Álbum

Lonely Guest

Lonely GuestFalse Idols, 2021

Si prevalece un valor en la larga trayectoria de Tricky es eso que ahora llaman resiliencia ante los avatares personales y de las modas. En el primer caso, han sido duros, como su vieja batalla con los acúfenos –la enfermedad del tinnitus–, sus problemas mentales o el trágico fallecimiento por suicidio de su hija Mazy Topley-Bird en 2019 reflejado en su sombrío álbum de aquel año, “Fall To Pieces”. Su inquebrantable pasión por la música puede que partiera de una desventaja: el perfil de “tipo que pasaba por allí” que se nos vendió en su debut de 1991 con Massive Attack. Pero esa misma condición de “invitado solitario”, catalizador de modos e instintivo compositor de canciones, ha conformado su intransferible yo artístico desde entonces.

A estas alturas de su prolífica vida artística, solo se le puede exigir a Adrian Thaws que haga bien lo que ya sabe hacer. Algo que cumple sin que nadie se lo pida, por supuesto, y que suele ejercer en los confines del manoseado trip hop, ese hip hop ralentizado y psicodélico que cautivó nuestra sensibilidad hace treinta años. Ya sabemos que no es lo último en tendencias musicales, como tampoco lo es la tortilla a la francesa en las culinarias, pero hay que admitir que nadie lo hace como él. Lonely Guest se beneficia de ese largo oficio y de la gran variedad de colores que aportan los artistas escogidos en esta ocasión por su inveterado maestro de ceremonias.

Experto en hacer de la necesidad virtud, Tricky montó en 2013 su propio sello, False Idols, para dar salida a sus producciones. Entre ellas se integra este nuevo proyecto colaborativo gestado a distancia durante los primeros dieciocho meses de pandemia. Un proceso tecnológico efectivo y rentable de aprovechar el aislamiento, que se ha convertido en todo un clásico y que ha venido para quedarse. Pero no todo es aséptico y relativamente novedoso en Lonely Guest porque lo vuelven a acompañar la danesa Nanna Øland Fabricius, alias Oh Land –“Under”–, y la polaca Marta Złakowska, que se prodiga en cuatro cortes, tres de ellos destacados como singles digitales de adelanto.

Son el homónimo del disco, una maravilla de electrónica esquemática emponzoñada con la voz nicotínica de su anfitrión; “Pre War Tension”, junto con Joe Talbot, conocido vocalista de IDLES, y “Move Me”, híbrido reptante marca de la casa construido a base de detalles grunge y cadencias triposas. La cuarta pieza con Marta es “Atmosphere”, donde el gran Lee “Scratch” Perry, que murió el pasado verano, regresa al planeta de los simios en uno de los mejores cortes de álbum, lírico, poéticamente geriátrico y fantasmal. La verdad es que suena entre “Maxinquaye” (1995) y “Jesus Blood Never Failed Me Yet” (1975), de Gavin Bryars.

Se echa de menos más presencia de Tricky en las voces, pero es la colada de diversas ascendencias y procedencias lo que otorga su sentido creativamente liberador a Lonely Guest. Completan la nómina de artistas imbuidos del universo sonoro de Tricky –básicamente, es decir, no necesariamente así: ellos componen, este produce– el rapero londinense Kway en “On A Move”; Murkage Dave y el pop-soul satinado de “Pay My Taxes”; la artista holandesa-zimbabuense Rina Mushonga –“Pipe Dreamz”, un tema que sedujo a Tricky buscando por error en las profundidades abisales de YouTube– y, desde Brooklyn, Breanna Barbara –“Big Bang Blues”–. Un lóbrego y excelente Paul Smith, cantante de Maxïmo Park, cierra la orla con “Christmas Trees”. ∎

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