La vida de Brian.
La vida de Brian.

Informe

Navega, marinero: músicos españoles recuerdan a Brian Wilson

La pérdida de Brian Wilson deja un generalizado sentimiento de orfandad entre los amantes de la música. Y entre los músicos la sensación de vacío se agudiza, porque la obra del californiano ha sido determinante durante más de cinco decenios. Nos ponemos en contacto con una docena de creadores españoles de distintas generaciones y estilos para evaluar la profundidad de su influjo.

Con el fallecimiento la semana pasada de Brian Wilson (1942-2025), la música popular contemporánea, toda la música pop occidental de las siete últimas décadas, pierde a uno de sus creadores cardinales. Dueño de una inventiva sin parangón, el compositor y productor estadounidense, genial quizá a su pesar, injertó tejidos de compleja estructura en el organismo de la canción pop sin que la funcionalidad de esta se resintiera. Además, el mayor de los hermanos Wilson multiplicó exponencialmente las opciones creativas que, hasta su visionaria llegada, ofrecían los estudios de grabación. Por eso no debe extrañar que tanto tiempo después y tan lejos de Hawthorne, California, sea fácil encontrar a músicos que lo reconocen como inagotable modelo de inspiración.

Adolfo Díaz (en primer plano) y el surf en Estepona.
Adolfo Díaz (en primer plano) y el surf en Estepona.

Airbag

(Adolfo Díaz, cantante y guitarrista)

El trío malagueño Airbag, más que veterano a estas alturas y con una sólida discografía en su haber, es claro ejemplo del impacto que la música de The Beach Boys ha tenido lejos de la costa californiana a lo largo de las últimas décadas. La música de Adolfo Díaz, cantante y guitarrista del grupo, ha ido evolucionando desde el punk pop de sus inicios hacia el power pop y el indie rock, pero las enseñanzas de Brian Wilson siempre han estado presentes en su trabajo.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

Tendría unos 13 o 14 años cuando los Beach Boys empezaron a sonar en las radios comerciales a finales de los ochenta. Creo que sacaron un doble recopilatorio de greatest hits que llegó a los primeros puestos de las listas, no sé si por “Kokomo”, de la película “Cocktail” (Roger Donaldson, 1988), que tuvo mucho éxito, pero yo los escuchaba mucho en la radio. Además, coincidió con la época que empezó la fiebre del surf en Estepona y en todos sitios. Me iba con amigos surferos a la playa y uno de ellos llevaba un radiocasete gigante con los Beach Boys a tope. Me enamoré de ellos en esa época, luego los ponía mucho Juan de Pablos en ‘Flor de Pasión’, y ya empecé a comprarme todos sus discos. Siempre fueron uno de mis grupos favoritos, desde que los descubrí hasta ahora.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Los Beach Boys nos influenciaron muy fuertemente. Sus letras hablaban de un mundo muy parecido al que vivíamos nosotros como adolescentes en la costa, tan cerca de la playa y disfrutando de esos veranos eternos de adolescencia que apurábamos tan intensamente. Conectamos enseguida con sus letras y estética playera, y luego musicalmente son una inspiración increíble. Nos hicieron aprender un montón de cosas de composición: hacer armonías, falsetes, coros, estribillos…

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

El duelo The Beatles-The Beach Boys de los años sesenta debió ser increíble vivirlo en esa época. Me parece fascinante que esos dos grupos estuvieran compitiendo de esa manera en el mismo espacio-tiempo. Creo que esa competencia los hizo más grandes a los dos, esa retroalimentación forzando el talento y la innovación los llevó a hacer los mejores discos de la historia. “Pet Sounds” (1966) es la obra cumbre del pop americano.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Solo lo vi una vez, fue en 2005. No éramos muchos en el Poble Espanyol de Barcelona, pero recuerdo que la simple presencia de Brian Wilson y verlo caminar hacia el piano ya me emocionó más que cualquier otra cosa porque, aun sin haber empezado a sonar la música, sentía que allí delante estaba Dios.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Compré “Pet Sounds” porque en el catálogo por correo ponía “El mejor disco de la historia del pop”. Pero cuando me llegó no lo entendí. Yo era aún muy joven y el pop que yo controlaba por entonces era mucho más simple e inmediato. Así que, a primera escucha, me decepcionó. Pero luego con el tiempo se convirtió en disco de cabecera, un disco que aún sigo analizando y estudiando. Aunque te diría que, a día de hoy, mi favorito sigue siendo el “Today!” (1965) y también “All Summer Long” (1964). Canciones… es que son tantas y tan grandes… por decir una un poco más rebuscada diría “I Want To Pick You Up”, que está seguramente en mi top 5 de Brian Wilson y The Beach Boys. Pero “Surf’s Up” es una composición increíble, y “Good Vibrations” es una obra maestra de nuestro tiempo. Así podría decirte muchas más, el legado que deja es impresionante. ∎

Alondra Bentley, enamorada de la imaginación, la creatividad y la inteligencia de Brian.
Alondra Bentley, enamorada de la imaginación, la creatividad y la inteligencia de Brian.

Alondra Bentley

La cantautora anglo-murciana Alondra Bentley se dio a conocer hace más de quince años en un marco sonoro muy concreto, con una propuesta folk muy elaborada y de acento británico que, en posteriores entregas, la han confirmado como artista en permanente búsqueda, dispuesta a reimaginar una expresión que es propia y –sin duda: ¡qué voz la suya!– privilegiada. En esa disposición al rastreo, en esa indagación constante, también se adivina la huella de Brian Wilson.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

En mi casa cuando era niña lo que más sonaba era música de los sesenta, pero desgraciadamente nunca los Beach Boys, que eran considerados demasiado mainstream. Empecé a escuchar la música de Brian Wilson con detenimiento a los 18 años: recuerdo insistirle mucho a mi madre sobre lo increíble que me parecía el “Pet Sounds”, aunque nunca logré convencerla y me daba mucha rabia porque sentía que había hecho un gran descubrimiento.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Brian Wilson es una especie de utopía musical: la imaginación, la creatividad, la inteligencia, qué cabeza tan fascinante. Y qué increíble la persistencia en la búsqueda de aquello que imaginas, el camino entre la idea y su materialización. Qué claro lo tenía y cuánto estudió y trabajó para conseguir el resultado que quería.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Lo cambió todo. Elevó el pop con sus composiciones. Los acordes, las transiciones, las armonías, los cambios dentro de una misma canción son alucinantes. Cuando lo escuchas no eres del todo consciente hasta que intentas tocar o cantar sus canciones y ves que es otro nivel de escritura.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Lo vi en el FIB del 2004. Recuerdo una alegría y armonía que no había sentido antes entre el público en otros conciertos. Nunca olvidaré lo entrañable y genial que fue.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Mi canción favorita es “Surf’s Up” y como disco recomendaré “The SMiLE Sessions”: qué lujo poder escuchar todo ese material. ∎

Mikel Aguirre (izquierda), aferrado a las melodías eternas.
Mikel Aguirre (izquierda), aferrado a las melodías eternas.

Amateur

(Mikel Aguirre, cantante y guitarrista)

Mikel Aguirre, cantante y guitarrista del grupo donostiarra Amateur que también lo fue en La Buena Vida, no tiene muchas dudas de la importancia que la música de Brian Wilson ha tenido en su formación y desarrollo como artista. Quizá por eso recuerda con bastante claridad algunos momentos clave en su relación personal con el creador estadounidense.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

Creo que fue en una party que montó mi hermano mayor y sus colegas en casa de mis padres allá por el año 1987. Allí escuché por primera vez “Surfin’ Safari” y otras canciones de los Beach Boys en un LP que pinchaban sin parar. Aquel sonido, esas voces, el ritmo y las melodías tan increíbles que manejaban me volaron la cabeza: todo un descubrimiento para mis oídos.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Sin duda lo fue y sigue siéndolo. Esa manera de componer canciones, la polifonía de voces y sobre todo las magníficas melodías me sirvieron para ampliar mi manera de entender la música, completando el bagaje adquirido por la intensa escucha previa de The Beatles y The Rolling Stones.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Las supercanciones que compuso, el concepto de los álbumes, el sonido de la banda y los arreglos, que creo han marcado la música pop que se hizo desde que aparecieron en la escena californiana de principios de los sesenta.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

A Brian no tuve el honor de escucharlo en vivo, sin embargo sí pude ver al resto de Beach Boys (sin Dennis, ya fallecido) en directo en Evansville, Indiana, allá por 1989. Los telonearon otra gran banda americana de los setenta, Chicago. Fue un gran concierto repleto de hits.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Ya que todo el mundo señalará (lógicamente) “Pet Sounds”, voy a destacar otro disco al que le tengo un gran cariño: “Friends” de 1968. En el mismo hay una canción que me fascina. “Little Bird”, que aunque es una composición de Dennis Wilson, cuenta con el toque único de Brian cantando y en la producción y arreglos. So long, Brian!

Dandy Piranha (en el centro) también cae rendido a los Beach Boys.
Dandy Piranha (en el centro) también cae rendido a los Beach Boys.

Derby Motoreta’s Burrito Kachimba

(Dandy Piranha, cantante)

Dandy Piranha, el cantante del grupo sevillano Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, que recupera y actualiza en sus trabajos el legado del rock andaluz setentero, también aprendió de Brian Wilson, aunque a priori su música tenga poco que ver con la del maestro estadounidense.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

En mi adolescencia había muchas discotecas en mi casa y mi madre ponía música de todo tipo los findes, y entre muchos otros estaba el “Pet Sounds”.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Para mí fue la primera vez que empecé a tomar conciencia de lo que se podía hacer con armonías de voz. En este momento los Beatles también fueron fundamentales.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Brian Wilson fue un genio de la composición y un verdadero currante en el estudio, cosa que valoro mucho. Hace poco vi un vídeo de los King Gizzard And The Lizard Wizard cantando canciones de los Beach Boys en una entrevista: ¡lo recomiendo muchísimo!

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Estuvimos a punto de coincidir en un Azkena, pero no hubo suerte finalmente. Me hubiera encantado escucharlo en directo.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Tiro de clasicazo, pero “God Only Knows”, del “Pet Sounds”, es una obra maestra. ∎

Fino Oyonarte, devoto seguidor de la magia de Brian Wilson.
Fino Oyonarte, devoto seguidor de la magia de Brian Wilson.

Fino Oyonarte

Además de ser el bajista de Los Enemigos, Fino Oyonarte fue parte contratante en Clovis y Los Eterno, y es artífice de una obra a su nombre todavía en marcha que por ahora deja dos álbumes notables: “Sueños y tormentas” (2018) y “Arrecife” (2023). Entró relativamente tarde al universo Wilson, pero enseguida quedó atrapado por su excéntrico campo gravitatorio. Productor de algunos discos clave en la música española de los noventa como “Hipnosis” (1991) de Lagartija Nick y “Super 8” (1994) de Los Planetas, contribuyó a divulgar el trabajo de Brian Wilson en el estudio de grabación publicando un libro sobre la gestación de “Pet Sounds” en su propia editorial, Libros de Ruido, de catálogo breve aunque impecable.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

De chaval había escuchado a los Beach Boys ocasionalmente, sobre todo los primeros discos, pero no me llegaron demasiado, me parecían un poco “flojos” para lo que me gustaba en ese momento. Estaba más interesado en el rock de guitarras, rock urbano, punk, incluso otros géneros como el jazz. Había visto algún videoclip en televisión, pero me resultaba música comercial que trataba de chicas, coches y hacer surf y no me interesaba mucho. Fue ya bien pasados los treinta cuando realmente descubrí el potencial de Brian Wilson al frente de los Beach Boys al escuchar “Pet Sounds” detenidamente. Una obra de arte pop y uno de los discos más innovadores e influyentes de todos los tiempos. También tras leer “Bendita locura. La tormentosa epopeya de Brian Wilson y los Beach Boys” (Milenio, 2006), de José Ángel González Balsa, me quedé totalmente pillado y escuché todos sus discos. Más tarde leí “Wouldn’t It Be Nice. Brian Wilson And The Making Of The Beach Boys’ Pet Sounds”, de Charles L. Granata, y me encantó. Posteriormente lo publiqué en castellano en la editorial Libros de Ruido. A partir de ahí ha sido una fuente de inspiración constante y la influencia de sus melodías y forma de producir se ha colado en muchos de mis trabajos, principalmente en mis discos en solitario.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Para mí es una fuente a la que he recurrido tanto a la hora de componer como de producir y grabar canciones. He escuchado con atención algunas de sus grabaciones, instrumentación, melodías, y he aprendido mucho. Teniendo en cuenta los medios de los que Brian disponía a mediados de los sesenta, es algo sorprendente. Fue al primer músico que dejaron manejar una mesa de sonido cuando solo podían usarlas los ingenieros de sonido de los estudios de grabación. El talento que ya tenía, tan joven, a los 22 años, no solo para componer sino también para dirigir una grabación o transmitir los arreglos que tenía en la cabeza a los mejores músicos de sesión de Los Ángeles que había en esa época y que trabajaron con él –como los de The Wrecking Crew, músicos de la talla de Carol Kaye, Hal Blaine, Barney Kessel–, es algo que no había sucedido en la historia del pop hasta entonces.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Creo que entre otras cosas aportó nuevos conceptos en la producción artística. Usando diversas técnicas de estudio que aprendió de Phil Spector, como grabar múltiples capas, doblando los instrumentos y voces o combinándolos con el eco y la reverberación. Siendo pionero del uso del estudio como un instrumento más para hacer realidad la música que le rondaba por la cabeza. Tanto sus melodías, sus composiciones y producciones siguen teniendo eco a día de hoy, en grupos como por ejemplo los irresistibles y originales The Lemon Twigs, por nombrar alguno.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Sí, lo vi en una ocasión en el campo de fútbol de Collado Villalba en julio de 2005. Se le veía ya un poco delicado, pero fue conmovedor escucharlo en directo. Recuerdo que él estaba en el centro del escenario sentado junto a un piano eléctrico y dos pequeños monitores a los lados y rodeado de muy buenos músicos con los que ya había regrabado “SMiLE” (2004) el año anterior (creo que eran los Wondermints, un grupo retropop). Podías notar su fragilidad y recuerdo que en alguna ocasión me di la vuelta para no verlo y escuchar las canciones, dejarme llevar por la emoción del momento. Sabía que era una oportunidad única y no quería desaprovecharla. Fui a disfrutar. Me sorprendió escuchar su voz en directo, su textura y ese timbre que tanto había oído en discos. Era único.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Es difícil, pero inevitablemente me decanto por el álbum “Pet Sounds” y la canción “God Only Knows”, con esos coros finales que son una maravilla. Recomiendo escuchar la sesión de grabación en el estudio, donde la canción va progresando con las indicaciones de Brian a los músicos de sesión. Estas grabaciones están incluidas en la caja recopilatoria “The Beach Boys. The Pet Sounds Sessions. A 30th Anniversary Collection” (1996). Hay un coro que también me emociona especialmente y que se puede escuchar en el CD de las pistas vocales que pertenece a la sesión de grabación de “Don’t Talk (Put Your Head On My Shoulder)”. Es algo de otra dimensión. ∎

Jonston define la música de Beach Boys como sanadora.
Jonston define la música de Beach Boys como sanadora.

Jonston

A Jonston –alias artístico del madrileño José Ignacio Martorell– le gustaban los Beach Boys surferos del principio y le costó entrar en el juego de una obra indiscutida como “Pet Sounds”, pero lo consiguió y, desde entonces, es uno de esos álbumes a los que regresa en modo peregrinación. A discos suyos como “Taller de memoria” (2010) o “Veo visones” (2012) también da gusto volver de cuando en cuando

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

Me compré “Pet Sounds” muy jovencito, esperando que tuviese canciones tipo “I Get Around” y me llevé una gran decepción. Me pareció un coñazo, vamos. Unos años más tarde estaba en medio de una época digamos un poco depresiva y supuse que era un buen momento para escucharlo y deprimirme aún más. ¡Pero todo lo contrario! Era sanador, como una medicina. Desde entonces no pasa un año sin que lo escuche, es lo más cerca que puedo estar de ir a misa.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Musicalmente no fue un modelo a seguir porque para mí es algo inalcanzable, no sé cantar ni tocar bien nada. Me gustaría llegar a hacer melodías así, pero también me gustaría que me tocase la lotería. Por otro lado, las pintas y el hecho de que Brian no fuese superdelgado y de que Mike estuviese medio calvo me los hacían parecer más cercanos.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Las camisas de rayas.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Sí, en un festival al norte de Madrid, no logro recordar el nombre ni fecha. Me hizo mucha ilusión verlo, estaba ahí leyendo el teleprónter al teclado, muy entrañable.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Recomiendo el disco “Love You” (1977), es de finales de los setenta y bastante curioso. Brian Wilson decía que era uno de sus preferidos. Como canción es difícil quedarse con una, pero diré “I Just Wasn’t Made For These Times”. ∎

Pau Roca (segundo por la derecha, de pie): buenas vibraciones.
Pau Roca (segundo por la derecha, de pie): buenas vibraciones.

La Habitación Roja

(Pau Roca, guitarrista)

Con treinta años de actividad ininterrumpida a sus espaldas, el grupo valenciano La Habitación Roja es un clásico de nuestra escena independiente que ha trascendido entre sus fieles fans sin artificio alguno, de forma directa y sincera, trabajando sin descanso en una discografía que entre álbumes –“Crear” (2024) es el más reciente– y otros formatos supera la veintena de referencias. Su guitarrista, Pau Roca, es un músico de gusto abierto y sincrético al que por supuesto la obra de Brian Wilson no le es ajena.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

No podría recordar el momento en concreto. He tenido la suerte de nacer en un hogar muy musical y siempre había música sonando, en especial de los Kinks, Beatles, Pink Floyd y, por supuesto, los Beach Boys. Estuvieron siempre presentes, así que es uno de esos grupos que das por hecho. Me metí más de pleno en ellos a mediados de la veintena. Es de esos grupos que se ven de manera distinta cuando tocas un instrumento y haces música.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

No diría un modelo. Cuando lo que destaca de un grupo o compositor son características tan personales, es difícil tenerlo de modelo sin que la cosa se torne en demasiado obvia. Lo que sí creo que es evidente es que, en la música pop en general, el uso de ciertas armonías y arreglos con instrumentos no tan comunes hacen que le debamos todos mucho a Brian Wilson.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Un tipo de armonías y sucesiones de acordes nada vinculadas al pop por complicadas y casi barrocas que él, de manera magistral, conseguía integrar en la música popular de forma muy orgánica. “Good Vibrations” es una canción que se escucha de manera liviana y que te remite al verano y a la playa y, sin embargo, es una canción bastante complicada para ser una canción pop. Eso de incorporar arreglos con instrumentos clásicos o de percusión que enriquecen mucho las canciones y que hasta él no eran tan comunes. Por no hablar de su manera de hacer coros.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Los vi dos veces. La primera en el paseo de la Alameda de Valencia. Recuerdo que empezó con un poco la sensación de grupo tributo porque salieron y tocaron “Then I Kiss Her”, que a pesar de que sí grabaron, no es suya, y “California Dreaming”, y en ninguna de las dos cantó –ni hizo coros– Brian Wilson, que deambulaba por el escenario como si no fuera la cosa con él. Cuando ya me había resignado a disfrutar de lo que hubiera cantó “God Only Knows” y todo mereció la pena. Luego lo vi en un FIB y recuerdo el detalle gracioso de que, mientras le pinchaba una cámara y era proyectado en las pantallas del festival, miró el reloj en plan “¿cuánto queda?”. Fue un concierto muy correcto con todo lo que ese término implica. Por supuesto, hubo momentos preciosos y geniales.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Pecaré de típico –pero los clásicos lo son por algo– y diré que “Pet Sounds y “God Only Knows”, porque es una de las mejores canciones de la historia. Así, saliéndome de los clásicos, te diría que “Holland” (1973) es un disco muy bonito, y de canciones menos conocidas te diría “Only With You”, de este mismo disco. ∎

Isabel Fernández (a la derecha) sonríe con Beach Boys.
Isabel Fernández (a la derecha) sonríe con Beach Boys.

Magia Bruta

(Isabel Fernández, cantante y multinstrumentista)

No exageramos al afirmar que Brian Wilson es, con toda probabilidad, el músico que más profundamente ha marcado a Isabel Fernández. La cantante, compositora, multinstrumentista y productora bilbaína –que ha formado parte de grupos como Electrobikinis, Charades y Magia Bruta, además de publicar por cuenta propia como Aries– no tiene reparo en admitir que su admiración y cariño va mucho más allá de lo estrictamente musical, y en sus palabras se intuye que sin la música de Wilson su vida habría sido distinta, probablemente peor.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

Descubrí a los Beach Boys siendo una niña, a través de un recopilatorio de grandes éxitos en casete. Lo anunciaban en la radio y se lo pedí a mis padres. Contenía todos los hits de su primera época: “Fun, Fun, Fun”, “Surfin’ Safari”, etc… y “Good Vibrations”. Recuerdo bailarlo y escucharlo junto a mi hermana pequeña. Estábamos superintrigadas con las voces y el falsete de Brian; no sabíamos si cantaba un chico o una chica. Era una voz de otro mundo. Desde entonces, los Beach Boys me han acompañado en mi periplo vital. De adolescente entré en “Pet Sounds” y a partir de ahí pasé a “SMiLE” y los siguientes discos. “SMiLE” es mi disco favorito de toda la historia.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Sí, claro. Sus melodías, sobre esas progresiones de acordes, me conmueven de verdad, me emocionan sensorial, intelectual y emocionalmente. Es una música sublime en la que me refugio. Cada vez que he sentido soledad o desasosiego en este mundo, me pongo los Beach Boys en los cascos y todo mejora. También cuando me he sentido feliz y radiante he vibrado con sus canciones. Su pop es espiritual, va infinitamente más allá de “melodías pegadizas”. Asimismo, es pop creativo, divertido y nada engolado o afectado. Ese es el pop que me interesa.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

En primer lugar, las creaciones musicales: hablamos de obras maestras que han tocado el corazón de personas de todo el mundo, de diferentes backgrounds y lugares. Canciones que en su aparente sencillez son profundas, sofisticadas y con un poder de comunicación gigante. Es el poder de la música hecho realidad. En segundo lugar, la actitud lúdica y de experimentación que Brian tenía tanto componiendo como en el estudio. Él utilizaba el estudio de grabación como un instrumento en sí mismo; fue pionero y precursor de técnicas y recursos que se siguen utilizando hoy en día y han influido en multitud de géneros musicales. Y en tercer lugar, la actitud de Brian, que siempre ha sido superhumilde, cercana y amorosa. Brian Wilson es sobre todo fan: fan de sus canciones favoritas, fan de los Beatles, fan del muro de sonido… es un fan. Cero egomanía o pose torturada cuando pocas personas han estado más torturadas que él. ¡¡Podría seguir hablando de sus aportaciones hasta el infinito, en realidad!!

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Sí, lo he visto varias veces. En todas sentí tremenda ternura hacia Brian. No estoy segura de que él quisiera estar ahí de gira, pero al mismo tiempo pienso que le alegraba mucho ver que el público lo amaba y que su música atravesaba a varias generaciones.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Mi disco favorito es “SMiLE”, pero recomiendo “Friends” porque es alucinante y más desconocido. Mi canción favorita es “Surf’s Up”, es la cumbre absoluta de Brian (junto al genio de Van Dyke Parks). ∎

Paco Loco: los coros, sí, pero sobre todo la base rítmica.
Paco Loco: los coros, sí, pero sobre todo la base rítmica.

Paco Loco

A Paco Loco (Francisco Martínez de nombre) se le conoce más por su faceta de productor omnipresente que de músico, aunque cabe recordar que ha tocado en grupos como Los Locos, Australian Blonde o, más recientemente, en Los Jaguares de La Bahía. El gijonés, como era de esperar, reconoce abiertamente lo mucho que se puede aprender de Brian Wilson cuando trabajas en un estudio de grabación.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

Lo conocí hace muchos años, probablemente porque mi hermano hacía surf y los escuchaba, como por el año 1975 o así.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Su manera de componer y producir son un ejemplo para cualquiera que se decida al pop. Más allá de los coros, que es evidente, hay para mí otras cosas más interesantes como la utilización de la base rítmica. Todos hemos copiado las canciones de Brian Wilson, hasta The Beatles y The Kinks.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Bueno, creo que he contestado en la respuesta anterior.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? Si es que sí, ¿qué recuerdas del concierto?

Lo vi hace muchos años en Asturias, en una actuación con Jerry Lee Lewis. La verdad, me gustó, pero me impresionó más Jerry Lee... lré a ver a los Beach Boys este verano en Jerez, que tocan.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

En esto voy a ser muy original, algo que nadie dirá: disco, “Pet Sounds”, y canción, sin duda, “God Only Knows”. ∎

Remate: enganchado desde la preadolescencia.
Remate: enganchado desde la preadolescencia.

Remate

Los lectores habituales de Rockdelux conocen más que de sobra a Remate, alias artístico de Fernando Martínez de la Serna. No solo por su inclasificable obra musical, también por la columna que publica periódicamente en nuestra sección Firma Invitada. En estas líneas, explica la importancia que la figura de Brian Wilson ha tenido en su desarrollo artístico.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

A los 11 años vi esa película de Michael J. Fox titulada “Teen Wolf” (Rod Daniel, 1985). En una escena suena “Surfin’ U.S.A.”. Esa fue casi seguro la primera vez que escuche a los Beach Boys. Creo que me encantó.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Mucho después, se convirtió sin duda en un modelo porque era exactamente el camino que yo podría seguir. Era posible. Venía de la música clásica pero entonces yo, mucho más abruptamente que ahora, quería romper con eso pero no tirar por un pop demasiado simple. Y Brian Wilson (y después llegué a Van Dyke Parks, de quien soy realmente más ultrafan) era eso lleno de magia y más allá.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

De su vida y obra (es lo mismo) destacaría su capacidad de generar un mundo en sí mismo en sus canciones. Se dice muchas veces pero realmente casi nunca es algo de ese calibre. En las canciones suyas, en toda su música, te quedarías a vivir eternamente. Y también su atemporalidad. Siempre va a sonar moderno, especial, mágico. No hay un pasaje en todas sus canciones que no contenga algo emocionante. Y una tercera cuestión: su música suena a agua. Todos los sonidos del agua posibles.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión?

Nunca lo pude ver en directo y creo que no me importa demasiado.

¿Nos recomiendas un disco o una canción?

Podría salirme humo de la cabeza hasta que diera con la canción que más me gusta, pero en “Good Vibrations” está TODO: la dinámica de una orquesta llevada al pop, con esos silencios latentes y las paradas y los contrapuntos, musicales y narrativos. Los metales. Los bajos y contrabajos (no hay mejores bajos en la historia). Las melodías y sus armonías. Infinito. Disco: “Pet Sounds”. ∎

A Guillermo Farré le pone la piel de gallina “Break Away”.
A Guillermo Farré le pone la piel de gallina “Break Away”.

Wild Honey

El madrileño Guillermo Farré pasó por grupos punk de espíritu eternamente joven como Spanky Darth Vaders o de pop dulcemente elaborado como Mittens antes de convertirse en el hombre orquesta de Wild Honey: explícita devoción hacia Brian Wilson, la suya; basta con escuchar el trabajo en solitario que viene realizando con su alter ego musical desde hace más de quince años para confirmar que no es un devoto recién bautizado, y que se ha sumergido en profundidad en la obra del californiano.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

Recuerdo dos momentos clave. El primero fue a finales de los ochenta, con los Beach Boys ya convertidos en un grupo popular y omnipresente, a través de una cinta de grandes éxitos que tenía mi prima. Pero el verdadero flechazo llegó en mi adolescencia. Yo estaba muy metido en el punk y el salto de los Ramones a los primeros Beach Boys era muy evidente. Pero fue descubrir “Pet Sounds” o discos de la misma época como “Forever Changes” (1967), de Love, los que me llevaron a las canciones más introspectivas de Brian Wilson y a un nuevo universo.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿Cómo lo explicarías?

Durante muchos años su etapa más introspectiva pos “Pet Sounds”, discos como “Friends” (1968) o “Wild Honey” (1967), me marcaron profundamente. Todo tenía un aire de tesoro escondido, de mitología extraña que la cultura popular había ignorado. Canciones que te hacían sentir parte de algo mágico: el misterio alrededor de “SMiLE”, la figura esquiva de Wilson, las canciones que aparecían en un formato diferente en recopilaciones pirata... Esa mezcla de pop psicodélico, espiritualidad californiana y armonías extrañas me influyó muchísimo. Mi proyecto musical lo bauticé Wild Honey en lo álgido de ese enamoramiento del sonido Brian Wilson.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

Por un lado, la creación de ese sonido tan específico del surf vocal, que aunque venía de muchas fuentes, Brian Wilson y los Beach Boys supieron condensar y definir como nadie. Construyeron un sonido que representaba no solo una época sino una geografía concreta, algo increíble. Y por otro, su voluntad constante de ir más allá. De transformar ese sonido mágico inicial en algo mucho más ambicioso, emocional y complejo. Fue capaz de reinventar géneros enteros, de cambiar el canon pop a base de sensibilidad, innovación y riesgo.

Pudiste verlo en directo en alguna ocasión? ¿Qué recuerdas del concierto?

Sí, lo vi en 2005, en el festival de jazz de Collado Villalba, con los Wondermints como banda. Fue una experiencia curiosa. Más que el concierto en sí, que fue correcto (Brian estaba muy frágil), recuerdo la emoción de compartir ese momento con amigos como si fuera una celebración alrededor de su figura.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

Mi disco favorito es “Friends”. Es un álbum calmado, de producción contenida, muy coherente y con una atmósfera única. Me lleva directamente a esa sensación de haber descubierto un tesoro escondido cuando entré en la madriguera de conejo que es la época pos “Pet Sounds” de los Beach Boys. Y en cuanto a mi canción favorita, más allá de los clásicos como “Surf’s Up”, que me parece una cima absoluta, hay una joya que me emociona especialmente: “Break Away”. Tiene una armonía y un ritmo que todavía me ponen la piel de gallina. Aparece en “Sunflower” (1970) y pertenece a esa época en la que cualquier tema podría haber sido un número uno en manos de cualquier otro grupo. ∎

Elena Nieto compara a los Beach Boys con el “Cumpleaños feliz”.
Elena Nieto compara a los Beach Boys con el “Cumpleaños feliz”.

Yawners

En la música de Elena Nieto, comandante de Yawners, domina el ascendiente del punk pop e indie rock estadounidense de los noventa, pero con el tiempo esta salmantina de 32 años ha ido añadiendo capas de significado y complejidad a la misma, en un proceso de maduración que ella no se aventura a confirmar como deudor de Brian Wilson, aunque reconoce que su presencia, quizá inadvertida o tácita durante el procedimiento creativo, es una constante en el desarrollo de la cultura pop desde los años sesenta.

¿Cómo conociste la música de Brian Wilson y qué supuso ese descubrimiento para ti?

No tengo un recuerdo claro de descubrir los grandes hits de The Beach Boys, porque son tan intrínsecos a la existencia que es como si siempre hubiesen estado ahí, como el “Cumpleaños feliz”.

¿Fue un modelo para ti en algún sentido? ¿De qué manera lo explicarías?

Es bastante evidente que se ve reflejado en muchas cosas que escuchamos y hacemos hoy en día. Para mí directamente no sabría decirte, pero indirectamente, seguro. El otro día justo lo pensé viendo a Parcels en el Primavera Sound.

De toda su aportación a la cultura pop, ¿qué te gustaría destacar?

El uso de las armonías de voz, superbonito.

¿Pudiste verlo en directo en alguna ocasión?

Por desgracia, no, pero me hubiera encantado.

¿Nos recomiendas un disco y una canción?

No puedo decir otra que “Wouldn’t It Be Nice”, un superhimno, del “Pet Sounds”. ∎

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