Álbum

Tindersticks

Soft TissueLucky Dog-City Slang-Music As Usual, 2024

Parece que Tindersticks no descansan nunca por las constantes giras, encargos de bandas sonoras y trabajos en solitario de sus componentes, en especial del cantante Stuart Staples y de David Butler, el teclista original de la banda, muy activo durante el último lustro. En realidad han pasado cinco años desde “No Treasure But Hope” (2019), el álbum precedente de Tindersticks, anterior incluso al COVID, y tres temporadas contabilizando el mini-LP más experimental “distractions” (2021). A principios de 2023, la banda se reunió en los Estudis Ground de Cornellà del Terri (Girona) para trabajar en nuevas ideas desarrolladas posteriormente en Londres y mezcladas en Le Chien Chanceux, el estudio que Staples tiene en la región gala de Lemosín. “Soft Tissue” combina respectivamente el continuismo y la audacia de uno y otro.

En la nota de prensa hablan de la época de gestación del disco como si hubiesen transcurrido eones. Lo cierto es que a estas alturas de su carrera, Staples y compañía pueden permitirse el lujo de operar sin prisas, completamente ajenos a las modas, hasta tomarse la amabilidad de compartir a su percusionista Earl Harvin con The The, presente en la banda de Matt Johnson desde “NakeSelf” (2000), aunque sus compromisos con Tindersticks lo han obligado a perderse la primera fase del tour mundial de presentación de “Ensoulment”. Cortes de este nuevo álbum de The The como “Life After Life” comparten una gran afinidad sonora con Tindersticks.

Solo que Staples no habla de cuestiones doctrinales ni harto de tinto. Su política, igualmente elaborada, es más crepuscular, de alcoba si quieren. El autor de “Tiny Tears” sabe que ha de conservar esa tórrida atmósfera de duermevela donde se desenvuelve como Tenorio entre encajes. “Soft Tissue”, por supuesto, enjuga alguna lágrima. “Nancy” es un bolero tóxico donde alguien suplica: Nancy, respóndeme / Tu silencio es peor que lo que puedas decir / Solo fue una raya de speed / Me sentía tan lento y solo. Dan McKinna –a bordo desde “The Hungry Saw” (2008), el año de la resurrección de Tindersticks–, además de ocuparse de los arreglos de viento, interpreta uno de esos teclados minúsculos y turbadores tan característicos del grupo.

El bajista escribe la mayor parte de las cuerdas de “Soft Tissue”, luciéndose especialmente en “Don’t Walk, Run”, donde Tindersticks combinan ritmos hipnóticos y tensos, casi detectivescos, con algo parecido al sonido Filadelfia, alcanzando una sofisticación que recuerda a los Roxy Music de “Avalon” (1982), muchísimo menos repulida, y que marcará el ánimo del álbum. “Falling, The Light” es una locura de amor, la única pieza arreglada por la violinista Lucy Williams, que también dirige la populosa orquesta de “Soft Tissue”. La ardiente “Always A Stranger” se construye alrededor de unas exóticas guitarras con trémolo de Neil Fraser, detalle también marca de la casa, la música de cámara de McKinna y un arreglo de trompeta a cargo de Terry Edwards, otro músico largamente asociado a la banda londinense.

“New World” es la pieza que inaugura el disco en su versión larga –editada, salió en single físico sin portada y digital– y muestra a un Staples, a su personaje, torturado por el final de un romance. El estribillo I won’t let my love become my weakness es puro gospel catártico. Tindersticks vuelven a sazonar su pócima con soul tal como hicieron en “Simple Pleasure” (1999) o “Can Our Love…” (2001), otros discos regenerativos de su vasto currículo. Para ello han vuelvo a contratar también al saxofonista tenor Julian Siegel, presente en los arreglos de otros dos temas. En “Turned My Back”, la pieza más extensa de “Soft Tissue”, interviene Gina Foster, en la órbita de Staples desde su primer disco en solitario, “Lucky Dog Recordings 03-04” (2005). Sus coros aportan un gran cromatismo sin saturar el espacio de una canción abigarrada ya con cajas de ritmos, el piano Wurlitzer pulsante de Boulter, las cuerdas a lo Lee Hazlewood de McKinna o los vientos ardientes de Siegel.

Y así transcurre “Soft Tissue”, sofocando los fluidos derramados por sus ocho canciones sin desperdicio, para cerrar suavemente con “Soon To Be April”, donde el minimalismo sonoro y el maximalismo emocional de las entretelas de Staples –que podría estar dando cuenta de las fases de una relación sentimental– suena tan melancólico y optimista como una música de Henry Mancini. La portada de este cuidado trabajo en todos los sentidos imaginables es de Sidonie Osborne Staples, la hija del jefe, muy en consonancia con esta obra intensa y detallista, cálida y equilibrada, que combina lo mejor de todas las épocas de Tindersticks. Hasta nos regalan alguna que otra sordina fronteriza. Una obra maestra, sin trampa ni cartón. ∎

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