Haciendo honor a sus orígenes familiares –el apellido de su tío-abuelo, novelista y barón de Sacher-Masochs, dio origen al término masoquismo–,
Marianne lleva décadas mostrando la cara chic del dolor y la decadencia. Y si bien su carrera musical emprendió un rumbo sólido a partir de
“Broken English” (1979), sus siguientes entregas se han resentido ligeramente de su tendencia a la recreación esteticista, aun con capítulos tan perturbadores como su hasta ahora última señal desde el estudio,
“Strange Weather” (1987), doce clásicos atemporales revisitados con guitarra de Bill Frisell y producción de Hal Willner.
Ahora, Marianne vuelve a jugar sus cartas de dama imperturbable y sufrida que exhuma errores, culpas, pasiones maduras, recuerdos borrosos y sombras interiores de una biografía accidentada en textos de clara orientación
forty-something. Angelo Badalamenti ha producido y musicado con la conveniente sobriedad, aproximándose a un pop adulto con contenido –
“Bored By Dreams”,
“The Wedding”–, aportando fondos funcionales para la meditación en voz alta –
“Sleep”,
“Love In The Afternoon”,
“Losing”– y desplegando un neoclasicismo de belleza contemplativa –
“She”,
“The Stars Line Up”–. El resultado va más allá de las formas: Marianne sabe mucho. ∎