Sinister Grift” (Domino-Music As Usual, 2025), publicado el pasado 28 de febrero, se puede contemplar como una iteración de los primeros pasos de Panda Bear. Como ocurrió a principios de los noventa, Josh Dibb –Deakin en Animal Collective– ha sido su principal apoyo, y el resto de miembros de la formación de Baltimore, entre cuyos hitos figuran obras como “Merryweather Post Pavilion” (2009), se han ido sumando al proyecto. Pero tres décadas son tiempo más que suficiente para acumular experiencias y para que aquello que una vez fue latente haya dado forma a una sólida realidad, capaz de reflejar, modificar o consolidar los patrones de la música pop.
Tras haber cincelado con precisión el sonido de su tiempo, Noah Lennox ha compuesto su obra más clásica. Ecos de la psicodelia luminosa de los sesenta, actualización de sus entramados corales y diferentes tipologías de guitarras conforman un álbum que no desecha su acostumbrada indagación sonora. En esta colección de canciones hay también pinceladas de las etapas vitales de su autor. En los diferentes nombres que se han ido sumando al proyecto subyace una parte importante de todo lo que ha ido ocurriendo en su particular devenir.
El disco ha sido producido en el estudio que Panda Bear ha estrenado en Lisboa, ciudad en la que reside, y que supone la culminación de una aspiración personal. En él participan su hija Nadja, su actual pareja y parte de Spirit Of The Beehive, Rivka Ravede, o Cindy Lee, quien en Lennox despierta una comprensible fascinación. En la distancia corta, el estadounidense no camufla cierta timidez, que conjuga con la certeza con que habla de lo que rodea a su proceso creativo. La casualidad ha jugado un papel importante, pero con la garantía de una robusta trayectoria. Panda Bear actuará en España este mes de marzo en Oviedo (22), Bilbao (23), Zaragoza (24), Barcelona (25), Valencia (26) y Madrid (27).
“Sinister Grift” es tu primer álbum en solitario en seis años. ¿Has estado componiendo mientras trabajas con Animal Collective?
Sí, es una mezcla de algunas canciones que escribí un par de meses antes de grabar. Otras canciones tienen seis o siete años. Hay una versión de “Ends Meet” que tiene ese tiempo. Probablemente sea una de las más antiguas. “Praise” es bastante antigua. Y luego una canción como “Ferry Lady” es muy reciente. Así que abarca un amplio rango de tiempo.
Con la cantidad de colaboraciones en el álbum, parece que quieres reflejar lo importante que ha habido y hay en tu vida: tu hija, tu actual pareja, todos los miembros de la banda…
Sí, una vez que comencé a añadir colaboradores no quería parar, solo quería más y más personas en el proyecto. Tal vez es por estar cansado de mí mismo, tal vez por la sensación de tener mil años. Probablemente es una mezcla de varias cosas. Acabé el estudio de Lisboa, que no es muy elegante, pero quería que mi primer proyecto allí fuera algo especial. Me pareció genial tener a Josh Dibb para hacerlo, ya que fue la primera persona con la que comencé a grabar hace mucho tiempo, pero también porque estaba muy impresionado por su trabajo en los últimos años. Justo antes de empezar a grabar, le pedí a Brian (Ross, otro de los miembros de Animal Collective: Geologist) que me hiciera un paquete de sonidos. Le di cinco o seis categorías, como voces, sintetizadores, ruidos… y le pedí que de cada una sacara diez o quince sonidos. Y muchos de esos sonidos están en el disco. Después pensé que por qué no incluir a Dave Portner (también conocido como Avey Tare) para tener a todo Animal Collective representado. Luego vi que había canciones que necesitaban un solo de guitarra y, siendo un gran admirador de Patrick (Flegel, aka Cindy Lee), le pedí que lo hiciera. Pero todo creció con el proyecto, fue intuitivo, no había un plan para las colaboraciones, simplemente surgió.
¿Quisiste aprovechar la repercusión de “Diamond Jubilee”, el disco del pasado año de Cindy Lee?
Fue bastante fortuito. Le había escrito a Patrick y él me envió el solo de guitarra poco tiempo antes de que saliera “Diamond Jubilee”. Pero era un gran admirador de la banda Women que Patrick tenía con su hermano y algunos otros chicos de Calgary, y de su trabajo posterior en solitario, así que el éxito de Patrick no fue una novedad, solo una agradable sorpresa al ver que otra gente lo descubría, pero yo era un gran admirador suyo. Nunca lo he conocido. Nunca he estado en el mismo lugar que él. Josh lo conoce un poco. El resto de Animal Collective ha tocado con Patrick. Yo tuve que contactar a través de Josh, pero nunca había hablado con él antes, tuve suerte de que aceptara mi propuesta.
¿Cuál es la idea detrás de construir el estudio en la capital portuguesa?
Siempre quise tener mi propio espacio, un lugar donde cerrar todas las puertas. Para mí es algo mental. Cuando estoy realmente aislado hay una especie de seguridad que disfruto, como si nadie estuviera observando o escuchando. Siempre había compartido espacios con gente durante mucho tiempo y era como un sueño desde que era muy joven. Como comenté, no es un gran estudio elegante, solo una habitación con algunos altavoces en la que puedo hacer ruido. No molesta a nadie…
Y desde ahí quizá ha salido tu álbum con un sonido más clásico…
No era la idea original. Eso fue otra cosa que surgió del proceso. La idea original era hacer grabaciones inspirándome en los dos álbumes anteriores de Animal Collective, donde tocaba la batería, pero con un enfoque más tradicional. Estando en ese mood, tenía sentido entrar en ese tipo de marco. La idea original que tenía era grabar estas canciones que, en cuanto a la disposición y la configuración, eran muy directas. Y yo tocaría todo. Haría el bajo, la batería, la guitarra y la voz y luego modificaríamos esas grabaciones de alguna manera. La única canción que realmente llegó a ese punto fue “Elegy For Noah Lou”. En principio todo el disco iba a sonar así, donde da la impresión de ser una canción pero que también está un poco fragmentada y deconstruida… o borrosa de alguna manera. Pero a medida que comenzamos a hacer las bases empezamos a enamorarnos de cómo sonaban. Y habíamos dedicado mucho tiempo a conseguir la disposición correcta y a elaborar los sonidos, así que simplemente nos gustaron. Pensamos que no necesitaban ir a ningún otro lado.
Has trabajado mucho con guitarras: hawaianas, eléctricas, acústicas…
Me gusta tocar la guitarra. Creo que este disco se puede sentir como el reverso de “Buoys” (Domino, 2019). Ambos son discos muy guitarreros, pero muy procesados. Pero mientras que el procesamiento de “Buoys” hace que el disco se perciba como algo marciano y muy sintético, el procesamiento de este lo hace más directo y obvio. Es como si uno fuera el negativo de otro, pero para mí están muy vinculados.
¿Este es el álbum en que te muestras más desnudo?
Sí, es correcto, y apostaría a que eso es, al menos en parte, producto del trabajo con Josh. Sé que él aprecia el lado lírico de la música probablemente más que yo. Su gusto por la música es un poco más directo o inmediato, quizá. Al hacer el proyecto con él, y por eso me gusta hacer cosas con otras personas, es como si estuviera filtrando mi perspectiva a través de la perspectiva de otra persona, es como una extraña mezcla de los pensamientos de dos personas, lo cual creo que es genial, pero supongo que el lado más inmediato de esta música es por Josh.
Tu hija Noah canta en “Anywhere But Here” y da la sensación que habla de algo que ha aprendido en su vida familiar: “Nuestro deber en la vida es solo actuar bien, actuar bien, amar bien, tratar bien, sin importar el retorno, porque lo que hagan los demás no depende de nosotros”.
Para ser honesto, no se lo pedí ni le di ninguna indicación sobre de qué escribir. Le dije “me gustaría que escribieras un par de poemas”. Bueno, primero dije “te pagaré” (risas). En segundo lugar, le pedí un par de poemas, solo cosas que fueran importantes para ella. Y de las cuatro piezas que escribió, esta fue la que temáticamente y líricamente encajaba con lo que yo había hecho, pero también en términos de métrica y estructura.
El disco está dividido en una parte más luminosa y otra más reflexiva, que rompe el final de “Defence”…
Hacia el final del proceso estaba intentando encontrar algún tipo de secuencia o narrativa, como una historia del álbum que tuviera sentido. Hice un par de versiones diferentes, y lo que más me gustó fue concebirlo como dos mitades o como si comenzara en un punto alto y simplemente bajara a un agujero. No quería que terminara en un lugar muy triste, quería que el álbum tuviera una sensación esperanzadora al final. Hay una especie de ajuste de cuentas que ocurre a lo largo del álbum y “Defence” es como si aceptara el destino, pero también es una canción esperanzadora para el futuro, y eso era importante para mí.
Y hay un espacio que parece dedicado a la relación que has empezado con Rivka Ravede, que además hace algunos coros…
El álbum no es estrictamente autobiográfico. Se basa en cosas que sentí o pensé, momentos difíciles que pasé. Pero en los últimos 12 o 13 años dejé de querer hacer cosas que fueran demasiado personales. Las canciones siempre adoptan elementos ficticios. Siempre hay partes que no son estrictamente autobiográficas. Antes pensaba que la mejor manera de comunicar algo era ser lo más directo y honesto posible. Y luego, a medida que he envejecido, siento que intentar contar una historia con lo que se siente es una forma más efectiva de transmitir, comunicar o compartir algo con otra persona. Hay una especie de mitología en las canciones que las aleja de que sean exclusivamente sobre mí. Es como una impresión de algo que me sucedió, pero realmente es un híbrido de realidad y surrealismo, de alguna manera. Así que es un poco difícil hablar de ello o quizá no sea preciso compararlo con lo que me sucedió o con las cosas que pasé, pero, de alguna manera, es una impresión de todo eso.
¿Cuál ha sido la diferencia entre trabajar con tus compañeros de banda en un álbum de Animal Collective y tener a todos ellos colaborando en un álbum en solitario?
Para mí fue alegre, es la única palabra que puedo usar. Me sentí realmente bien. Lo único triste es que no pudimos hacerlo en la misma sala, gran parte del trabajo fue enviar los archivos por ordenador. Y Dave, Brian o Cindy Lee trabajaban por su lado. Así que es un poco decepcionante que no fuera en persona, porque eso es lo mejor de las colaboraciones.
En “Left In The Cold” hablas de aquellos que quieren controlarnos. ¿Quiénes son?
Está inspirado en las redes sociales, que es algo que estaba considerando en “Reset” (Domino, 2022) y en los discos que hice con Sonic Boom.
¿Qué opinión tienes de las redes sociales?
Soy muy cauteloso. Únicamente me siento cómodo al hablar de cosas con poco sentido, pero compartir algo auténtico en ese medio me parece aterrador, simplemente no confío en ello.
Una parte de tus seguidores procede de la cultura de las redes sociales…
Diría que un poco antes de las redes sociales, pero también que somos un producto de internet.
¿Qué piensas del impacto de la IA en la música?
Creo que estamos justo al principio de un gran cambio, y no estoy listo para decir cómo me siento al respecto, porque ni siquiera sé bien de qué estoy hablando. He leído y escuchado muchos argumentos desde varias posiciones, pero aún no sé cómo posicionarme. Parece que no va a ser posible evitarlo. Sea bueno o malo, va a suceder de alguna forma. Para mí tiene sentido si la gente lo usa como una herramienta, pero debe haber un elemento humano en la creación. Si se usa solo como una herramienta, como un sampler, un sintetizador, un programa de ordenador, me parece bien. Hay preocupaciones éticas en cuanto a cómo se entrenan estos modelos, pero, de nuevo, no conozco la tecnología actual y mucho menos hacia dónde se dirige. Así que es un poco difícil hablar de ello en este momento, pero tal vez en cinco o diez años podamos tener una discusión al respecto. Es algo que estoy siguiendo.
Después de trabajar con Daft Punk, Dean Blunt o Jamie xx, ¿has pensado en algún momento hacer un álbum más electrónico?
Sí, he estado pensando en eso, especialmente en algo más tipo club, como una música más orientada al baile. Siempre he sido un gran fan de esas cosas, siempre he querido probar algo así, pero ya veremos…
Ya utilizaste alguno de los patrones de la música electrónica en “Person Pitch”, el álbum que publicaste en 2007.
Sí, por supuesto. Pero la electrónica se basa en ritmos y “Person Pitch” no los tenía. Hay cierta sensibilidad en la transición de sonidos muy presente en ese disco, pero me gustaría hacer algo más rítmico, más orientado al baile.
Y, por otro lado, siempre has tenido una vertiente más clásica. ¿De dónde viene esa influencia de Brian Wilson?
Realmente es influencia de la música coral, de armonías vocales. Y eso proviene de la escuela secundaria, que estaba muy orientada al arte. Había mucho canto, cada clase realizaba una producción teatral cada año. Pero lo que más me gustaba era participar en los coros. Y luego estaba tan metido que participé en un programa extracurricular que lo abordaba de forma más compleja. Venía gente y siempre estaba fascinado por escuchar las diferentes partes del coro, los altos, los barítonos… Luego escuchaba las diferentes partes por separado, después las juntaba, y escuchar cómo todo funcionaba es algo que todavía me sigue conmoviendo. Así que siempre me ha interesado eso. Brian Wilson es solo un gran ejemplo de ello, alguien que no solo es bueno en los arreglos y la escritura de armonías vocales, sino que también tiene una voz realmente increíble. Él y todos sus hermanos tienen unas voces geniales, pero no son los únicos. También para mí han sido inspiradores The Beatles, The Four Tops, The Temptations, The Zombies…
Maria Reis, que también participa en el disco, sacó un estupendo trabajo el año pasado, “Suspiro...”. ¿Es quien mejor representa tu vínculo con Portugal?
Sí, ella es una de mis cantantes favoritas no solo de Portugal, sino de todo el mundo. Era un gran fan de Pega Monstro, la banda que tenía junto a su hermana, y siempre me ha encantado su música. Siempre la veía en conciertos por Lisboa. Nos hicimos amigos y trabajé en un EP de ella hace un par de años, y cuando estaba pensando en las personas que quería representar en el disco, personas que admiraba o personas que me importaban, ella estaba en la parte más alta de la lista.
Es parte de tu amor por Lisboa…
Diría que me enamoré de una Lisboa que ya no existe, pero todavía la amo, aunque sea muy diferente. ∎