Y la cosa ha ido tal que así… En su actual gira, Coldplay le están intentando dar vidilla a la canción “Jumbotron Song” con una kiss cam (es decir: esa cámara típica de los eventos deportivos que rastrea entre el público a la búsqueda de una pareja que, al verse en la pantalla, se dé un beso). Lo que ocurre es que, en su reciente concierto en Boston, Massachusetts, la kiss cam capturó este momentazo en el que un hombre y una mujer abrazados se separan horrorizados inmediatamente al verse en pantalla. A lo que Chris Martin reacciona con la broma inevitable: “O están teniendo un affaire o son muy tímidos”.
Spoiler alert: estaban teniendo un affaire a espaldas de sus respectivas parejas. Lo que explica a la perfección este otro momentazo tan rollo “Las caras, Juan, grábales las caras”. Y, como no podía ser de otra forma, internet tardó cero coma en destapar quiénes eran el hombre y la mujer implicados: Andy Byron, CEO de la empresa Astronomer (startup especializada en infraestructura de datos conocida), y Kristin Cabot, responsable de Recursos Humanos de la misma empresa. ¿El resultado de este destape involuntario? Byron ya ha dimitido como CEO de la compañía y se dice se comenta que su esposa se ha quitado el apellido de casada de sus perfiles de redes sociales. Lo que significa que, como constata este titular con juego de palabras intraducible (porque juega con la polisemia de “single” como “soltero” en su acepción marital y “sencillo” en el contexto de la industria musical):
También te digo que ojalá este otro titular fuera real: “Coldplay anuncia una nueva sección de asientos ‘affaire’ que la kiss cam no grabará”. Ojalá también no se repitan demasiado las “kiss cams” de otros eventos intentando recrear el cachondeo de la de Coldplay. Y, sobre todo, ojalá en el futuro recordemos este tinglado como si lo hubiera pintado Munch.
Aunque lo mejor de todo es que las redes sociales han puesto su maquinaria a trabajar para confabular sobre otros affaires que molaría que hubieran sido destapados por la kiss cam de Coldplay. Algunos de ellos, obviamente, tan políticos como el de Trump y ese amante que se está esforzando por ocultar lo máximo posible aunque todos sepamos que tarde o temprano caerá el telón y se destapará el pastel. Y, claro, también ha habido cachondeo generalizado con personajes icónicos del audiovisual provenientes de ficciones de todos los tiempos como “Star Trek”, “Good Omens”, “Sonic” o mi preferido por ahora por lo que tiene de referencia a un clásico de mi infancia que era puramente veraniego y que las nuevas generaciones probablemente no pillen: la pareja más calentorra de “Aterriza como puedas”.
Antes de que sigas leyendo, aquí va una advertencia: esto de Sister Hong es un poco “elige tu propia aventura” (y ya van dos referencias viejunas, #sorrynotsorry). Con esto quiero decir que, al fin y al cabo, debes ser tú quién decida hasta dónde quieres indagar sobre lo ocurrido… Me explico. Resulta que, a principios de semana en la provincia de Jiangning (China), fue detenido un tal Jiao (del que se ha mantenido el apellido en anonimato) acusado de grabar con cámaras ocultas por lo menos a 237 hombres durante encuentros sexuales sin contar con su consentimiento y posteriormente difundir las imágenes por redes sociales como WeChat, QQ, Momo, Telegram, Reddit, Douyin o X/Twitter. Bueno, en verdad lo que difundía eran “avances” de los vídeos completos que podían verse en un grupo privado al que solo podía accederse pagando una membresía de 150 yuanes (18 euros, aproximadamente). Lo bestia del caso es que Jiao se hacía pasar por mujer bajo el nombre de Sister Hong. Y que Sister Hong tenía este aspecto…
¿Surrealista? Y eso que todavía no te he explicado que Sister Hong no cobraba por estos encuentros y que, precisamente por eso, en la mayoría de vídeos puede verse a los hombres llegando a su apartamento con frutas, leche o botellas de aceite (que ya sabemos que va carísimo). Y aquí llega el “elige tu propia aventura”: basta una búsqueda en X / Twitter para encontrarte con vídeos realmente explícitos que pueden dejarte mal cuerpo. Así que, si decides no ir tan lejos, ya te digo yo que lo que se ve es precisamente a un señor con una peluca de AliExpress y una mascarilla de la COVID recibiendo a maromos uno tras otro, bajándoles los pantalones, animándoles oralmente hasta que, ¡zas!, se baja la falda, deja el culo al aire y se procede al zumbamiento.
No es de extrañar que muchos lleven unos días de puro maratón con el contenido de Sister Hong, fascinados con detalles tan diversos como el apartamento que parece salido de una peli de terror oriental de principio de siglo o, sobre todo, con esa ristra de maromazos que salen en los vídeos y que, contra todo pronóstico, están todos bastante buenorros. Algo sobre lo que no debería hacer broma porque se ha vulnerado su privacidad y se ha revelado su identidad justo en un momento en el que el gobierno chino ha empezado una persecución incluso legal y punitiva contra los enemigos de la masculinidad tradicional. Pero a lo mejor es por eso mismo, por haber desenmascarado la mariconería en una sociedad que se empeña en negarla, por lo que muchos han decidido que Sister Hong es brat.
Porque era inevitable que las redes sociales se volcara con los jajás a la hora, por ejemplo, de buscar parecidos razonables de Sister Hong realmente tremendos con Gal Costa, la vaca de “Animal Crossing” o la señora karateka de “Dandadan”. Por no contar con que, de repente, la Selena Gomez de principios de los 2000 también es Sister Hong. Y que, sobre todo, la Madonna de su época en kimono es la más Sister Hong de todas.
Así que, mientras que el capitalismo no pierde el tiempo y ya hay algunos que venden por ahí el “Sister Hong kit”, otros como Dualingo (que siempre son bien fuertotes en redes sociales) ya te están animando a que aprendas chino por si acabas en el mencionado apartamento. Así que da igual el camino por el que hayas optado en este “elige tu propia aventura”, porque solo hay un final posible: debes compartir esta Sister Hong de la suerte en tus redes para que nunca falte comida en tu casa.
Lo de siempre: después de mucho criticar a Perro Sanxe por veranear en viviendas que son propiedad del estado, han pillado a Isabel Díaz Ayuso gozándolo como si no hubiera mañana en un chalé con piscina en la sierra de Madrid que es propiedad de la Comunidad. Oye, y no era un chalé cualquiera: se trata de un inmueble adquirido por el gobierno autonómico en 2023 por el módico precio de 4,3 millones de euros y que dispone no solo de unos terrenos idílicos, sino también del piscinón de tus sueños.
¿Y qué ha hecho la tía cuando le han intentado poner las orejas rojas desde la prensa? Marcarse una rueda de prensa para afirmar que ha hecho “un uso permitido, muy austero” del chalé. Vamos, que “no se ha utilizado ningún servicio de la Comunidad, ni camareros ni cocineros”. Que se llevó el táper de casa y que incluso hizo la compra en un Covirán. Algo que, por otra parte, resulta totalmente coherente con una persona que lleva “viviendo casi 20 años de alquiler, casi cinco años como presidenta de la Comunidad de Madrid, sufragándome mi casa” y que tiene “el sueldo congelado desde hace 15 años”.
Claro, que también se pilla antes a un mentiroso que a un cojo y los medios han tardado una sorprendente cantidad de cero unidades de segundos en desmontar el discurso ayuser. Para empezar, el sueldo como que muy congelado no está. Y, sobre todo, lo preocupante del caso es que la Comunidad de Madrid adquirió este chalé para destinarlo a la protección de la naturaleza y no a las vacaciones de Ayuso. Así que, evidentemente, desde la izquierda no han tardado en lanzar una (comprensible) petición para limitar el uso del patrimonio público con el fin de evitar casos como este.
Y, mientras que artistas célebres como Nacho Duato han aprovechado la noticia para pedirle a Ayuso que le invite a hacerse unos largos en la piscina en estilo mariposa (o “mariposón”, como él mismo se cachondea), las redes hierven con opiniones de lo más diversas. Algunos creen que la austeridad del táper probablemente sea una práctica habitual entre los altos cargos del PP y que, si no lo entiendes, es que eres un tieso. Hay quien pide a la presidenta que enseñe el tiquet del Covirán a sabiendas de que en el supermercado no le hizo falta comprar chorizo porque eso en su casa no falta nunca. Hay quien recuerda que “Isabel Díaz Ayuso nunca ha sido muy de pagar por la vivienda, la verdad” y quien barrunta que “amuebló el chalet con muebles de Wallapop”.
Así que, nada, como este briconsejo para conseguir un chalet de 4,3 millones de euros no me llegó a tiempo, me dispongo a poner el punto y final al último Haciendo Scroll de la temporada justo antes de coger un avión hacia unas vacaciones verdaderamente austeras que he pagado con el dinero salido del sudor de mi frente. Una frente cada vez más amplia debido a la calvicie empeorada por el estrés laboral. Pero una frente que puedo lucir bien alta sabiendo que, por lo menos, en caso de que un asesino en serie entre en mi casa de vacaciones, no me pillará tan fácilmente como a Ayuso.