ichael Hadreas estaba tan hundido en su propio mundo que ha tenido que inventarse uno nuevo. En él está Alan Wyffels (su actual pareja), su familia, alguna relación del pasado y todos sus amigos. Se asemeja bastante a este y, a la vez, es completamente diferente: un poco más macabro, algo más divertido, mucho más esperanzador. Para Hadreas, esa fábula ficticia es la herramienta con que expresa todos los sentimientos que no fluyen en la vida real. Después del confinamiento, el hombre detrás de Perfume Genius entró en una profunda depresión que también derivó en hipocondría. Aislado en su casa, su mundo se volvió más pequeño y sus miedos más grandes.
Publicado el pasado viernes, 28 de marzo, “Glory” (Matador-Popstock!, 2025) es su séptimo álbum de estudio, un carro del que Hadreas tira con fuerza para hallar el bienestar que a veces le falta. Después de la pandemia, el compositor cambió la extroversión por la introversión y tuvo que encontrar un mundo lleno de matices en una vida doméstica que, en primera instancia, era menos estimulante. No obstante, a través del álbum, Hadreas convierte su aislamiento en un acto de comunión. El disco, con su sonido folk y su lirismo confesional, encuentra en la colectividad un antídoto contra la soledad y los pensamientos intrusivos: en este LP, Perfume Genius cambia su método compositivo y cuenta con una banda que participa activamente de todas las decisiones artísticas del trabajo. Además de la presencia de Wyffels, “Glory” cuenta con la producción de Blake Mills y una banda integrada por los guitarristas Meg Duffy y Greg Uhlmann, los bateristas Tim Carr y Jim Keltner, y el bajista Pat Kelly. Dentro de esa creación colectiva, Hadreas halla una forma de traducir sus pensamientos más oscuros en música, transformando su sufrimiento en algo tangible (y, por tanto, tratable).
Así, “Glory” habla de un estado dual, o de un duelo anticipado: el compositor es consciente de que todo lo que lo rodea es perecedero, y aun así siente gratitud por haber coincidido en la misma línea espacio temporal con sus seres queridos. Lo suyo es un fake it until you make it emocional: inventarse un mundo, proyectar la esperanza, pensar en la salida o resignificar el concepto de gloria hasta, algún día, salir del pozo. “My entirely life it’s fine” (“mi vida entera está bien”), canta en “No Front Teeth”. Bueno, lo estará.
“Glory” es tu séptimo álbum, pero en realidad “Ugly Season”, que lanzaste en 2022, fue compuesto antes de “Set My Heart On Fire Immediately”, que salió en 2020 (sexto mejor disco del año según Rockdelux). En realidad, llevas cinco años dentro de un mismo proceso compositivo. ¿Qué ha cambiado en ti en este período de tiempo?
Después del confinamiento, caí en depresión y me costó mucho salir de eso. No quería empezar a escribir hasta estar bien, en el otro lado. Ahora mismo no siento que lo haya conseguido, pero soy mucho más consciente de las cosas en las que necesito trabajar o los mecanismos que tengo que buscar para salir de eso. Por ello, quiero asegurarme de que estoy escribiendo algo que para mí sea curativo, o que proyecte bienestar. Sentir que estoy avanzando, porque cuando estás deprimido no tienes ningún sentimiento dentro, ¿sabes?
Hace mucho del coronavirus, pero ¿sientes que sigues confinado?
Creo que más de lo que me doy cuenta. Hay mucha gente como yo, que quizá no habla tanto del tema. Definitivamente, no me siento yo mismo: soy mucho más frágil, mi vida también lo es, y mi amor y mis relaciones se sienten más perecederas. O sea, mis vínculos son algo que tengo que proteger y mantener.
No es que veas el final de tu relación, sino que sientes que todo se puede desmoronar en cualquier momento, ¿no?
Sí. Me siento frágil, pero también que me pueden robar el mundo que me rodea constantemente.
De eso, por ejemplo, va “Left For Tomorrow”… es como si estuvieses de luto por algo que todavía no ha pasado.
Es un álbum sobre el duelo, pero nadie se ha ido todavía. Estoy feliz porque puedo seguir con mis seres queridos ahora mismo, pero también es un poco triste verlo así. Cuando digo que estaba o estoy muy abajo, me refiero a esta preocupación constante. Antes no me sentía así. Ahora, si Alan se va a cualquier sitio, soy como una madre llamando a sus hijos. El avión también me da muchísimo miedo. En realidad, todo el tiempo que paso preocupándome no estoy siendo generoso. Puedo pasar todo el día pensando en lo mucho que amo a Alan y que ojalá no le pase nada, pero no estoy realmente demostrando nada de afecto si solo estoy sentado ahí pasándolo mal, ¿sabes? Y lo mismo con mi madre: he escrito canciones sobre lo mucho que amo a mi madre, pero no la he llamado. Esto me ha hecho pensar que tengo que participar del amor que siento, no puedo simplemente pensar en él. Pero no es tan fácil.
Esas relaciones suelen ser muy difíciles. Casi todo el mundo siente que debería llamar más a menudo a su madre, pero, cuando descuelgas el teléfono, te inunda una capa de irascibilidad… independientemente del amor que sientas.
Es difícil, porque la familia es algo transversal que ha quedado en tu cuerpo. Las madres son muy buenas en decir frases que tienen diez significados diferentes. Mi madre puede seguir haciendo eso conmigo ahora, pero yo ya no tengo 15 años. Con Alan, en cambio, peco de eso. Por eso creo que muchas veces escribo canciones que son más inteligentes o más graciosas de lo que en realidad soy: quiero recordarme que soy capaz de volver a amar activamente, de quitarme ese peso de encima. Si escribo una canción mucho más esperanzadora de cómo me siento, me demuestro que tengo eso en algún lugar muy dentro de mí, y que podré acceder a ello en el futuro.
¿Crees que eres una persona que expresa más amor ahora mismo porque has pasado por un momento de mucha oscuridad?
Espero que sí. Al menos sé que eso es lo que necesito, pero lo raro es que mi trabajo es básicamente estar en mi propia cabeza y en mi propio mundo. Es algo muy individual. Después del COVID ni siquiera podía girar, así que mi vida fue estar en mi casa y pensar mucho. Si quiero ser feliz y hacer felices a los demás, también necesito pensar mucho. Se me da bien ser emocional en mis canciones, pero no soy tan bueno fuera de mi trabajo. Lloro fácilmente con las películas e incluso en los anuncios de Navidad, pero en la vida real no siento nada o no sé expresarlo. Es el trabajo que estoy haciendo ahora.
Cuando haces música, eres tú contigo mismo. Quiero decir, no te estás mostrando vulnerable delante de nadie, quizá por eso es más fácil.
Sí. Una canción también me permite explorar sentimientos complejos. En terapia, me preguntan“¿Cómo te sientes?”. Yo no tengo ni idea de cómo responder a eso. Una canción alivia mucho en ese sentido. El problema es que he aprendido a hacerlo así y ahora no sé expresar mis sentimientos de otra manera.
Ahora hablas muy conscientemente de todo lo que te ha pasado. Sin embargo, ¿cómo te das cuenta de que sufres depresión? Dar palabras a lo que te pasa suele ser muy complicado, y más si te cuesta verbalizar tus emociones.
Esa es la cosa, no te das cuenta hasta que miras tu comportamiento durante los últimos dos meses. Estás en medio de todo esto por un tiempo, y cuando te das cuenta puede ser un poco tarde. El principal problema de la depresión es que no quieres hacer todas las cosas que se supone que te van a hacer sentir bien. Por supuesto que el ejercicio te hace sentir mejor, pero es la última cosa que quiero hacer. Hablar de eso te hace sentir mejor, pero no quieres hablar de eso. Todo es contraintuitivo para con tu bienestar. Y tienes que tener mucha fuerza de voluntad para superarlo, porque nada va a cambiar a menos que pruebes algo que no has hecho durante los últimos años. Y cuanto más te alejes, más difícil es volver. Ahora he encontrado una forma de mantener mi mundo muy pequeño y tenerlo bien. No podía hacerlo cuando era más joven porque no tenía dinero, no tenía una casa. Ahora pienso que quizá he estado deprimido toda mi vida. También he tenido períodos en los que me sentía muy bien. He escrito siete álbumes, sé que por muy mal que me sienta ahora, voy a poder hacer un octavo. Intento recordar eso. Porque, incluso si no lo he conseguido, incluso si estoy en el peor momento de mi vida, sé que las cosas van a cambiar. La vida es un ciclo, y también los estados de ánimo.
Para mí, eso de lo que hablas es lo peor que tiene la tristeza. Cuando estás triste, piensas que llevas triste toda tu vida. Pero no es un sentimiento verdadero. En “No Front Teeth”, por ejemplo, hablas de todo ello para darte cuenta, al final, de que tu vida está bien.
Sí. Es un sentimiento normal que parece real. Eso es una cuestión de trabajar y de recordarte de vez en cuando que todo está bien. Mi instinto no me lleva a eso, mi instinto me lleva a pensar en la tristeza. Mientras componía, tuve que irme a un lugar diferente del que estaba sucediendo en mi cabeza.
Dentro del álbum, la portada me resulta algo graciosa. El disco se titula “Glory”, pero en ella apareces tú… como si te hubiesen arrebatado las ganas de vivir. ¿Qué significa la palabra gloria para ti?
Hay un montón de cosas gloriosas en mi vida, y también en el mundo. Pero también hay cosas que no son gloriosas, y son el resultado de estar al otro lado de algo positivo. La gloria es un estado dual. Es un poco triste, pero también es real, así que no deja de ser dulce porque existe o ha existido.
También me resulta curioso que, siendo un trabajo que aborda problemas tan personales, está compuesto de forma colectiva, pues has dado el paso a juntarte con una banda en el estudio para arreglar las canciones conjuntamente.
Siento que el motivo por el cual escribí el álbum fue que estaba intentando hacerlo así. Creo que eso era bueno para la canción y para mí mismo. Extrañamente, he sentido que era el yo auténtico cuando estaba rodeado de otras personas. Todo forma parte de una idea original que yo tenía en mi cabeza, pero a la que no hubiese sido capaz de llegar solo. En ocasiones, le enseñaba las canciones a Alan y me respondía que no estaba siendo del todo sincero, o no me estaba explicando lo suficientemente bien. Así que, de algún modo, todos ellos me han ayudado a traducir mis sentimientos.
Es un disco de folk. ¿Crees que está relacionado con haber cambiado tu método compositivo? En solitario podías tender a algo más avant-pop…
No quiero pensar en eso. Si pienso en hacer un álbum de doom metal, termino haciendo un disco de folk. Si pensase en hacer un álbum de folk, terminaría haciendo un disco de doom metal. En este disco, eso sí, sentía que las canciones tenían que ser muy simples. He estado tanto tiempo componiendo que sentía que tenía que dejarlas así, crudas. Ninguno de nosotros sintió que tuviese que tener una producción diferente, más elaborada.
¿Crees que este sonido más clásico está relacionado con tu cambio de vida hacia un estilo más doméstico?
Puede ser. Para mí, el punto fuerte de este álbum tenían que ser las letras, por eso la música puede ser más simple. Los arreglos también pueden ser grandes comunicadores, pero en este momento me apetecía vestir las canciones de forma humilde para que los versos llegasen a todo el mundo. No tener una estética tan pesada.
¿Qué piensas del folk, lo queer y la reapropiación de un género musical que se utiliza como un símbolo nacionalista en una era de oscuridad en Estados Unidos?
He estado pensando mucho en componer canciones que suenen parecido a la música religiosa. Para mí es una forma de entrar en un espacio del que normalmente me han excluido. Tengo que reclamar el confort de determinados lugares. Puedo conseguir sentirme bien en algunos contextos en los que soy un extranjero. No necesito ser representado por algo para sentirme incluido en eso. Ahora bien, cuando un género es especialmente excluyente con mi identidad, siento mucho placer entrando en él. Además, el folk es un género particularmente literal. No hay muchas metáforas, sino que las letras se dedican a contar lo que ha pasado con todo lujo de detalles. Eso también da mucho juego.
¿Quiénes son los personajes que aparecen en el álbum y que ya han aparecido en otros discos anteriores? En “Capezio”, mencionas a un tal Jason, ¿es ficticio?
Jason es alguien real, y a la vez no lo es. Existe, aunque en mis canciones es arquetipo de un hombre no dispuesto emocionalmente, pero que te atrapa. Incluso cuando te enfada ese tipo de masculinidad, también te atrae. Eso es algo que me ha pasado toda mi vida. “Capezio” es una historia real, pero escrita como si fuera un cuento de hadas. También habla sobre mi amiga Tate, a quien también menciono en “Hanging Out”. Hay algunas cosas reales y otras ficticias, pero ella está contenta por aparecer en el disco, incluso aunque hable sobre comérmela, literalmente. En ambos casos, le enseñé las canciones para ver si le parecía bien que hablase así de una versión ficticia de ella. Nunca había hecho eso antes, ni siquiera con Alan, aunque él sepa que gran parte de las canciones van sobre él. En realidad, aunque mencione muchos nombres, todas las canciones van sobre mí, porque estoy narrando mi forma de ver el mundo, o mi forma de ver a los demás. El disco puede ser una historia que me representa, pero en un lugar que no existe. Cuando lo estaba escribiendo, sí que llegué a preguntarme“¿Por qué estoy escribiendo esto?, ¿por qué hablo de cosas que no han sucedido?”. Era tan ficticio que me resultaba divertido, pero no sabía si podía llegar a encontrar también la profundidad que buscaba. Al final, he terminado volcando mis problemas en otro mundo paralelo. ∎