Citarse en pleno Primavera Sound tiene estas cosas: agendas apretadas, intercambios fallidos de ubicaciones entre agente y periodista, pruebas de sonido que se meten en la conversación, helicópteros y drones zumbando sobre nuestras cabezas y poco, muy poco tiempo para hablar antes de la prueba de ensayo.
Con todo, aunque sea unos minutos y de pie, entre camiones que llevan y traen suministros y a su paso te dejan metido en una nube de polvo, en el malecón que separa los escenarios del festival y el Mediterráneo, conseguimos unos minutos para hablar con Crumb.
Son uno de esos nombres pequeños del cartel que –bien lo saben quienes saben reconocer futuros cabezas de cartel– se preparan para tocar dentro de un rato, aún de día, en el escenario Plenitude. La banda, puro art rock psicodélico de Brooklyn, la forman Jonathan Gillad (batería), Jesse Brotter (bajo), Bri Aronow (sintetizadores, teclados y saxo) y Lila Ramani (voz, guitarra). Su reciente disco es “AMAMA” (Crumb-Popstock!, 2024).
Hace unos días que estáis de gira.
Lila: Sí, hace una semana y media que estamos en la carretera. Hemos hecho unas fechas en Europa, después volvemos a América.
Jonathan: Hemos empezado en Reino Unido y hemos conducido hasta aquí.
¿Y qué tal ha ido?
Lila: Genial. Bueno, mucha carretera, ya sabes. Viaje loco por Europa (habían actuado en Inglaterra, Holanda, Bélgica, Francia y Alemania). Los conciertos están siendo muy divertidos.
¿Qué tal el nuevo disco en vivo?
Lila: Es la primera vez que lo tocamos. Está siendo muy estimulante llevarlo al directo.
¿Se escucha lo mismo en el escenario que en el disco?
Lila: No, lo hemos ajustado bastante para el directo. Hemos trabajado como un mes, adaptándolo y creando un nuevo set.
Dadnos más detalles sobre “AMAMA”.
Lila: “Amama” es la palabra que se utiliza en el sur de India –de donde es mi padre– para decir “abuela”. Creo que en varias culturas se utiliza esa palabra; incluso en el País Vasco, por lo que me han dicho. La canción es un homenaje a mi abuela, de quien he utilizado unas voces. El tema cobró importancia para nosotros y terminó dándole nombre a todo el trabajo porque sentí que era lo adecuado; era el centro espiritual del disco.
¿Y cuál es la filosofía del disco?
Lila: No tiene una, realmente. Es una colección de canciones de distintos períodos del grupo, desde que estamos juntos. Hay algunas bien antiguas y otras más nuevas. Creo que todas encajan en este espíritu que es “AMAMA”, que, no sé, creo que tiene cohesión, que funcionan bien unas con otras, que tienen un sentimiento energético, cálido y divertido.
Estáis juntos desde 2016. ¿Cómo se lleva la banda desde entonces?
Lila: Sí, aquel año sacamos nuestro primer EP (se refiere a “Crumb”). Creo que la química está mejor que nunca. No es fácil tener una banda. Es como una relación de pareja con cuatro personas. Una locura.
Jesse: Sí… Yo creo que hemos crecido mucho; hemos hecho tantas cosas juntos en los últimos diez años… Hay altos y bajos, pero todo eso alimenta la música. Especialmente los conciertos. A ver el de hoy.
Lila: Empezamos con veintipocos años y hemos crecido juntos. Yo cumplo 30 esta semana…
Bri: Ha sido un modo de experimentar la vida teniendo el grupo como centro. Siento que todo lo que ha pasado en los últimos ocho años o así ha sido caótico y hermoso, pero también una vía fantástica de interactuar con el mundo y la gente que hemos conocido.
¿Esta ha sido vuestra primera banda?
Lila: La primera banda de verdad.
Bri: No ha sido el primer proyecto, pero sí el primero en el sentido de girar de manera profesional. Hemos tenido muchas experiencias juntos. Antes habíamos creado círculos alrededor de distintos grupos de gente en proyectos a corto plazo. No creo que arrancáramos este con un propósito distinto en ese sentido, pero nos vimos muy inspirados por las reacciones de la gente a nuestra música. Le pusimos el mismo esfuerzo que a otros, pero aquí pasó algo.
Os conocisteis en la Universidad de Tufts, cerca de Boston, donde estabais estudiando distintas carreras: programación, ciencias, psicología y música. ¿Lo que hacéis sería una mezcla de todas esas disciplinas?
Jesse: Bueno, esas son solo carreras… Pero yo creo que nuestro ADN es incluso más profundo que todo eso: está en todo lo que hemos visto y escuchado, en las relaciones que hemos tenido… en toda nuestra historia. Una carrera universitaria es sobre todo una cuestión práctica, como tratar de conseguir un trabajo, incluso en la música; supongo que de alguna manera te prepara, pero también te da la oportunidad de convivir con gente, escuchar, jugar… Eso es lo más interesante.
¿Y qué hay de vuestro ADN musical?
Jesse: En realidad sí que heredas música, ese es un buen punto. Yo creo que tenemos mucha música en común pero también gustos musicales muy distintos. No siento que unos de nosotros encarnemos un lado más fuerte y otros el más melódico. Creo que todos hemos llegado a diferentes fases en las que nos interesan diferentes estilos musicales. Es muy difícil de explicar.
¿Planes de futuro de la banda?
Bri: Si todo va bien, el año que viene lo vamos a dedicar básicamente a girar con este disco. Esperamos ir a distintos lugares de América Latina y Asia. Y Estados Unidos, claro. Todavía no hemos hablado mucho de todo esto.
¿Preferís escenarios pequeños o festivales como este, con helicópteros?
Lila: Todos ellos.
Jesse: Yo me puedo volver un poco loco si solamente hacemos festivales, aunque está muy bien llegar a uno como este y encontrarte con gente que conoces, o no, y escuchar tanta música. Sobre todo si es un lugar tan bonito como este. Pero un concierto de sala es algo muy especial porque todo el mundo está ahí para verte a ti y pasar una gran noche contigo.
Jonathan: ¡Helicópteros, playa, bocadillos! (Los cuatro ríen mientras nos sobrevuela un helicóptero). ∎