con su proyecto de documental y filma “Crock Of Gold” (2020), que en nuestro país se ha llamado –en un alarde de originalidad y oportunismo por parte del distribuidor– “Bebiendo con Shane McGowan”.
“La fama lo ha devorado”, dice ahí Temple. Sinéad O’Connor, tristemente fallecida cuatro meses antes que Shane, tiene estas otras palabras: “Su música ha trascendido todo, y la gente lo ama por la música, pero no ven ninguna de las otras cosas. Personas de todos los ámbitos de la vida lo aman; todos lo quieren. No importa qué tipo de música te guste, seas viejo o joven, homosexual o heterosexual, aburrido o interesante, cuadrado o redondo; las canciones son la razón por la que la gente lo quiere tanto”.
Y eso es lo apasionante de su figura: el amor del público. El músico –crucifijo en el cuello, vaso en la mano; eterno apátrida, letrista inmenso– era un conocedor absoluto de los tesoros de la tradición irlandesa, ahora disipada en el éter. ¿Un gran poeta? Claro. “Pero es muy molesto que te llamen poeta cuando eres músico, porque significa que perdiste el tiempo haciendo música”, deja dicho. Shane MacGowan: dientes, hígado y un inmenso corazón irlandés. ∎

Si solo vas a escuchar a MacGowan una vez, que sea aquí, en el segundo disco de los Pogues. La energía de la banda y su brutal capacidad lírica dejan himnos propios como “A Pair Of Brown Eyes”, “Sally MacLennane” y “Dirty Old Town”, o tradicionales como “I’m A Man You Don’t Meet Everyday”, con una conmovedora interpretación de Shane y Cait O’Riordan. El nombre del disco se atribuye a una frase de Winston Churchill: “No me hable de las tradiciones de la Armada Real. Son solo ron, sodomía y el látigo”. Produce Elvis Costello.

Contiene momentos tan dispares como “Fairytale Of New York” –dueto con Kirsty MacColl, sin lugar a dudas una de las canciones de Navidad más bonitas jamás grabadas; fue top 2 en el Reino Unido– y “Fiesta”, divertido himno chuzo por cuya autoría hubiera matado Mano Negra (y, por qué no, The Clash): “I am Francisco Vasquez Garcia / I am welcome to Almeria / We have sin gas and con leche / We have fiesta and feria…”. En la consola, Steve Lillywhite, hitmaker de aquellos años.

El regreso tras su sonora expulsión de los Pogues y su sustitución por Joe Strummer en 1991 es este, editado por el sello de Trevor Horn (¡!). La vuelta de MacGowan tiene, aparte de la nueva banda The Popes, el atractivo de los invitados con mucho nombre –Johnny Depp, Brian Robertson (Thin Lizzy), miembros de los Pogues– y tradicionales como “Nancy Whiskey” y “Roddy McCorley”. Además, un prodigioso dueto con Sinéad O’Connor –“Haunted”, solo en el CD– y “You’re The One”, con Máire Brennan de Clannad. ∎