EP

Jlin

PerspectivePlanet Mu, 2023

¿Qué criterio seguimos a la hora de valorar un disco? ¿Hasta qué punto nos importan conceptos como originalidad, evolución, sonido propio, experimentación o cambio? Si un músico ha encontrado una forma de expresión que le es única e inmediatamente reconocible, ¿tiene que alterarla cada tanto y cambiar de piel para no estancarse? ¿Le pedimos a, por ejemplo, Will Oldham que cante diferente o haga un disco de punk de la misma forma que exigimos aire fresco a Rosalía o –por decir otro artista muy identificable– a Four Tet? Y aún otra pregunta más: a los mejores alumnos ¿debemos siempre exigirles las mejores notas?

Todo esto viene a la mente con el nuevo EP de Jlin. Porque, realmente, es muy diferente escuchar sus 27 minutos siendo la primera vez que uno se acerca a ella o hacerlo habiendo pasado ya antes en repetidas ocasiones por sus dos primeros LPs –“Dark Energy” (2015) y “Black Origami” (2017), ambos en Planet Mu–. Si alguien se pone “Perspective” sin conocer ese background lo más normal es que flipe y se vuelva loco (para bien, se entiende): esta música es tan marciana, retorcida, alucinógena y magnética que es casi imposible no quedarse con la boca abierta si nunca la has escuchado antes. Pero si ya te sabes casi de memoria sus títulos anteriores, quizá pueda dejarte un poco frío.

Dicho de otra manera: no hay cambios importantes en “Perspective”. Todo suena a Jlin por los cuatro costados. Ritmos rotísimos, sonidos tensos, quiebros metálicos y techno que brota del footwork y apunta, puntualmente, hacia lo cósmico. Lo que decíamos antes: flipante. Ahora bien: ¿sorprendente?, ¿innovador? Pues quizá ya no tanto. Y eso que el EP presenta algunas novedades. La más importante es su trabajo junto al grupo de Chicago Third Coast Percussion, una colaboración natural teniendo en cuenta la naturaleza eminente percutiva de su música. De hecho, los tracks de “Perspective” son una versión electrónica de las piezas que compuso junto a ellos en el segmento “Perspective” del disco “Perspectives” (2022). Por tanto, la intención de experimentación, de trazar nuevas vías y abrir la ventana para que corra el aire es obvia. Y es más que posible que estos movimientos ella misma los perciba como un cambio muy significativo en su sonido; pero para cualquier otro oyente (incluso los muy habituados a su universo) esos detalles que podrían ser determinantes quedan sepultados por un estilo tan potente y vigoroso, tan aplastante y definitivo, que se impone a cualquier otra consideración.

Al final, tracks como “Fourth Perpective”, “Paradigm” o “Dissonance” podrían formar parte de “Dark Energy” o “Black Origami” y nadie notaría la diferencia. Pero también es cierto que en esta reseña –y me atrevería a decir que en cualquier otra que puedan leer sobre el disco– no se han mencionado referentes ni artistas que hayan influido decisivamente a la productora de Indiana. Y si es así es porque no los hay: ¿DJ Rashad? Puede ser, pero tampoco tanto; ¿Kode9? Más en lo conceptual que en lo sonoro; ¿Paradinas? Aún menos. Su sonido remite y siempre ha remitido única y exclusivamente a sí misma: una virtud de la que muy pocos pueden presumir, pero que puede ser también, al mismo tiempo, un arma de doble filo. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados