La mayoría de edad de Warpaint. Foto: Mia Kirby
La mayoría de edad de Warpaint. Foto: Mia Kirby

Entrevista

Warpaint: “Ya no nos identificamos demasiado con lo gótico y depresivo; somos más felices”

El cuarteto californiano no se atrinchera en su exitosa costumbre. Con “Radiate Like This” –cuarto álbum de una trayectoria larga y provechosa– consigue reflejar los sentimientos y estados de ánimo que predominan en su día a día, e incorpora nuevos argumentos sonoros con el mejor de los criterios. El 3 de junio lo presentará en Barcelona, en el festival Primavera Sound.

En 2022, Warpaint alcanza, como quien no quiere la cosa, su mayoría de edad: 18 años de carrera. Y derrocha elegante madurez en “Radiate Like This” (Heirlooms-Virgin-Universal), un disco algo más luminoso de lo habitual, resultado, entre otras cosas, de una segunda maternidad en la familia y la felicidad general de sus componentes. Hablamos con la más ocupada y versátil de todas, la batería Stella Mozgawa, que hará doblete en el próximo Primavera Sound: con Warpaint el primer fin de semana y con la banda que acompaña a Courtney Barnett durante el segundo. En esta ocasión, es la portavoz del grupo que completan Emily Kokal (voz y guitarra), Theresa Wayman (voz y guitarra) y Jenny Lee Lindberg (bajo).

Hace 14 años desde que Warpaint empezaran a asomar por los blogs de mp3 gracias al repertorio de “Exquisite Corpse” (Autoeditado, 2008), EP grabado todavía con la actriz Shannyn Sossamon como batería. Su dream pop de violencia contenida ganó enteros en “The Fool” (Rough Trade, 2010), comezclado por el mismísimo Andrew Weatherall y grabado ya con la que sería su batería canónica: la gran Stella Mozgawa, que supo aportar rítmicas hip hop, reggae y dub a “Warpaint” (Rough Trade, 2014); catapultó al grupo hacia cimas uptempo en “Heads Up” (Rough Trade, 2016) y ensaya con reparadoras influencias soft rock y trip hop en “Radiate Like This”, raro caso de “disco feliz” de Warpaint. Felizmente feliz, además. Hablamos con tan ocupada artista sobre la larga gestación del álbum y, de paso, sobre su trabajo con Bryan Hollon en el proyecto techno Belief, con el que lanzará su primer LP este mismo año.

Stella Mozgawa, Jenny Lee Lindberg, Emily Kokal y Theresa Wayman. Foto: Mia Kirby
Stella Mozgawa, Jenny Lee Lindberg, Emily Kokal y Theresa Wayman. Foto: Mia Kirby

Han pasado cinco años y medio desde “Heads Up”. Tampoco es que hayáis estado paradas durante todo este tiempo (y menos aún Mozgawa, colaboradora compulsiva y coproductora de “Things Take Time, Take Time” de Courtney Barnett), pero, al menos en lo referente a Warpaint todo ha sido claramente más lento que en otras ocasiones. ¿Qué ha pasado?

Generalmente se entiende que han pasado seis años desde que nos juntamos para hacer algo, pero en realidad estuvimos de gira con “Heads Up” desde 2016 hasta mediados de 2019. Lo que son casi cuatro años girando. Incluso cuando había huecos para trabajar creativamente, seguíamos promocionando aquel disco y presentándolo en vivo. Finalmente, en verano de 2019 nos juntamos en mi estudio de Joshua Tree (California) y empezamos a trabajar en temas como “Champion”, “Altar”, “Hips” y quizá un par más que no acabaron en el disco. Después, entre finales de ese mismo año y principios del siguiente, estuvimos unas semanas en otro estudio del desierto, Rancho De La Luna, y uno de Los Ángeles, Studio 64. En esos estudios completamos lo que creíamos que sería el grueso del álbum. Después, por supuesto, llegó la pandemia y cambió todo. El tiempo perdió significado. Los plazos de entrega dejaron de tener la misma importancia. Al fin y al cabo, nadie sabía cuándo se podría volver a girar.

Entonces ¿teníais una fecha de entrega que se alargó indefinidamente?

Bueno, dejó de haber fecha de entrega, en realidad. Y era un plazo de entrega que nos habíamos impuesto nosotras mismas, en principio, no nuestro sello. Lo habíamos dispuesto así pensando en cuándo queríamos lanzar el disco. Al llegar la pandemia, todo se hizo más difuso.

“Todas estamos en relaciones felices y vivimos en sitios donde queremos vivir y estamos construyendo espacios de domesticidad. Y Emily ha sido madre, Teresa ya lo era. Todo eso contribuye a un sentimiento de comunidad y de respaldo mutuo. Al final es todo bien sencillo: somos más felices. Eso se ha de advertir”

Stella Mozgawa

Theresa Wayman perdió, según comentó a ‘The Forty-Five’, “el placer y la conexión a la hora de hacer música y tocar con mis amigas”. ¿En qué momento en concreto? ¿Durante la larga gira de “Heads Up”?

Seguramente se refería a eso. A veces nos sentíamos desconectadas de la música. Es algo normal cuando estás en un grupo; no siempre estás ahí dentro al cien por cien. Y si es así para mí, todavía debe ser más complicado para ellas, que llevan 18 años en el grupo. Es imposible entregarse a tope todo el tiempo, durante tanto tiempo, en cualquier clase de relación. Siempre habrá altibajos. Por otro lado, nada resulta tan placentero como sentir que ese fuego se reaviva.

Con la pandemia, tu relación con el grupo fue a distancia. ¿Cuándo decidiste instalarte de nuevo en Australia?

La explosión del COVID me pilló en Europa y no podía regresar a Estados Unidos porque no tengo green card. Volé a Reikiavik para trabajar con mi amiga Cate Le Bon en el disco que estaba produciendo para John Grant. Mientras estaba allí, el gobierno australiano anunció su plan de cerrar las fronteras. Mis únicas opciones eran quedarme en Reikiavik durante quién sabe cuánto tiempo, sin sitio verdadero donde alojarme más allá de algún Airbnb, o volver a Australia. Fue todo bastante estresante. Cuatro vuelos diferentes para llegar desde Reikiavik a Sídney a tiempo para no quedarme fuera.

Y es entonces cuando Warpaint pasa de ser casi una jam band a una máquina de piezas desperdigadas. ¿Cómo se lleva ese cambio?

Yo tuve la suerte, y Jenny hasta cierto punto también, de haber grabado mis partes en vivo antes de la pandemia, antes de que todo se pusiera realmente serio. Al menos en mi experiencia, lo último que se hace en un disco son las letras o las voces. De modo que quienes peor lo tuvieron fueron Theresa y Emily; peor o mejor, según se mire, porque tuvieron tiempo extra para trabajar en las voces y las letras y refinar esos aspectos. Tuvieron que hacerlo todo durante la pandemia, lo que seguramente les sirvió para entrar en un estado reflexivo, pero también debió resultarles algo alienante. Debe ser triste estar trabajando en un tema sin poder girarte y comentarles a tus amigas qué les parece tal o cual decisión. Cuando pierdes esa opción y te toca enviar un correo electrónico con un mp3 –y a veces, quién sabe, esperar días para una respuesta–, grabar canciones no puede ser igual.

Rostros sin carmín. Foto: Mia Kirby
Rostros sin carmín. Foto: Mia Kirby

Lo más curioso de todo es que este disco resulta, al menos a mis oídos, el más cálido e íntimo de Warpaint. ¿Cuál es el truco?

Las partes instrumentales se grabaron, si no con todas tocando a la vez, sí con todas en el mismo lugar. Algo así es importante. En ese apartado hubo total comunicación. Es decir, se dio el espíritu de comunicación y comunidad que resulta de estar todas presentes en el mismo espacio físico. La intimidad añadida tiene que ver, creo, con el hecho de que Theresa y Emily grabaron las pistas vocales en un espacio doméstico. Eso tiñó las voces de una intimidad difícil de lograr en un estudio, con un ingeniero pegado al lado, etc. Cuando escucho el disco, escucho esa intimidad y ese canal directo entre la vocalista y el oyente. El álbum se beneficia de esa experiencia vocal tan íntima y personal.

Ya habíais titulado un disco “Heads Up” –“Cabezas arriba”–, pero “Radiate Like This” debe ser todavía más positivo e incluso me atrevería a decir “feliz”. No sé si fue una decisión consciente. ¿El aspecto gótico del grupo perdió gracia después de tanto tiempo de encierro?

Es una combinación de muchas cosas. Creo que, de forma inconsciente, nos estamos alejando de esa especie de identidad gótica o depresiva con que se nos asocia. Tampoco estoy segura de si somos enteramente responsables de esa imagen, pero no importa… El caso es que cada vez nos identificamos menos con eso. Puede que aún sea una parte de nosotras, pero resulta menos relevante con cada disco. Todas estamos en relaciones felices y vivimos en sitios donde queremos vivir y estamos construyendo espacios de domesticidad. Y Emily ha sido madre, Teresa ya lo era. Todo eso contribuye a un sentimiento de comunidad y de respaldo mutuo. Al final es todo bien sencillo: somos más felices. Eso se ha de advertir.

“Dicen que tu forma de socializar o de moverte en el mundo está claramente determinada por la gente con la que has crecido. Yo creo que puede decirse lo mismo de la música: aquella con la que creces define tu forma de comunicarte musicalmente de forma instintiva”

Stella Mozgawa

A menudo los discos felices, sobre todo si vienen de artistas antes abonados a la melancolía, son recibidos con cierto escepticismo, cuando no cierta ira. Lorde, por ejemplo, desató reacciones encontradas con su luminoso y ligero “Solar Power”. Y hay algún tema en “Radiate Like This” que tampoco desentonaría en las radiofórmulas que siguen tirando de “Pure Shores”, de All Saints.

¿Qué tema, por ejemplo? (sonríe).

El que más, “Hard To Tell You” (con un fraseo muy “Mad World” de Tears For Fears, me olvido de decirle durante la conversación).

Ah, vaya. Bueno, la verdad es que me encanta “Pure Shores”. Fue una parte importante de mi última infancia y primera adolescencia. Lo curioso es que, para mí, esa es una de las canciones más tristes del disco. Trata sobre alguien cuyos sentimientos respecto a otra persona, una persona con la que tenía una relación larga, están empezando a cambiar. Aunque tiene esas cualidades extáticas a nivel musical, en realidad es una canción muy melancólica. Creo que otros temas suenan más abiertamente ligeros o positivos. ¡Pero, a nivel musical, entiendo claramente lo que dices!

Mi favorita, sea como sea, es “Like Sweetness”, en la que parecéis miraros en el espejo de los Massive Attack más estilizados y elegantes, es decir, los de “Protection”. El trip hop siempre ha estado presente en Warpaint.

A todas nos influye el trip hop. Todas crecimos oyendo a Portishead y Massive Attack. Lo llevamos en la sangre, de algún modo. Tampoco es que hablemos mucho de ello o citemos a esos grupos cuando nos metemos en el estudio. Simplemente, es algo que está ahí. Y cuando la gente lo ve en nosotros, nos gusta y conmueve. Dicen que tu forma de socializar o de moverte en el mundo está claramente determinada por la gente con la que has crecido. Yo creo que puede decirse lo mismo de la música: aquella con la que creces define tu forma de comunicarte musicalmente de forma instintiva.

Lazos que unen. Foto: Mia Kirby
Lazos que unen. Foto: Mia Kirby

De Fleetwood Mac se podría decir que es algo inherente al aire de Los Ángeles, ¿verdad? “Melting” empieza como un tema de Christine McVie y sigue con un estribillo propio de Stevie Nicks. ¿Voluntario o inevitable?

Nos encantan las armonías vocales. Tanto escucharlas como hacerlas. Y Fleetwood Mac es el primer nombre que a una se le ocurre para citar a alguien que lo hace de maravilla. Cuando la gente escucha ciertas armonías, Fleetwood Mac es lo primero en lo que piensa, creo. Nos encantan, claro. ¿A quién no? Pero, de nuevo, no es voluntario, solo el resultado de tratar de hacer bonitas armonías las cuatro juntas. Yo no canto mucho en este disco, pero estoy tratando de hacerlo más en vivo. Usar eso como arma secreta es algo en lo que estamos trabajando.

En la entrevista de ‘The Forty-Five’ se cita el score de la película “Poltergeist (Fenómenos extraños)” como una de las influencias del disco.

¿Quién dijo eso? (ríe).

No hay cita directa y necesito saber sobre el tema.

No sería cosa mía, eso seguro. En realidad no recuerdo mucho cómo era esa música. Ni siquiera sé si he visto la película. Pero tiene sentido, porque en general hay un elemento de sintetizador espectral en muchos de nuestros discos.

“Cuando la gente escucha ciertas armonías, Fleetwood Mac es lo primero en lo que piensa, creo. Nos encantan, claro. ¿A quién no? Pero, de nuevo, no es voluntario, solo el resultado de tratar de hacer bonitas armonías las cuatro juntas. Yo no canto mucho en este disco, pero estoy tratando de hacerlo más en vivo”

Stella Mozgawa

Se supone que habíamos quedado para hablar de Warpaint, pero también necesito saber sobre Belief, tu proyecto techno a medias con Bryan Hollon, alias Boom Bip. El próximo 15 de julio saldrá vuestro primer álbum homónimo en Lex Records.

Bryan y yo empezamos a hacer música hará unos cinco años. Justo antes de la pandemia, mientras grababa cosas con Warpaint, iba también a su estudio casero y seguía acabando temas de Belief. Casi todo lo que suena en el álbum lo hicimos entre 2019 y 2020, pero después de la pandemia refinamos un montón el sonido. Acabar ese disco fue un pequeño acontecimiento para mí. He estado metida en muchísimas colaboraciones y la mayoría se quedan estancadas en el 80% y el disco nunca llega a salir.

¿Cómo compararías tu trabajo en Warpaint con tu trabajo en Belief? ¿De qué forma acortas en cada proyecto la distancia entre batería y programación, ser humano y máquina?

Cualquier persona que haya estado en un dúo y un grupo sabrá decirte cuál es la diferencia: es mucho más fácil y rápido hacer música cuando solo has de lidiar con otro cerebro más y no con tres o cuatro. Es una verdad natural. No siempre es fácil filtrar tus ideas a través de tantas personas distintas. Por otro lado, cada grupo tiene su propio concepto, su forma de funcionar… Lo que más me gusta de Warpaint es que todo es posible y nuestro rol dentro del grupo no está prefijado en exceso; puede variar según la canción o nuestros intereses de cada momento. Toco la mayoría de baterías, pero no programo todos los beats. A veces toco la batería sobre un beat ya programado. Hay bastantes variables. Con Belief nos impusimos desde el principio una forma clara de funcionar: él se encargaría de las partes melódicas y yo de las rítmicas, y es como trabajamos en los directos improvisados que dimos al principio. En el disco podíamos cambiar de rol y él programar un beat y yo hacer los sintes, pero no había muchas otras alternativas. También quisimos limitarnos en el equipo: tirar solo de unas pocas piezas de gear, el Ableton y algo de percusión. Con Warpaint el arsenal es más abierto. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados