Álbum

Big Thief

Double Infinity4AD-Popstock!, 2025

Big Thief siempre han funcionado como una especie de animal mitológico: cuatro cabezas respirando al mismo tiempo, unidas en un mismo latido. El problema es que una de esas cabezas se ha ido. Max Oleartchik dejó la banda y, en vez de cerrar filas, Adrianne Lenker, Buck Meek y James Krivchenia decidieron abrir la puerta de golpe. Resultado: “Double Infinity”, su sexta entrega de estudio, un álbum grabado en Nueva York con un ejército de invitados. En los Power Station Studios se metieron todos a la vez. Hasta trece personas en la sala.

El movimiento llega después de una etapa culminante. Con “Dragon New Warm Mountain I Believe In You” (2022) firmaron un disco desbordante, veinte canciones de folk expansivo, psicodelia luminosa y una intimidad compartida como pocas. Entremedias publicaron como un acto de generosidad “Passional Relations”, un EP solidario con cinco descartes de 2018-2020 y que os contamos aquí. Mientras tanto, Lenker siguió alimentando su propio mito en solitario, capaz de entregarnos la delicadeza espectral de “Bright Future” (2024) o la intimidad en bruto de “Live At Revolution Hall” (2025), confirmando que su voz y su escritura ya juegan en liga histórica. Es desde ese doble frente –obra magna colectiva y exploración personal inagotable– desde el que “Double Infinity” se planta como un nuevo comienzo más dispuesto a abrirse hacia lo comunitario y lo espiritual.

El viaje empieza con su sencillo Incomprehensible”, donde Lenker se mide cara a cara con el tiempo: miedo a envejecer, belleza en las arrugas, la herencia de madres y abuelas convertida en mantra: “In two days it’s my birthday and I’ll be 33 / That doesn’t really matter next to eternity”. Krivchenia marca un ritmo que parece improvisado, pero mantiene una precisión rara y magnética. Desde ahí, Words” sube la intensidad: guitarras y percusiones saltan en chispas, mientras el nuevo bajo de Joshua Crumbly aporta un empuje juguetón que aligera el conjunto. La dificultad de comunicarse con palabras y cómo el subconsciente ocupa ese lugar se materializan con ecos de dub jamaicano.

En Los Angeles el grupo baja a lo íntimo con un rencuentro contado con naturalidad doméstica, entre risas captadas en el estudio y frases a medias. Justo después, All Night All Day” abre la persiana de par en par. Lenker canta al deseo sin rodeos y la banda se deja llevar por un resplandor pop insólito, ligero y contagioso. Un tema glorioso con versos como este: Swallow poison, swallow sugar / Sometimes they taste the same / But I know your love is neither / And love is just a name”. El viraje llega con su tema homónimo Double Infinity”, donde el disco se repliega hacia un tempo más lento y un clima enrarecido: guitarras flotantes, voces en eco y una atmósfera psicodélica que funciona como contrapunto a la luminosidad anterior. Bendita la voz de Lenker. Ahí se abre la puerta a No Fear”, el corte más extenso del álbum, casi siete minutos construidos sobre cuatro versos. Entre la meditación y la extenuación, la banda se entrega a la repetición como si buscara borrar el paso del tiempo a golpe de insistencia.

La recta final se abre con Grandmother”, seis minutos donde el protagonismo se reparte. Laraaji, pionero del ambient, entra con vocalizaciones etéreas y el grupo en paralelo construye un mantra coral junto a la frase revelación “gonna turn it all into rock and roll”. A continuación, Happy With You” aparece como un estallido de sencillez radiante donde todo se reduce a lo esencial, como es estar feliz con alguien y no tener que explicarlo. El cierre llega con How Could I Have Known”, balada con Lenker deambulando por París bajo la lluvia y mirando los candados oxidados en los puentes, convertidos en símbolos de todo lo que se intenta retener y siempre termina escapando. Es un final glorioso.

El mito de las cuatro cabezas se quebró, pero en “Double Infinity” Big Thief han encontrado una nueva forma de respirar. Todo se diluye en una masa sonora más coral, con capas de voces, percusiones y reverbs. El folk sigue ahí, pero atravesado por loops, mantras y texturas que lo empujan hacia otro territorio. Se abre así un ciclo distinto, más arriesgado, más expansivo y, al mismo tiempo, profundamente humano. Big Thief han vuelto y, sorpresa, siguen mutando. Nosotros detrás. ∎

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