Álbum

Mavis Staples

Sad And Beautiful WorldANTI-[PIAS] Ibero América, 2025

Mavis Staples debutó musicalmente en The Staple Singers a mediados de los cincuenta, transitando sobre todo por el góspel y la música espiritual. A finales de los sesenta debutó en solitario, una carrera enorme que ha proseguido hasta la actualidad de la mano de productores como Ry Cooder o Jeff Tweedy. A priori los álbumes de versiones no me resultan el mayor reclamo del mundo, pero cuando se trata de una cantante legendaria como Staples, contando con numerosos alicientes (canciones que lleva a su terreno, colaboraciones estelares y puro sentimiento), el concepto cambia. A sus 86 años, y para su nuevo álbum, la estadounidense acude al productor Brad Cook (Bon Iver, Waxahatchee, Nathaniel Rateliff…), infalible a la hora de hacer que todo suene magnífico, y recopila diez grandes canciones entre el blues, el folk y el soul (y otros géneros). Entre los colaboradores del álbum se encuentran, entre otros, músicos como Buddy Guy, Bonnie Raitt, Jeff Tweedy, Derek Trucks, Katie Crutchfield, MJ Lenderman, Justin Vernon. La voz de Mavis deslumbra por sí sola, posee la profundidad cavernosa de los graves, y logra adaptarse a cada canción y registro.

El álbum arranca con un guiño a Tom Waits, y al Chicago natal de Staples, que en “Chicago” –de “Bad As Me”, 2011capta la fiereza y el lado rebelde de Waits en clave blues y rock, y continúa con la delicadeza de “Beautiful Strangers”, en la que se exhibe el talento compositivo de Kevin Morby.

La canción que da título al álbum es una joya de Sparklehorse –de “Vivadixiesubmarinetransmissionplot”, 1995; la cadencia lenta está arropada por un saxo y una pedal steel guitar, que embellece una letanía melancólica, altamente seductora. “Human Mind”, de Allison Russell, capta todo el poder del swing en una canción que persigue el hechizo espiritual en búsqueda de una conexión superior.

“Hard Times” es un medio tiempo que abraza la magia de Gillian Welch –de “The Arrow & The Harvest”, 2011– con un deje blues (y hasta góspel) donde la guitarra busca el quejío de las profundidades del espíritu. “Godspeed” contiene un punto de lamento, pero también de orgullo por las raíces y el lugar de origen; es una canción de Frank Ocean –de “Blond”, 2016– que Staples lleva aquí a un crossover entre folk y jazz. Indaga en el blues-folk con “We Got To Have Peace”, de Curtis Mayfield, desvistiéndola de su estructura soul. En “Anthem”, un Leonard Cohen de “The Future” (1992), se aproxima de nuevo a los espirituales, con unos arreglos tocados por el jazz. “Satisfied Mind”, canción que popularizó Porter Wagoner en 1955, es otra balada con ese calado góspel que parece reflejar el estado de sosiego, de plenitud. Y cierra el álbum con “Everybody Needs Love”, de Eddie Hinton –incluida en “Letters From Mississippi”, 1986–, en clave blues, queriendo expandir la luz propulsada por los coros de Bonnie Raitt, Katie Crutchfield, Nathaniel Rateliff y Patterson Hood.

“Sad And Beautiful World” es un álbum ambicioso que resplandece en todas y cada una de sus canciones, donde cada instrumento viste y aporta brillo y color a unas composiciones unidas por un hilo común de belleza, esperanza, silencio y quietud, pero también de anhelos y deseos. Mavis Staples conecta con el oyente y nos sobrecoge con su voz, que vibra a flor de piel. ∎

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