Gogol Bordello

Eugene Hütz estrechó lazos con sus castigados compatriotas ucranianos en “Solidaritine” (2022), álbum de trasfondo compasivo y formas fieras que hasta la fecha es el último larga duración de su grupo, Gogol Bordello, embajador casi plenipotenciario del punk gitano en todo el planeta. El próximo 13 de febrero, el septeto radicado en Nueva York –Hütz llegó a la Costa Este de los Estados Unidos hace más de treinta años, dentro de un programa de acogida para refugiados– abrirá un nuevo capítulo en su larga trayectoria con “We Mean It, Man!”, su novena muesca discográfica, en la que el bigotudo líder cumple el deseo de trabajar junto al veterano Nick Launay, productor muy ligado durante el presente siglo a la obra de Nick Cave & The Bad Seeds y Grinderman.

Hütz asegura que esa alianza con el productor británico –también participa en el proceso Adam Greenspan, acostumbrado a hacer equipo técnico con Launay– ha determinado la estética del álbum más de lo que pueda imaginarse, y define el trabajo como una “venganza a ritmo post-punk”. También afirma que encontraremos el habitual collage mestizo del grupo y que, en su opinión, “es el mejor frankenstein que hemos hecho desde ‘Gypsy Punks’”, refiriéndose al celebrado álbum que registraron en 2005 junto a Steve Albini (1962-2024).

El segundo avance del disco –hace un par de meses ya dejaron caer el tema titular, altamente inflamable– es directo y contundente, tal y como esperábamos. Se trata de una pieza con espíritu punk rock que fluye a través de una melodía festiva –acompañada por los teclados de la acordeonista Erica Mancini– que termina de detonar en el estribillo, dominado por la onomatopeya y por coros unicelulares de espíritu burlón. Estos últimos inyectan una euforia difícil de contener en quien escucha, y animan a abandonar la trinchera en que nos refugiamos a diario con esa sonrisa que tanto le molesta a algunos. ∎