El nombre de Daniel Avery ha estado asociado principalmente a la música electrónica instrumental, pero la evidencia manda. Su álbum anterior, “Ultra Truth” (2022), ya reunía un elenco amplio de voces externas y hace solo unos meses publicó para su debut en Domino un EP titulado como el mismo proyecto, Demise Of Love, junto con James Greenwood (Ghost Culture, presente en su colaboración de 2020 con Alessandro Cortini, “Illusion Of Time”, y en la producción aquí) y Sydney Minsky Sargeant (Working Men’s Club). “Tremor” significa su estreno largo en el sello y una intensificación en ese otro yo.
Para ello se ha esforzado en reunir todo el conocimiento acumulado a lo largo de los años –debutó hace doce con el excelente “Drone Logic” (2013)– y el ánimo de no perder unas señas de identidad tan difíciles de constituir y mantener en esta música tan mediatizada por la tecnología. Probablemente, su fichaje por Domino también haya influido a la hora de optar por presentarse como un artista de perfil eminentemente pop, si bien cediendo las tareas vocales –9 de 13 cortes– a artistas mejor dotados, lo que tampoco es que sea a priori muy novedoso.
Avery se reserva un campo de acción más reconocible en los pasajes instrumentales: “Neon Pulse” –el corte inicial–, “Until The Moon Starts Shaking” –que sirve para rebajar la intensidad a mitad de recorrido–, “Tremor” –abrasión entre Poligon Window y Sonic Youth– y de nuevo una pieza de IDM cinematográficamente titulada “A Memory Wrapped In Paper And Smoke”. No se sienten como meros rellenos pero cumplen la función de airear la secuenciación en una sola mezcla –salvo la pieza final, “I Feel You”, desgajada del resto con la voz de Polly Mackey alias Art School Girlfriend– de este álbum sombrío marcado por la variedad de texturas.
Su reciente colaboración con Robert Smith transpira tal vez en “Rapture In Blue”, que suena a los Cure más contemporáneos –Avery remezcló “Drone:Nodrone” para las relecturas de “Songs Of A Lost World” (2024)–, donde interviene la canadiense Cecile Believe, dando paso a “Haze” con una línea de bajo post-punk y abrasiones eléctricas a lo Deftones que no tardan en acidificarse –síntesis en la que LFO eran maestros– hasta reintegrase en “A Silent Shadow”, esta vez con bdrmm a bordo, completando casi a las primeras de cambio uno de los pasajes más memorables de “Tremor”, reminiscente también de los Massive Attack pos-“Protection” (1994).
“New Life” prosigue el recorrido de “Tremor” a ritmo de drum’n’bass atmosférico con sus oleadas de sintetizadores y la voz de yunè pinku, también nueva aquí como el resto de colaboradores. Y no, no se trata de una versión del clásico synth de Depeche Mode. Alison Mosshart –The Kills– añade aún más inquietud a “Greasy Off the Racing Line” arrastrándote hacia algún tipo de infierno urbano de cuyo descarrilamiento fatal acaba salvándote la citada “Until The Moon Starts Shaking”.
“The Ghost Of Her Smile” regurgita shoegaze industrial melódicamente interpretado por Julie Dawson –NewDad–, mientras que “Disturb Me” cuenta con la singapurense yeule, otro corte que escapó a la condición de single como “In Keeping (Soon We’ll Be Dust)”, donde el neoyorquino Walter Schreifels (Quicksand, Rival Schools) aporta la única voz masculina a “Tremor”, el disco más ambicioso, colectivo y potencialmente comercial del distinguido hombre de Bournemouth, que no descubre nada nuevo pero tiene el mérito nunca despreciable de parecerlo. ∎