Material que se creía perdido y canciones que los componentes vivos del grupo ni recordaban haber grabado son la sal de esta tierra. A esas treinta tomas inéditas hay que sumar setenta y dos sacadas de su discografía oficial. Todo junto forma un recopilatorio de cinco CDs más un DVD con nueve filmaciones en directo que apabulla por su presentación (libreto de ciento doce páginas), pero sobre todo por lo que suena. Eso, lo que suena, lo resumió muy bien el crítico Greil Marcus en el pasado, al referirse a esa versión de
“The Weight” que cierra el quinto CD de esta antología con
The Band respaldada por The Staples, aparecida en la película
“El último vals” (Martin Scorsese, 1978). Según Marcus, esa grabación logró lo que perseguía Elvis Presley con “An American Trilogy”, una interpretación que abarcase lo ancho y lo largo de Estados Unidos, que le hablase a –y hablase de– todos los colores, los hombres y mujeres, los viejos y jóvenes, el norte y el sur. Moraleja: The Band abrió magistralmente los ojos a la diversidad de aquel país y cuestionó sus tópicos monolíticos.
La compilación recorre las fases fundamentales de la carrera de The Band hasta que Robbie Robertson abandonó en 1977 (sin él, tres de sus compañeros, Levon Helm, Rick Danko y Garth Hudson, reactivaron el grupo para grabar discos menores en los noventa y realizar algunas giras). Esta caja abarca desde sus inicios como grupo de acompañamiento de Ronnie Hawkins, allá por 1961, cuando se llamaban The Hawks y estampaban el rock’n’roll de Memphis contra el de Nueva Orleans, hasta la posterior reencarnación como Levon & The Hawks y a continuación su aventura con Bob Dylan durante 1965 y 1966, aquel rabioso fogonazo en el que se aliaron con el judío errante para inmolar en la misma hoguera a Sun Records y Harry Smith y dar nacimiento a esa serpiente que hemos bautizado como rock, signifique lo que signifique.
A partir de ahí llegó la refundación del combo en Woodstock, la que dio lugar a su Nuevo Testamento. Se inició a mediados de 1967, al regresar a su seno el batería Levon Helm, quien se había bajado del tren año y medio antes. Inciso: Helm es el único estadounidense de la formación, sus otros cuatro miembros –Robbie Robertson, Garth Hudson, Richard Manuel (1943-1986), Rick Danko (1943-1999)– nacieron en Canadá, pero ya de adolescentes estaban fascinados por el sur profundo del país vecino, un mundo de sonidos febriles que entraba en sus casas gracias a las mágicas emisoras de radio de aquella época.