Reedición

The Dare

What’s Wrong With New York?: AftersRepublic-Universal, 2025

Luces encendidas, bajos que raspan, cuerpos que se mueven como si el tiempo solo pasara en la pista. Harrison Patrick Smith, alias The Dare, entrega una versión ampliada de su debut de 2024 y lo hace con precisión de cirujano nocturno. “What’s Wrong With New York?: Afters” no añade material por sumar, sino que extiende una visión. Las tres canciones nuevas –“Cheeky”“LCA”  (que ya fue Canción del Día aquí hace tres meses) y “I Can’t Escape Myself”– encajan como si siempre hubieran estado ahí.

“Cheeky”, por ejemplo, funciona como entrada lateral a la misma fiesta: gestos ladeados, sonidos afilados y una risa al fondo. La canción no busca impacto inmediato. Gana fuerza con cada escucha. En lugar de elevar el volumen, lo coloca justo donde hace efecto. La voz llega filtrada, como si viniera de otra habitación, y el ritmo construye una escena con poco espacio para el descanso. Smith entiende el lenguaje de la ciudad y lo traduce en beats, en texturas, en cortes rítmicos que recuerdan a la mejor escuela del dance-punk. La memoria de DFA, The Rapture y los primeros años de LCD Soundsystem aparece sin peso. No hay cita directa ni copia: todo fluye como referencia digerida. La producción se construye con capas nítidas, bajos que marcan dirección y voces que actúan más como gesto que como narración.

En “I Can’t Escape Myself”, versión de The Sound, Smith recoge la melancolía original y la lleva al club sin cambiarle el pulso. La tensión se mantiene, la forma se transforma. Todo suena en presente. Las Freakquencies, fiestas nacidas en un sótano del East Village, sostienen el proyecto como columna vertebral. Ahí se cruzan diseñadores, DJs, público y fotógrafos. La escena no gira sobre sí misma, avanza con deseo. Smith no propone nostalgia. Cada tema nace del contacto con esos espacios.

“I Destroyed Disco”, “Movement”, “Open Up” o “All Night” surgen del mismo imaginario: cuerpos en tránsito, música que marca dirección y una estética clara. Nueva York funciona aquí como símbolo más que como ciudad concreta. Aparece como imagen encendida, como pasado reciclado en forma de presente brillante. Las canciones se ordenan como un paseo por lugares conocidos que cambian con cada mirada. No hay línea recta. Hay ritmo.

“Good Time”, “Perfume”, “Girls”, “You Can Never Go Home”: los títulos hablan con claridad. La experiencia entra por los oídos, pero también por los ojos, por la memoria, por el cuerpo. The Dare no busca refugio. Avanza con decisión. La música se presenta como fragmento de una cultura viva, una forma de estar, una manera de mirar. El disco no presenta una historia cerrada. Ofrece escenas. El club, la calle, la risa, la espera, el eco de una frase que se repite hasta perder el sentido. La fiesta se convierte en lenguaje, el sonido en mapa. Smith produce sin excesos. Cada pista encuentra su lugar. El ritmo no tropieza. La estética no duda. Todo se mueve con claridad.

“Afters” no revisita el pasado. Construye sobre él. Las texturas brillan, el movimiento se siente continuo, la propuesta entra en contacto con el presente sin disfraz. Smith crea desde la experiencia directa. El disco funciona como secuencia, como pista continua, como celebración de una ciudad que nunca se apaga. La energía no se imita. Se activa. El resultado no suena como una versión deluxe tradicional. Suena como expansión lógica de una visión muy definida. Harrison Patrick Smith no plantea duda. Propone estilo. Entiende el ritmo, el cuerpo y la forma. Y con eso le basta. Ritmo, deseo, visión. Todo ocurre aquí. ∎

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