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TOP 2022

2022/ Películas

Keep calm

El año cinematográfico ha estado marcado por polémicas ligadas a las temáticas antes que a las nuevas propuestas narrativas y formales –los casos de “Blonde” o “Mantícora”–, el excelente estado de salud del cine español, la pujanza de los autores asiáticos o el retorno de clásicos modernos como David Cronenberg. Esta es nuestra selección de los mejores filmes estrenados en sala o streaming en 2022.

25

Fuego

Claire Denis

La importancia de los conceptos de fluidez y transformación hacen que Claire Denis esté más presente que nunca. En “Fuego” vuelve al cuerpo y al deseo, y demuestra una vez más que no hay una única manera de abordarlos. Si, por poner un par de ejemplos, en “Trouble Every Day” (2001) optaba por el canibalismo como expresión metafórica del deseo desbordado y en “High Life” (2018) defendía su vigor incluso en las condiciones más asépticas y adversas, en “Fuego” parece explorar lo que sucede cuando el deseo es tan difícil de encajar en la vida de los personajes y está tan claramente abocado a lo trágico que es imposible sostenerlo sin caer ocasionalmente en el ridículo. Desirée de Fez

24

El hombre del norte

Robert Eggers

La primera sensación tras el visionado del tercer filme de Robert Eggers es que resulta menos bárbaro, salvaje y atávico de lo previsto. El autor de dos obras seminales del neoterror contemporáneo, “La bruja” (2015) y “El faro” (2019), parte de un relato de venganza en las islas nórdicas del siglo X para desarrollar a sangre y fuego, pero con mesura, una crónica histórica en la que se mezclan los ingredientes de ficción con el respeto por la época y su mitología vikinga. La perturbación que ofrece Eggers llega finalmente por otros derroteros: la pausa antes de la barbarie, el calor antes de la oleada de frío, la ternura cuando es impensable que pueda surgir. Quim Casas

23

Armageddon Time

James Gray

A primera vista, el octavo largometraje de James Gray se despliega como uno de esos dramas en torno a la adolescencia propia que (casi) todo director parece sentirse obligado a filmar en algún momento de su carrera. Pero, lejos de recrearse en la nostalgia habitual de este tipo de memorias cinematográficas, Gray acaba firmando una de las impugnaciones más feroces al sueño americano del cine reciente. Evocación de un momento clave del fin de la niñez desde la toma de conciencia del privilegio blanco, “Armageddon Time” deviene un impecable retrato de cómo se incubó el huevo de la serpiente trumpista en la América de los 80. Eulàlia Iglesias

22

Red Rocket

Sean Baker

Si alguna vez ha existido algo similar al cine social en los Estados Unidos, Sean Baker regenta su patente actual. En la última tentativa, “Red Rocket”, sigue abonado a la senda derrotista de los expulsados del sueño americano. Esta vez tras el rastro de una estrella del porno en decadencia que se ve forzada a regresar a su hogar en la Texas más remota. El director no solo se reafirma como aventajado cronista de los desclasados del país, sino que encima es capaz de insertar un incómodo dispositivo empático alrededor de este hustler sinvergüenza y miserable, arrastrándolo por la cuneta tragicómica a través de golpes de buena y mala fortuna, y al que finalmente absuelve con cierta ternura. Marc Muñoz

21

The Batman

Matt Reeves

Matt Reeves es un raro caso de director que, trabajando dentro del sistema, sabe dejar en cada proyecto su impronta personal. Lo ha vuelto a hacer con “The Batman”, una de las mejores películas del héroe alado, regreso a las raíces del noir detectivesco del personaje a la vez que elucubración sobre un futuro perfecto neogrunge para sus peripecias. A base de su habitual sentido de la atmósfera, musicalidad y carga emotiva, Reeves consigue hacer nuevo lo ya visto. Le ayuda un Robert Pattinson de desafección magnética y no poca química sexual con una Zoë Kravitz perfectamente felina. El blockbuster adulto y elegante todavía es posible. Juan Manuel Freire

20

Belle

Mamoru Hosoda

“Belle” es una portentosa obra de animación en la que Mamoru Hosoda se adentra en territorios de ciencia ficción a través de las nuevas tecnologías. Su protagonista femenina tiene 17 años, pero está desconectada del mundo que la rodea, así que encontrará en un espacio virtual el lugar en que sentirse aceptada y hallar su propia identidad. Esta nueva película conecta con todas sus obras precedentes: la soledad, el sentimiento de incomprensión, la sensación de tránsito hacia otra etapa de madurez y también la orfandad. Historias de iniciación, de aprendizaje, en las que se habla de la familia, de los valores y de la necesidad de hacer frente a las inseguridades. Beatriz Martínez

19

X

Ti West

“X” es un grito de resistencia por parte de su director, Ti West. De la mano de A24, y tras un lustro secuestrado por la televisión, el norteamericano se ha sacado de la manga una trilogía –inicialmente iba a ser un único filme, pero la pandemia complicó las cosas para bien– cuyas ficciones se despliegan a partir de la maleabilidad del rostro de Mia Goth. En el caso de “X”, concretamente, deberíamos hablar de su corruptibilidad. Caricias frías, porno y terror, audacias de montaje, un cocodrilo prestado por Tobe Hooper y un esquema tan familiar como sabiamente planificado. Ojalá la jugada germine y tengamos Ti West para rato. A ser posible, en el cine. Toni Junyent

18

¡Nop!

Jordan Peele

“¡Nop!”, que proviene del asombro iniciático por el primer Spielberg, es un filme sobre la fascinación y las capas que la maduración vital añaden a ese despertar vocacional. Apropiándose del imaginario de la historia cinematográfica y audiovisual, Peele compone una ocurrente amalgama de cine de terror, fantástico, wéstern y comedia. Con la libertad de aceleración que posibilitan las zonas de periferia (un rancho de caballos alejado en el desierto hollywoodiense, regentado por una familia afroamericana), crea una fábula sobre las fronteras y el sueño de su subversión con múltiples niveles de sentido e inventivas asociaciones. Gonzalo de Lucas

17

La peor persona del mundo

Joachim Trier

A pesar de ser la película más heterodoxa de Joachim Trier –en la que juega al costumbrismo, al pop, a la actualidad sociológica, a las set pieces más del lado del videoclip prestigioso que de la tradición cinéfila–, “La peor persona del mundo” se eleva sobre cualquier capricho por la sola creación del personaje de Julie (Renate Reinsve), un ser humano en búsqueda de su lugar en la tierra. Pero quizá no sea ella la protagonista. No es el retrato de una Julie poco juiciosa ni la instantánea de alguien que nunca acaba de llegar a la madurez. Quizá sea el relato de cómo las ilusiones empañan el parabrisas de la vida y lo común que es esa nebulosa, esa borrachera del entendimiento. Ramón Ayala

16

Vortex

Gaspar Noé

El tiempo cinematográfico en “Vortex” plasma como pocas veces en el cine el deterioro inexorable de una pareja de ancianos – interpretados por el cineasta italiano Dario Argento en su primer gran papel como actor y la mítica Françoise Lebrun, la coprotagonista de “La maman et la putain” (1973), de Jean Eustache– que un momento antes todavía se mostraban en la plenitud de la vida. Gaspar Noé sumerge a sus protagonistas, también al hijo de la pareja, en un magma cotidiano de deterioro que los arrastra lenta pero inexorablemente hacia el agujero negro. Como reza otro dicho surrealista, el cine nos muestra la muerte trabajando. En “Vortex”, casi en directo. Eulàlia Iglesias

15

Un año, una noche

Isaki Lacuesta

¿Reconstruir el atentado del Bataclan? No, “Un año, una noche” indaga en el después y observa cómo los personajes flotan aferrándose a un intento de normalidad como medio de volver a encontrar un anclaje. Los tiempos se funden como un eco de duración impredecible. El tono se beneficia tanto de una naturalidad abierta como de una construcción minuciosa, intuitiva pero muy bien pensada, de imágenes y sonidos que logran concretar lo indescriptible, el recuerdo confuso, el trauma fijado, el deseo y la voluntad de recuperarlo, la necesidad de seguir adelante, la fragilidad del amor. Con unos actores soberbios y con Refree y Lee Ranaldo reconstruyendo de otra manera la música de esa noche. Ricardo Aldarondo

14

Mantícora

Carlos Vermut

“Mantícora”, un filme sobre la humanidad del monstruo y, también, sobre la monstruosidad del ser humano, supone un paso de gigante para Carlos Vermut. Esta obra incómoda y exigente constituye un compendio y, a la vez, una destilación de las propuestas contenidas en la escueta filmografía del autor de “Diamond Flash” (2011). Es una obra de madurez en la que Vermut parece haber prescindido de la pirueta narrativa y las referencias pop para centrarse en lo esencial: elaborar un sombrío estudio de personaje(s) que le permita adentrarse en los oscurísimos recovecos del deseo, en la historia de un hombre dominado por un deseo monstruoso, por un impulso abyecto. María Adell

13

PARÍS, Distrito 13

Jacques Audiard

Las formas de la otredad atraviesan el cine de Audiard, ya sea en melodramas imposibles como “De óxido y hueso” (2012) o en wésterns al borde de la modernidad como “Los hermanos Sisters” (2018). Pero que Audiard vaya por libre en “PARÍS, distrito 13” –más bien acompañado de otras voces– solo es motivo de dicha. Hay muchas constantes de su cine en esta vibrante película que explora la urbe diversa del siglo XXI y sus nuevas maneras de amar, pero también soluciones formales y narrativas nuevas y poderosas. Algunas rinden tributo a la obra de Adrian Tomine en que el filme se inspira; otras irrumpen con la fuerza de la Gen Z y su realidad irremediablemente mediatizada. Paula Arantzazu Ruiz

12

Elvis

Baz Luhrmann

Baz Luhrmann despliega el biopic “Elvis” con su habitual estilo arrollador y vertiginoso, que acoge el progresivo conflicto melodramático entre el Elvis que desearía seguir creciendo y el coronel Parker que lo encierra en esa jaula de oro llamada Las Vegas. Mientras que la histriónica interpretación de Tom Hanks produce por momentos un indeseado efecto de distanciamiento, Austin Butler se mete a la perfección en la piel, en la voz y en los gestos del rey del rock. Como experiencia culminante de la capacidad de Butler para mimetizarse en Elvis, esa interpretación final, estremecedora y definitiva de “Unchained Melody”. Eulàlia Iglesias

11

Blonde

Andrew Dominik

“Blonde” no es complaciente ni arbitraria. El Hollywood que describe es una auténtica mierda. Andrew Dominik reimagina un personaje célebre, un cuerpo sin infancia e inocencia, y, siendo muy duro y áspero, no cae nunca en los excesos y errores del biopic tradicional pese a que Marilyn Monroe sea el personaje real perfecto para esas biografías cinematográficas plagadas de lugares comunes y fotos en los créditos finales que nos confirman lo mucho que se parecen, gracias al maquillaje, vestuario y peluquería (y algo de talento interpretativo, claro), la persona evocada y quien la representa en pantalla. Una obra poliédrica que presenta a un mito en sus versiones más terrenales desde muchos y esquinados ángulos. Quim Casas

10

El acontecimiento

Audrey Diwan

“El acontecimiento”, de Audrey Diwan, ganó el León de Oro y el Premio FIPRESCI en el Festival de Venecia del año pasado con la historia sobre un embarazo no deseado. Alberga un dolor que traspasa lo físico. La atenta observación del cuerpo violentado y desnudo rompe con el pudor y el tabú. La historia se enriquece con innumerables matices que evidencian la devastadora soledad de la protagonista y que a su vez abren debates realmente interesantes, como el fin de la juventud, el menosprecio patriarcal sobre las muchachas sexualmente activas, la irresponsabilidad sentimental de los hombres o las clínicas antiaborto clandestinas. Alberto Richart

09

Benediction

Terence Davies

En “Benediction” estamos en un universo inmediatamente reconocible, bañado en una melancolía que duele, entre el rigor de un neoclasicismo bien entendido y las fugas experimentales con imágenes de archivo que integran el espanto de la Gran Guerra en los recuerdos del protagonista. La película no es, por supuesto, un biopic al uso ni tampoco se pliega a las habituales concesiones a la industria. Pero, si “Benediction” no es la mejor puerta de entrada para el universo Terence Davies, sí se trata de una cita ineludible para el resto de la cinefilia, quizá la última con un cineasta caro de ver: apenas diez largos en más de cuatro décadas de carrera. Es poco, y a la vez es muchísimo. Philipp Engel

08

Memoria

Apichatpong Weerasethakul

“Memoria” es otra indagación en las posibilidades de la imagen y el sonido en términos distintos a los de la narración audiovisual tradicional. El cineasta tailandés va un poco más allá de lo expuesto en filmes precedentes. No habla de la reencarnación y transmutación de las almas como anteriormente, sino que incorpora a su particular ideario espaciotemporal la transmutación de la memoria y, con ella, también, la de los sonidos. Mediante largas tomas sin apenas movimientos de cámara, se adentra en la selva y consigue que entremos en el personaje. Como David Lynch, el único director al que hoy en día puede parecerse, crea realidades imposibles que acaban siendo cercanas. Quim Casas

07

La isla de Bergman

Mia Hansen-Løve

“La película que estoy escribiendo es el último episodio de una historia de amor, una serie interminable de fracasos, traiciones y dramas”, le cuenta Chris (Vicky Krieps) a su marido Tony (Tim Roth) en una escena de “La isla de Bergman”. La directora reincide en su penúltima obra en algunas de las características de su filmografía –el componente autobiográfico; un sintético, elíptico, trabajo de montaje; un naturalismo lánguido–, pero añadiendo ese tropo recurrente entre los cineastas de la modernidad: la descripción de las dinámicas internas de una pareja –heterosexual en este caso– a través de su encierro en un espacio geográfico limitado, en particular una isla. María Adell

06

Delante de ti

Hong Sangsoo

Hong Sangsoo rueda las películas antes de tenerlas planificadas y siempre incide en las relaciones interpersonales de la sociedad coreana. En estas conversaciones entre sus protagonistas es donde reside la luz de su estilo a la hora de filmar. La aparente sencillez de sus historias se vuelve más compleja porque su cine pide atención. No solo que miremos y escuchemos, sino que nos dejemos embaucar por el ritmo formal que propone. En “Delante de ti” continúa fiel al minimalismo en la puesta de escena y el encuentro como espacio mágico de las relaciones humanas. Y en este filme quizá sea donde logre unos personajes más auténticos y desnudos. Inés Calero

05

Crímenes del futuro

David Cronenberg

En “Crímenes del futuro” encontramos conceptos, frases y actores –la presencia siempre poderosa de Viggo Mortensen– de la fase menos truculenta de David Cronenberg, pero puede verse como una galería de grandes momentos y una revisión puesta al día de las películas de su primera etapa (1975-1999). La transformación del cuerpo y la mutabilidad de los órganos es expuesta en la película a través de los shows performativos de Saul Tenser y su pareja-colaboradora Caprice. Shows que nos llevan a una reflexión sobre los límites del arte y del espectáculo, a preguntarnos hasta dónde estamos dispuestos a llegar para satisfacer nuestras ansias de adrenalina, de novedad y, sí, de morbo malsano. Aunque, si cambiamos de lado, podemos considerar que la pregunta se la puede hacer a él mismo como creador: ¿somos capaces de entregarnos al arte en cuerpo y alma? Carles Novellas

04

Licorice Pizza

Paul Thomas Anderson

Del claustrofóbico romance gótico de “El hilo invisible” (2017), Paul Thomas Anderson salta con “Licorice Pizza” a algo más luminoso, aireado y suelto. Es lo más parecido a una comedia ligera que haya rodado nunca, algo así como una versión más voluntariamente desgreñada del romance torpe de “Embriagado de amor” (2002); y más claramente optimista, en parte por la edad de los personajes centrales. De uno de ellos en concreto: el inocente quinceañero Gary Valentine (Cooper Hoffman), enamorado instantáneamente de Alana Kane (Alana Haim, de HAIM, de las que el director ha firmado nueve vídeos), una joven algunos años mayor que él. Entre orgullos tontos, malentendidos, celos y conducciones temerarias, el dúo se empeña en postergar su inevitable unión. Es una película con encanto indiscutible. Juan Manuel Freire

03

Alcarràs

Carla Simón

Si el primer largometraje de Carla Simón, “Estiu 1993” (2017), ilustraba la integración de una identidad herida en un núcleo familiar, tomando como base elementos autobiográficos, “Alcarràs” aborda de nuevo la cuestión de la pertenencia, pero tanto a la familia como a una tierra, la zona de melocotoneros de la población leridana que da título al filme. Carla Simón entona un réquiem por una manera de vivir que exhala su último suspiro, una suerte de wéstern crepuscular entre melocotones donde el progreso no lo simbolizan ya las vías del ferrocarril, sino un parque de placas solares que pueden dar a la gente el trabajo que mengua por distintos motivos en la región. Hay en la película belleza, emoción y verdad; también una reivindicación de la familia como bastión donde refugiarse de los envites de la vida, una trinchera de afectos y reproches que la película esculpe con una complejidad que marca la diferencia con respecto al pelotón de militantes del naturalismo extremo del cine español. Y una idea importante: la tierra, para quien la trabaja. Alumbrada bajo la influencia consciente o inconsciente de ciertos cineastas italianos rurales, “Alcarràs” se ha convertido en una de las películas españolas del año con su Oso de Oro en el festival de Berlín, la selección para poder entrar en la lista del Óscar a la mejor película extranjera y sus once nominaciones a los premios Goya. Xavi Serra

02

Pacifiction

Albert Serra

En una escena memorable de “Pacifiction”, Mr. De Roller, un alto comisionado del estado francés en Tahití (magnético Benoît Magimel), supervisa la creación de un espectáculo de danza que proyecta una imagen for export de la cultura polinesia. Emocionado por la recreación de una pelea de gallos –¿un guiño al críptico desfile de testosterona de “Cockfighter” (1974) de Monte Hellman?–, el funcionario ordena a los bailarines que se entreguen “¡sin contemplaciones… con más violencia, con más dureza!”. En este pasaje extático no resulta difícil ver a De Roller como un alter ego de Albert Serra, que en “Pacifiction” vuelve a explorar con audacia la frontera entre lo experimental y lo narrativo. Del lado de la vanguardia, el catalán perfecciona una forma de escritura fílmica lánguida y absorbente, basada en la gélida observación del proceder de sus actores, que dan lo mejor de sí cuando lucen exhaustos, recitando diálogos que hallan su sentido en los límites de la razón, en el absurdo de su inconcreción. Mientras, en una vertiente casi literaria, la película juguetea con los códigos del thriller de espionaje. Así, a medio camino entre los imaginarios de Graham Greene y R. W. Fassbinder –difícil no pensar en “Querelle” (1982)–, Serra compone una muy oportuna oda al crepúsculo decadente de una clase política perdida entre los infundados delirios de grandeza, la paranoia y la perpetuación de una masculinidad tóxica. Manu Yáñez Murillo

01

Drive My Car

Ryūsuke Hamaguchi

“Drive My Car” encabeza esta lista como un signo de combate. Una manifestación del extrañamiento que supone un objeto audiovisual que basa todo su potencial en el diálogo y gesto teatral. Que dedica muy pocos recursos al espectáculo, a lo insólito, a lo rebuscado, a plot twists y sorpresas. Una obra de capas simbólicas tenues. El filme de Ryūsuke Hamaguchi es un trabajo de línea clara, sereno, de una previsibilidad manifiesta, de pactos de lectura transparentes. Sentimientos, emociones y una cinefilia afrancesada. Con pocos asideros para el espectador. El ojo, el oído, deben aguantar en el plano quieto, en el trayecto previsto, en la conversación alambicada. Y esa es su fortaleza. La inocencia de ser un objeto de resistencia frente a un audiovisual en búsqueda desbocada de un grial nuevo a cada rato. La obra de un autárquico que es poco probable que deje de hacer películas con estos mimbres.

Su existencia es un refugio. Porque una película puede ser un hogar, un lugar conocido, cálido, donde sabemos de antemano los sabores que nos van a servir. Un espacio de abrigo donde, a día de hoy, lo iconoclasta es la duración, la tensión de minutaje en las secuencias, la planificación clara y sin trucos ni condescendencias hacia el espectador. “Drive My Car” significa un estandarte contra la atención dispersa, pero también se enfrenta a lo que algunos críticos vienen señalando: la narración del algoritmo. Probablemente esta cinta contenga todo lo que desaconsejan los algoritmos de las plataformas a los productores ejecutivos, pero no nos engañemos, los talleres de desarrollo de guion en ámbitos de autor también andan buscando trufas para el mejor postor. “Drive My Car” es una obra bella y anacrónica porque Hamaguchi se mira en Jacques Rivette como Antonio López en Velázquez. Y como obra ajena al flujo de la curva esclava del capitalismo creativo, está libre de las manchas del tiempo. Ramón Ayala

Ryūsuke Hamaguchi, el metraje y la palabra

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Para Ryūsuke Hamaguchi (Kawasaki, 1978), la mutabilidad del tiempo cinematográfico es tan innegociable como lo fue en la obra de Jacques Rivette. “Intimacies” (2012) empleó más de cuatro horas en documentar el proceso de creación de una obra teatral y filmar su escenificación. “Drive My Car” (2021) regresa al medio teatral para relatar, durante tres horas, las cuestiones colectivas –un montaje de “Tío Vania” en Hiroshima– y personales de un director de teatro que arrastra un drama personal. “Happy Hour” (2015) invierte más de cinco horas en relatar las relaciones entre cuatro amigas casadas, divorciadas o desaparecidas. En el linde de los 120 minutos se sitúan dos de sus filmes más estimulantes, “Asako I & II” (2018), un intento de subvertir el relato romántico a través de una relación doble, y “La ruleta de la fortuna y la fantasía” (2021), su única aproximación al filme de episodios en torno a decisiones y errores tomados por varios personajes femeninos, con mención especial para el segundo, el de la frustrada seducción de una exalumna a un profesor: Hamaguchi filma el sentido de la palabra, lo que se expresa con ella y la relación con el cuerpo que niega o suscribe la palabra dicha, como pocos lo han hecho a día de hoy. ∎

Fueron las mejores...

1991 El silencio de los corderos Jonathan Demme / 1992 Sin perdón Clint Eastwood / 1993 Los amantes del Pont-Neuf Leos Carax / 1994 El gran salto Joel Coen / 1995 Exótica Atom Egoyan / 1996 Secretos y mentiras Mike Leigh / Rompiendo las olas Lars von Trier / 1997 L.A. Confidential Curtis Hanson / 1998 Hana-Bi (Flores de fuego) Takeshi Kitano / 1999 La delgada línea roja Terrence Malick / 2000 Ghost Dog, el camino del samurái Jim Jarmusch / 2001 En construcción José Luis Guerin / 2002 Mulholland Drive David Lynch / 2003 Dogville Lars von Trier / 2004 ¡Olvídate de mí! Michel Gondry / 2005 Una historia de violencia David Cronenberg / Saraband Ingmar Bergman / 2006 Grizzly Man Werner Herzog / 2007 Last Days Gus Van Sant / 2008 Antes que el diablo sepa que has muerto Sidney Lumet / 2009 Malditos bastardos Quentin Tarantino / 2010 Toy Story 3 Lee Unkrich / 2011 El árbol de la vida Terrence Malick / 2012 Holy Motors Leos Carax / 2013 The Master Paul Thomas Anderson / 2014 Boyhood (Momentos de una vida) Richard Linklater / 2015 Mad Max. Furia en la carretera George Miller / 2016 Paterson Jim Jarmusch / Carol Todd Haynes / 2017 El otro lado de la esperanza Aki Kaurismäki / 2018 Cold War Paweł Pawlikowski / 2019 Retrato de una mujer en llamas Céline Sciamma / 2020 Martin Eden Pietro Marcello / 2021 Titane Julia Ducournau ∎

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