La onda expansiva del 30 aniversario de “Super 8” –el álbum de debut de Los Planetas, que el año pasado fue profusamente celebrado en forma de gira– se extiende ahora a este disco de versiones. “Super H” (h de homenaje) sirve también para celebrar el quinto cumpleaños de Casa Maracas, la actual discográfica de los granadinos. En este sentido, se trata de un tributo “oficial” que, además, cuenta con el refrendo del mismísimo Javier Aramburu, quien ha reinterpretado el diseño del álbum original con una vajilla de cerámica granadina celebratoria.
No es la primera vez que se hace algo así. En 2014, y acompañando a la edición original del libro “De viaje por Los Planetas”, la editorial Ondas del Espacio ya invitó a varios grupos indies de aquel momento (Doble Pletina, Klaus & Kinski, Disco Las Palmeras!, McEnroe, El Último Vecino, Dënver…) a versionar no solo aquel álbum al completo, sino también las canciones del “Medusa EP” (1993) y de los singles de “Qué puedo hacer” y “Nuevas sensaciones”. En este caso, la selección se acota a los diez temas del “Súper 8” y un incomprensible añadido con “Manchas solares” (tema que se incluyó en el single “Himno generacional #83”, de 1995), a cargo de EDU REQUEJO.
La elección de artistas es muy afinada, y en ella se percibe muy bien el rastro espiritual de Los Planetas. Predominan las bandas de última, o ultimísima generación, que llevan (todas ellas) las canciones a su terreno. CAROLINA DURANTE atemperan un poco el torrente sónico de “De viaje” y la hacen más pop, con una emocionante contribución vocal de Diego Ibáñez, quien se vacía en el “¡Siempre juntos tú y yo!” final. DEPRESIÓN SONORA conduce “Qué puedo hacer” por su senda personal (lenta y rítmica a la vez, oscurantista y lo-fi). Me recuerda un tanto a la que grabara Sr. Chinarro en 1997, y, si en aquel entonces, Antonio Luque cambiaba jocosamente el Amador por El Asador, Marcos Crespo lo hace ahora por el Weirdo, garito mítico de Malasaña, y añade “por si te me apareces”, como si la figura esperada fuese un fantasma.
“Si está bien”, que podría ser una extensión del álbum de versiones que ha publicado CALA VENTO este año (“Brindis”), es justo la lectura que se podría esperar del dúo, aunque al final sorprenden con una línea de teclados bastante psicodélica y con un cambio de idioma, pasando del castellano al catalán. El tema más polémico es “10.000”, a cargo de ALCALÁ NORTE, pues no se trata de una versión en sí, sino de una canción completamente nueva que toma tan solo un poco del espíritu de la original y fantasea con una historia sobre el consumo de heroína. En cierto modo, es una adaptación como la que los propios Planetas hicieran de “Ready pa’ morir” de Yung Beef en “Islamabad”, pero más libre todavía. Me posiciono completamente a favor de esta genialidad.
MELENAS llevan “Jesús” por un hipnótico ritmo motorik (¡qué buenas son!), y ÉL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO mejora la canción menos inspirada del álbum original, “Estos últimos días”, conduciéndola por una carretera más pop y subiéndole moderadamente la velocidad. “Brigitte”, a cargo de LAS DIANAS, parece comenzar como un tema tontipop y acaba revelándose como una bonita canción romántica, con unos arreglos flamígeros y un cambio de punto de vista que la hace más interesante (al ser un grupo de chicas quien canta a la tal Brigitte, me termina recordando a “Charlotte”, de Adiós Amores). También MARCELO CRIMINAL, como no podría ser de otra manera, hace suya “Rey Sombra”, transformando su oscuridad noise en una especie de canción de autor decadentista.
Finalizan la selección los dos grupos que mejor han tomado la influencia de Los Planetas en el indie rock español del nuevo milenio. Si “Desorden”, la original, tenía un aire a The Velvet Underground, aquí Ariadna Paniagua, de LOS PUNSETES, la canta un poco como si fuera Nico, y la banda la lleva por la oscuridad sónica para preservar su emoción genuina. Finalmente, y como culminación de todo, TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO bordan “La caja del diablo”, con Isa Cea tomando la voz desde su mejor poder de transmisión pop y finalizando con una espiral de ruido psicodélico absolutamente gloriosa. ∎