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Premio Ruido 2022, iluminando otros rincones

La fusión de cantes tradicionales y rave jerezana propuesta por Rocío Márquez y Bronquio en “Tercer cielo” se alzó con el Premio Ruido al mejor disco de 2022. El galardón que otorga anualmente la asociación de periodistas musicales PAM, a la manera del Mercury Prize, se entregó anoche en el Auditorio Baluarte de Pamplona.

Rocío Márquez y Bronquio: felices ganadores. Foto: Sharon López
Rocío Márquez y Bronquio: felices ganadores. Foto: Sharon López
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orprendida –y hasta algo emocionada–, Rocío Márquez subía al escenario para recoger su primer Premio Ruido, acompañada por Bronquio. No era para menos porque, además de otros trece discos excelentes pertenecientes a la hornada de 2022 entre los que se incluyen pelotazos indiscutibles como “Cuatro chavales” (Carolina Durante), “Bremen no existe” (Biznaga), “El arte de morir muy despacio” (Depresión Sonora), “Fuimos los dos” (Maria Rodés), “Duplo” (Yawners), “La cantera” (Guitarricadelafuente), “AFDTRQHOT” (Los Punsetes), “Mundos inmóviles derrumbándose” (Nacho Vegas)  –todos estos bien representados en la lista de mejores discos nacionales de Rockdelux– o “Tinta y tiempo” (Jorge Drexler) –un trabajo que le ha valido al uruguayo la friolera de cinco Grammy Latino–, “Un momento extraño” (Menta), “La emperatriz” (Rigoberta Bandini) o “Burbuja cómoda y Elefante inesperado” (Anni B Sweet y Los Estanques), estaba ese que se supone debía gobernarlos a todos. “Trece más uno, como decía el de las motos”, bromeaba Gorka Aguinagalde, presentador junto a Maialen Gurbindo, Chica Sobresalto, de la octava entrega del premio que concede la asociación PAM –Periodistas Asociados de Música– desde 2015.

Porque no fue “Motomami” (Rosalía) el álbum galardonado esta vez, quizá contra todo pronóstico. Fue ese excelente experimento de fusión UK rave –donde UK se confunde con Jerez– y prístinos cantes tradicionales que es “Tercer cielo” el que se coronó anoche sobre el escenario de Baluarte, en Pamplona, en la primera salida del Premio Ruido fuera de Madrid. Así lo reconocieron los cerca de 250 periodistas musicales que componen la asociación y que votan libre y democráticamente por el mejor álbum nacional del año. Un trabajo que, además, sirvió como metáfora para recordar a los políticos asistentes a la gala que, casi siempre, cuando dos mundos a priori irreconciliables ponen en común sus diferencias, surge la magia.

Durante la casi hora y media de gala pudimos ver sobre el escenario el poderío de Biznaga, favoritos en las apuestas más guitarreras, así como una íntima y emocionante actuación de Anni B Sweet con Íñigo Bregel (Los Estanques) al piano de cola repasando un par de temas de su disco conjunto. La nota local la puso el músico navarro Pello Reparaz con la siempre sorprendente Leire Colomo a la percusión y con su relativamente nuevo proyecto, Zetak, brillante y festivo pop electrónico surgido durante la pandemia. Se acordó, además, de grandes periodistas musicales navarros como Santi Echevarría o Joaquín Luqui. Y la sorpresa vino de la mano de Chica Sobresalto, que se quitó el traje de presentadora para ofrecer una bonita interpretación de su single más reciente, “La torre”.

Biznaga: el rock no ha muerto. Foto: Sharon López
Biznaga: el rock no ha muerto. Foto: Sharon López

Pero antes de todo esto, tocaba reconocer las labores de los que se encontraban allí, de todos los que hacen posible que cada año se editen en España grandes discos y estos puedan encontrar un público que se reconozca en ellos. Son los artistas, los creadores y las creadoras a través de sus obras, los distinguidos con el Premio Ruido, siguiendo el modelo del Mercury Prize británico. En bruto, más allá de altavoces, posibilidades, escalas y ambiciones. Y precisamente por eso, en parte, también lo son todos los individuos que componen la asociación periodística que puso en marcha esta iniciativa y, en general, todos los que componemos la prensa musical de nuestro país. Porque en un mundo en el que los intermediarios entre artista y público prácticamente han desaparecido, donde cada viernes se lanzan infinidad de nuevos discos a un solo clic de distancia y en el que las grandes estrellas acaparan una atención cada vez más inconsistente y fugaz, quizá sí tiene algo de necesaria esta profesión. Aunque muchas veces no nos lo creamos y aunque a veces no lo parezca.

Sí, Rosalía se quedó sin su “tres de tres” –ya había conquistado consecutivamente el Premio Ruido en 2017 con “Los Ángeles” y el de 2018 con “El mal querer”, ambos también fueron elegidos por Rockdelux como mejor álbum nacional del año–, pero acaba de ganar otros dos Grammy. Y aunque reconocer las evidencias es de sabios –“Motomami” ha sido mejor disco del año para la práctica totalidad de medios nacionales y ha estado entre los diez mejores discos del año en los repasos de medios internacionales como ‘The Guardian’, ‘Pitchfork’ o ‘The New York Times’–, la misión de nuestra prensa musical es, por encima de todo, sacar a la luz ese tercer cielo que no todo el mundo quiere ver. ∎

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