Solo Shane MacGowan (1957-2023) podía convertir un cuento sobre dos personajes borrachos en la Nochebuena neoyorquina en un clásico inolvidable y atemporal. También en un éxito comercial. Recurriendo a Richard Balls en “Una furiosa devoción” (2021; Liburuak, 2023), MacGowan fue “el hombre que trajo la autenticidad al mundo cursi de las canciones navideñas”.
En “Fairytale Of New York” sus protagonistas no se encuentran en un bucólico entorno de paz y buena voluntad, en una tierna y reconfortante estampa casera y familiar, sino en una cena de despojos y desperdigados, lamentando su fortuna (“podría haber sido alguien”), lanzándose reproches por falsas promesas (“me prometiste que Broadway me estaría esperando”). Nueva York desde la experiencia de dos inmigrantes irlandeses y más de dos siglos de esperanzas truncadas de miles de compatriotas en busca de una nueva vida.
El primer viaje de Shane MacGowan a la Gran Manzana inspiró este cuento de The Pogues sobre la diáspora sentimental y una apuesta con Elvis Costello (productor de “Rum, Sodomy & The Lash”, 1985), convencido que MacGowan no sería capaz de crear una bella canción navideña, fue el estímulo.
La respuesta, una canción con toda la fuerza creativa de MacGowan. La cruda honestidad de su letra, las referencias a la tradición irlandesa (“Galway Bay”, de “El hombre tranquilo” de John Ford, cantado por el inexistente coro de la policía de Nueva York; en realidad, el apodo dentro del cuerpo a los compañeros irlandeses tras unas cuantas rondas), su lenguaje vulgar y callejero (“eres escoria / eres un gusano”)... Incluso ha superado un conato de cancelación por el uso de “faggot” (“maricón”) en uno de sus versos.
Descartada para el segundo disco de los Pogues por la obsesión de MacGowan por perfeccionarla entre el habitual caos de drogas y bebida que eran las sesiones del grupo, “Fairytale Of New York” no se lanzaría, como single, hasta noviembre de 1987, y finalmente incluida en “If I Should Fall From Grace With God” (1988). Kirsty MacColl (1959-2000), esposa del productor Steve Lillywhite, aportaría la voz femenina en tomas grabadas en casa. Conocida por su miedo escénico, la canción también fue toda una terapia para ella. MacGowan compartió la escritura con Jem Finer, quien tuvo la idea de solicitar a J.P. Donleavy poder utilizar el título de su novela de 1973, basada en una obra de teatro previa de 1961.
Ha habido numerosas versiones e interpretaciones de “Fairytale Of New York”, pero ninguna, supongo, tan emotiva como la del funeral de MacGowan, con su esposa, familiares y amigos más cercanos bailando delante de su féretro. Un momento que sigue provocando lagrimilla y que sublima todo lo que Shane MacGowan fue. ∎