EP

Marianne Faithfull

Burning MoonlightDecca-Universal, 2025

Grabado a lo largo del año anterior a su fallecimiento el pasado 30 de enero, publicado en el último Record Store Day a un precio prohibitivo y desgranado digitalmente hasta el agotamiento, al fin aparece en plataformas –lo hizo el pasado viernes 6 de junio– el último disco en estudio de Marianne Faithfull (1946-2025), un EP de cuatro canciones, dos originales y dos versiones que sintetizan estéticamente la obra de algo más, muchísimo más, que la musa más rebelde del Swinging London.

“Burning Moonlight” es un miniálbum eminentemente acústico que reserva para su cara A la pieza que le da título, la más rockera. Trata sobre temáticas recurrentes de la artista como la soledad, la resiliencia y la aceptación de uno mismo. Escrito por el nieto de Faithfull, Oscar Dunbar, le sigue “Love Is”, un corte aún más enérgico directamente asimilable a los mejores Echo & The Bunnymen. El otro lado del EP, si es que se ha optado por invertir los cuartos en el vinilo, una belleza absoluta para coleccionistas, contiene dos piezas de folk pertenecientes a la mejor tradición espectral británica acerca de la fugacidad del amor y de la vida misma: la conmovedora “Three Kinsmen Bold”, que Marianne aprendió de su padre, el mayor Robert Glynn Faithfull, reconstruida sobre una base envolvente de sintetizador, piano y son de trompeta, y la irlandesa “She Moved Through The Fair”, versionada hasta las raspas, en todas sus variantes, por Shirley Collins, Art Garfunkel, Eyeless In Gaza, Van Morrison y una miríada de artistas. Ambas conectan con la vertiente folk de discos tan remotos de Faithfull como “North Country Made” (1966), donde ya registró “She Moved Through The Fair” con adornos de sitar más a la moda y que esta vez decide interpretar solo a capela. Todas las piezas muestran la fragilidad vocal de una mujer septuagenaria bien vivida con un punto canalla ausente en otras damas del folk como Shirley Collins.

Producido por Head, en el entorno de la cantante desde “Before The Poison” (2004), y con un cuidado diseño gráfico, incluida la ilustración de la portada a cargo del australiano David Frazer, entre la iconografía del horror folk y el romanticismo de Caspar David Friedrich, donde la silueta de ella se muestra de espaldas apoyada en su bastón frente a un bosque tenebroso incendiado por la luna llena, como a punto de iniciar un viaje misterioso y abisal, el póstumo “Burning Moonlight” es un adiós a la altura de la gran Marianne que sabe a poco pero que raya la perfección destilando galones de arrojo, delicadeza, amor por la vida y por una música sin concesiones. ∎

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