James Yorkston escribe desde hace dos décadas canciones-diarios, páginas íntimas que se extravían entre los árboles de un bosque escocés. Lo ha hecho en solitario, con viejos camaradas del Fence Collective, con el trío Yorkston/Thorne/Khan, y en los últimos años con la Second Hand Orchestra sueca, esa comunidad de músicos que le ha dado aire y espontaneidad y con la que ya firmó “The Wide, Wide River” (2021). De esa conexión nació también “The Great White Sea Eagle” (2023), grabado junto a Nina Persson (The Cardigans). Ahora, en “Songs For Nina And Johanna”, sube la apuesta y convierte la colaboración en un sueño escandinavo compartido: Persson y Johanna Söderberg (First Aid Kit) se turnan en las voces principales, con Yorkston haciendo de anfitrión sabio, discreto y casi secundario en su propio disco.
El resultado es un álbum centrado en familia, amor y paternidad, grabado en Estocolmo con ese aroma de sesión comunal y editado en Domino, su casa de siempre. Persson canta en cinco temas, Johanna en cuatro, y solo en “Where’s The Time?” escuchamos al escocés sin compañía. Pero qué compañía. Persson es toda fragilidad luminosa en “I Can Change”, una apertura que nos deslumbra con un punteo de guitarra y sus voces embalsamadas, elevándonos lentamente en un in crescendo muy emocionante. También está el puñal de “Rabbit”, balada sombría de piano y violín donde Persson pone voz al final de un amor con un dramatismo que la sitúa muy por encima de su pasado pop. “Love That Tree” es puro teatro. Yorkston masculla viejas heridas y Persson entra en escena como la ex que le responde con naturalidad, logrando un retrato tan corrosivo como juguetón.
Söderberg, por su parte, resplandece en las piezas más abiertas: el bluegrass soleado de “Oh Light, Oh Light” que ya os adelantamos aquí, el vaivén melódico de “Love / Luck” (saxo incluido) o la sinceridad emocionada de “Oh Sparrow, Up Yours”, título burlón que aborda el tema del cáncer infantil con una gravedad conmovedora acompañado a su vez de un hermosísimo piano.
Yorkston entra y sale de estas canciones como el narrador veterano que es y lo hace arropado en “A Moment Longer” por la voz grave de Persson y un violín que consigue cortarnos a todos la respiración. Lo percibimos mucho más socarrón y áspero en “I Spooked The Neighbours”, esta vez junto a Söderberg, donde convierte toda una anécdota doméstica en un relato costumbrista con una percusión muy traviesa. Más directamente íntima y melancólica es su única pieza en solitario, “Where’s The Time?”, que recuerda a Belle & Sebastian pero con ese timbre suyo, más delgado e incluso nasal. “You know it’s sad it’s ending here / Though you’re surrounded by love”, canta Yorkston sin ningún tipo de alarde poético y con todo el peso que de por sí ya sostienen estos versos.
La instrumentación de la Second Hand Orchestra es una exhibición de color y transmite la sensación de una música hecha en torno a una mesa larga, con vino y niños corriendo alrededor, más que en una cabina de estudio. ¿Pura fantasía o idealización sueca? Se nota la naturalidad incluso en los vídeos con animaciones caseras, filmaciones en iglesias y planos familiares. Nada que ver con la grandilocuencia de un lanzamiento mainstream, todo que ver con la calidez de un disco vitalista, tierno y sin muchos artificios.
“Songs For Nina And Johanna” consolida el modo de trabajar que engrandece a James Yorkston sabiendo retirarse para que brillen otras voces, y al mismo tiempo construir canciones que solo él podría haber escrito. Melancólicas, mordaces, esperanzadas, llenas de humanidad. Lo que empezó como una cita a ciegas musical con Nina Persson ahora se expande con Johanna Söderberg y una orquesta sueca en estado de gracia. El resultado es uno de esos discos donde lo íntimo se vuelve colectivo. Yorkston prometía en uno de sus versos “and there’s a lifetime of stories here” y lo cumple con estas diez canciones. ∎