Más post-punk británico reciente. Cumplieron con creces Dana Margolin y su banda, con la teclista y corista Georgie Stott como coprotagonista de gafas coloridas, combinando canciones de su último álbum con repertorio previo, más sólido. Como “Give/Take”, muy potente en directo, o la emotiva “Good For You”, con un sonido cálido lleno de matices. En “Jealousy” la quebradiza voz de Margolin sonó más Nico que nunca (una Nico que sabe cantar con más registros), lo cual supone remontar el río hasta el manantial original del que mana (casi) todo esto, obviamente The Velvet Underground. Margolin, sonriente y muy a gusto a lo largo del concierto, preguntó si alguien tenía un tampón. También contentó a los fans con las explosiones de guitarras lo-fi de “Sweet” o la efectista “The Rip”, bien ejecutada y coreada por el público. Eché de menos “Circling”, pero fueron recogiendo con “Back To The Radio”, de lo mejor de su último álbum, cuyo crescendo circular puso el vello de punta al personal. PP
Formación básica de guitarra, bajo y batería para llevar al directo el proyecto de la cantautora Lindsey Jordan. Abrió con una conmovedora “Pristine”, de su ópera prima “Lush” (2018), indie rock muy del gusto mayoritario del Canela Party. La estadounidense tiene 24 años ahora pero parece aún más joven; empezó a tocar como Snail Mail con 15, lo que reafirma la impresión de precocidad. Dicho sin rodeos, sobre el escenario parece una niña, lo que contrasta con la madurez de sus composiciones. Hubo quien vino al Canela Party 2023 expresamente para verla, me consta, y hubo quien se quejó de una sonorización plana. En cualquier caso, no fue culpa de Jordan ni de su banda, que tocaron con entrega y profesionalidad. Hubo también sitio para otras grandes piezas de su debut largo, como “Heat Wave” o “Full Control”, y de su estupendo second coming, “Valentine” (2021), más ecléctico en registros. Caso de la canción titular, que cerró el set con su estribillo de guitarra explosiva. PP