
Dentro de la serie UFO del festival Dekmantel, Wata Igarashi presenta su EP “Kaleidoscopic”. Su techno respira y se mueve como un organismo vivo: arpegios, líneas ácidas y capas entrelazadas construyen una experiencia hipnótica que envuelve cuerpo y mente con texturas líquidas. Como un caleidoscopio, cada tema gira sobre sus patrones creando nuevas combinaciones de luz, ritmo y color. Igarashi se confirma así como maestro de un techno elegante, detallista y experimental, mágico pero a la vez milimetrado. Laia Marsal

Con “Question Mark”, Batu inaugura Lethal Press, el nuevo subsello de Oath en Estambul, y por primera vez en siete años pone su sonido en manos de un sello externo. Tras más de una década en la que el británico Omar McCutcheon ha explorado la precisión, la fluidez y la libertad estructural, aquí entrega un techno más físico y visceral, tridimensional, de menos capas y más textura. Un sonido casi posorgánico que convierte la pista en un territorio vivo y en continuo movimiento. Laia Marsal

Y de golpe, como de la nada, treinta minutos de magia del genio inglés. Cuatro temas nuevos creados para una fiesta efímera en Tokio para celebrar los 11 años del sello de Barcelona Modern Obscure Music (con Pedro Vian al frente). Quizá pueda parecer un disco menor por tratarse de un encargo; pero no, nada de lo que publica Actress puede definirse con esa palabra. “Tranzkript 1” es una maravilla de techno ambient lento, pianístico y extrañamente hechizante; música increíble que confirma, una vez más, que Darren J. Cunningham opera en otra dimensión. Carles Novellas

“Dos Moons” suena como un manifiesto anti-pop en plena ebullición. El trío tokiota condensa en menos de veinte minutos una avalancha de ideas que va del math rock de black midi al frenesí digital de 100 gecs, sin perder su ADN de rap japonés vanguardista. “Gilda” y “Oz” apuestan por la furia y el jazz desordenado, mientras “Pearl” y “Lee Merlin” se hunden en ritmos de club y mucho glitch. Un collage de géneros en el que no sabes lo que va a pasar (ni siquiera lo que está pasando). Marta España

El siseo crepitante de la mítica y cochambrosa caja de ritmos Casio RZ-1 de REZZETT se funde con el tumulto analógico del arsenal de máquinas que Beau Wanzer amontona en su estudio de Chicago para lacerar las vetas más sucias, corrosivas y analépticas del techno mutante en Borez. Wanzer funciona como un agente del caos en las dinámicas del ritmo de REZZETT, y es gracias a ese cuerpo extraño que el dúo de Londres logra empujar su sonido destartalado, siempre al límite, todavía más lejos. Si Wanzer es un patógeno incontrolable y REZZETT son el organismo huésped, estos cinco temas supuran garage infeccioso, funk distorsionado y ritmos oxidados. Como un sistema nervioso al borde del colapso. Juan Monge

¿Vuelve el emo? Escuchen el EP debut de la banda de Texas my point of you y juzguen. Viendo sus fotos, la mayoría de ellos ni deberían haber nacido cuando Texas Is The Reason, The Promise Ring o los primeros The Get Up Kids editaban algunos de sus mejores discos, pero por ahí van los tiros. La voz dulce pero con identidad de Frida Valenzuela marca el tono de estas cuatro canciones, como la inicial “eviscerate”, pero cuidado, temas como “where are the birds” muestran que la banda tiene más veneno del que puede parecer de salida. Richard Royuela

EP de debut de un trío londinense que redefine un género poco agradecido para innovar: el screamo. Detalles contradictorios (lo-fi más distorsión versus arranques de sinte prístino, remansos de guitarra acústica versus percusiones destempladas), inesperados toques melódicos, apuntes de (creo) cuerdas… Me quedo con esa minisinfonía post-hardcore de cuatro minutos llamada “Whatever Happened To Gary Cooper” y su desgarrador arranque: “Algo horrible ha secuestrado mi cerebro y reducido mis posibilidades vitales”. Luis Miguel Flores

La irlandesa sigue la senda de pop analógico, onírico y espectral de su estupendo primer disco en solitario con un magnífico siete pulgadas que supone su debut en Modern Love (preciosa pegata iridiscente incluida): dos canciones que reflejan el amor de Howley por las grandes melodías clásicas, transfiguradas a la manera de una Nite Jewell o una Molly Nilsson, y que disuelven el hastío y el anhelo en una nebulosa de sintetizadores lo-fi, cajas de ritmo embrujadas, brumas ambient pop y ecos radiofónicos. Diego Rubio

El inicio de “I Love My Wife” sugiere un acercamiento a un hardcore melódico del tipo Touché Amoré, pero a medida que avanza el segundo EP de los estadounidenses Touchdown Jesus la sofisticación se fusiona con los sonidos distorsionados. Lo suyo es math rock quirúrgico y accesible, con guiños a black midi y Shellac. Asombra el despliegue del batería, Ethan Kimberly, y la capacidad del cuarteto para desarrollar una pieza como “New Swang”, un ecléctico viaje que incita a una pronta continuación. Carlos Marlasca

No, no se trata de la cinta desempolvada de un grupo olvidado que teloneó a Portraits Of Past en 1995, pero casi. Aquí, el ultraprolífico mexicano-estadounidense Damián Antón Ojeda, factoría humana de proyectos musicales ambient-drone, black metal, powerviolence… ¡por solo hablar de este año!, combina la melancólica ternura guitarril del midwest emo con tempestuosos asaltos tirando al screamo. Dinámicas de belleza-violencia perfectamente ejecutadas a lo largo de seis temazos tajantes, con una producción tan cruda como nostálgica. Xavier Gaillard

El nuevo disco de ILLIT convierte el k-pop en un festín de french disco con alma de future funk japonés. Su single principal, “Billyeoon Goyangi (Do The Dance)”, cantado en coreano, inglés y francés, y construido sobre un sample del anime “The Five Star Stories”, es puro exceso retrofuturista que da pie a un EP de bubblegum pop y 8-bit. Entre el vacío dejado por NewJeans y el auge del pop hipervitaminado, tienen todo lo que hace falta para que les vaya bien en la industria surcoreana. Marta España

Los mancunianos Maruja se dieron a conocer con una trilogía de EPs de los que “Tír na nÓg” –inspirado en un edén juvenil, dentro de la mitología celta– se ha revelado, por su plasticidad experimental e improvisación, como explosiva musicalización de un espacio con el tiempo en suspenso. El saxo, sumo protagonista, deja la voz humana en segundo plano, diluida en un sonido que remite a una apisonadora detenida ante una flor. Los caminos del post-punk son escrutables y poéticos aquí. Isabel Guerrero

Una distintiva línea de bajo sadcore inicia el tour de force que supone este EP final para Porridge Radio, publicado en febrero de 2025 tan solo cuatro meses después de que lo hiciera el cuarto y último álbum del grupo de Dana Margolin, “Clouds In The Sky They Will Always Be There For Me” (2024). Se trata de cuatro temas registrados por la banda de Brighton en aquellas mismas sesiones, descartados por razones no explicitadas del todo y en absoluto inferiores en calidad. So long! José Manuel Caturla

“MAD!” (2025) fue un disco que se hizo rápido, en seis meses, aprovechando el chute de cariño recibido noche tras noche en la gira de “The Girl Is Crying In Her Latte” (2023). Responden a la excelente recepción del último álbum con el que es ni más ni menos que el primer EP de su carrera. No, no es colección de descartes de las sesiones de “MAD!”, sino una nueva grabación. Vamos a perdonarles esa portada tan fea porque el interior es brillante. Sobre todo la canción estrella del lote, “Porcupine”. Juan Manuel Freire
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Los loops del saxofonista experimental Ben Vince se integran por primera vez en el ecosistema colaborativo del trío formado por Joe Andrews y Tom Halstead (Raime) y la percusionista Valentina Magaletti en un EP que ahonda en las aristas más crudas de “You Never End” (2024), y que también cuenta con el spoken word de Sophia Al-Maria. Al mismo tiempo que refuerzan su mitad electrónica, y que se abren a algo parecido al ambient, siguen canalizando una demoledora energía post-rock y ahora despliegan también inquietudes math y jazz. Diego Rubio

A lo largo de diez años, Adele Altro ha ido labrando su particular hueco en la escena indie italiana. Finalmente abraza su lengua natal en gran parte de este EP, donde ratifica su destreza en lo referente a la composición, la introspección lírica, la gestión emotiva de la voz y los arreglos instrumentales, supeditando siempre todo a la primacía de la canción. Ningún paso en falso: cuatro pistas de imbatible rotundidad melódica, con alguna que otra idiosincrasia (un sorprendentemente orgánico tema en japonés). Xavier Gaillard

El tempo disparado y la lujuria nocturna de “Club Shy” (2024) dieron pista libre al descaro natural de Shygirl y esta secuela le suelta aún más la lengua. Esta sala contigua en el sótano de la discoteca retumba con los graves hip hop de “Je m’appelle” y “Flex” (con BAMBII), la mezcla de Jersey club y R&B de “Wifey Riddim” (con Jorja Smith y SadBoi) y el dembow de la irresistible “True Religion”, donde Shygirl, Isabella Lovestory y PinkPantheress fantasean con abrirse un OnlyFans para pagarse los modelazos. Hay fronteo, roneo, sudor, cristal y barras sobradísimas, como las de “Immaculate” (con Saweetie): “Well spoken, that is some vernacular / Suck a nigga dry, better call this pussy Dracula”. Juan Monge

Oscila entre el house-pop y las texturas digitales del universo “brat”. Sería la Charli XCX coreana si no fuera porque muchas de las ideas que hoy asociamos a la británica nacieron en Japón, en plena fiebre future-pop. Yves devuelve el gesto: confirma que la relación entre Oriente y Occidente no es de copia, sino de ida y vuelta. En su nuevo EP, la artista continúa borrando la línea entre lo orgánico y lo sintético: combinando glitch-pop, 808s, alt-dance y melodías casi hyperpop con un deje de R&B noventero. Marta España
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Fue terminar la gira de “My Method Actor” (2024) y juntarse de nuevo con su colaborador habitual, Wilma Archer. “Kneel”, “Where To Look”, “Cold Heart” y “Treason” amplían aún más el rango estético y emocional de la londinense, una de las voces más distintivas del Reino Unido por su mezcla con absoluta naturalidad de indie rock, soul y jazz. Cuatro temas en los que muestra su parte más opaca. Pop etéreo, una atmósfera más nebulosa e introspectiva a base de voces susurrantes sobre texturas intensas y envolventes. Cesc Guimerà

Como las tres canciones que siguen a la emblemática “Heroes/Helden”, Blixa Bargeld se enfrenta desnudo a la música de Bowie: solo su voz y el piano y acompañamiento vocal de Nikko Weidemann –colaborador de Einstürzende Neubauten y supervisor musical de la serie “Babylon Berlin”– para reinventar un temario ajeno con toques de cabaret, blues, pop y crooner. La portada en blanco y negro del disco, con foto en primer plano de Bargeld, retrotrae a su manera a la cubierta del álbum de Bowie. Quim Casas
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Quien quiera una foto fija de Brian Piñeyro lo tiene difícil; su sonido difuminado y misterioso se aleja de la pista de baile estrangulando el pitch. Su tímida voz, novedad, guía “Marry Me Maia” y “Coquine” a aguas de un shoegaze downtempo. Tantea en “Dai Buki” un hip hop en duermevela con el rapero Jawnino, y “Besos robados” retoma la conexión con nuestra pelvis, con Isabella Lovestory haciendo subir el mercurio. La bruma y la saudade urbana son densas pero dejan pasar la luz. Cautivador. Pepe Nave

“X-sex” confirma la fase más minimalista y provocadora de la cantante argentina: un cruce entre el “Papi chulo” de Lorna, las barras excéntricas de nuestra Bb trickz y el dance-pop de la diva Kylie Minogue (a quien samplea en “Bitches Like Me”). Entre neoperreo, eurodance y autoparodia, Six Sex reduce su sonido al beat más simple y divertido: un EP extremadamente horny con la lírica sexual descarada de la década pasada, situándose en una frontera líquida entre la rave y el reguetón. Marta España

Rønnenfelt canta –entre guitarras hipnóticas y ligeramente experimentales marca Dean Blunt– sobre pérdidas y amores desesperados con una voz que se mueve entre Robert Smith y Lou Reed y que coquetea con la actitud slacker de unos Pavement. Y la producción expansiva de Vegyn le da al conjunto una sonoridad personalísima que se mantiene decididamente lo-fi incluso en los momentos más opulentos, cercando a veces el hip hop. También hay salidas y concesiones, pero todas siguen el mismo esquema modal. Diego Rubio
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Este disco eminentemente acústico reserva para su cara A la pieza que le da título, la más rockera. Trata sobre temáticas recurrentes de la artista como la soledad, la resiliencia y la aceptación de uno mismo. Escrito por el nieto de Faithfull, Oscar Dunbar, le sigue “Love Is”, un corte aún más enérgico. El otro lado del EP, si es que se ha optado por el vinilo, una belleza absoluta para coleccionistas, contiene dos piezas de folk pertenecientes a la mejor tradición británica acerca de la fugacidad del amor y de la vida misma. José Manuel Caturla
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Ambas piezas suponen un cambio respecto a las composiciones más recientes de Burial optando por un dubstep atmosférico prácticamente exento de guiños de club. Si hubiese que buscar algún referente serían, respectivamente, los Orbital más contemplativos y el Aphex Twin de los “Selected Ambient Works”. Solo que Burial suena contemporáneo a rabiar ensamblando melodías de bases sintetizadas abrasadoras, ritmos lejanos y sutiles, efectos y frases sampleadas como pensamientos en voz alta, mucho glitch, discontinuidades espaciosas y otras fracturas sonoras sobre marcos superpuestos, oscilantes, engarzados al sentido abstracto y cinematográfico que recorren sus 23 gozosos minutos en total.
“Comafields / Imaginary Festival” tiene más de comatoso que de festivalero, de evocación introspectiva –es inevitable escuchar al Vangelis más etéreo– que de malevolencia suburbana. Críptico, como siempre, pero más accesible que nunca, parece que las bandas sonoras proyectan una luz irresistible para algunos proyectos de rock y de electrónica, como es el caso de Burial, que sucumbe para bien a este tipo de influjo sin perder un ápice de misterio, inventiva o energía. Comprendemos que llamen a esto “dubstep emocional”, incluso “dubstep pop”. A Will Bevan le traerá sin cuidado, experto en casar elementos antagónicos, que es como soñamos, despiertos o no, la realidad misma. Sin olvidarnos de que esto es música, eso sí, enigmática y pasional, flotando como inconclusa en el aire, con las consonancias abiertas, sin traza de agotamiento, atrapada en el tiempo, poblada de seres anónimos y afectos sonoros que se evaporan sin rastro del interlocutor. José Manuel Caturla
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2005 Antony And The Johnsons You Are My Sister / 2006 The Late Cord Lights From The Wheelhouse / 2007 Joanna Newsom Joanna Newsom & The Ys Street Band E.P. / 2008 Animal Collective Water Curses / 2009 Animal Collective Fall Be Kind / 2010 Girls Broken Dreams Club / 2011 James Blake Enough Thunder / 2012 Burial Kindred / 2013 Nguzunguzu Skycell / 2014 Evian Christ Waterfall / 2015 Kelela Hallucinogen / 2016 Vince Staples Prima Donna / 2017 Kamasi Washington Harmony Of Difference / 2018 boygenius boygenius / 2019 TNGHT II / 2020 Fred again.. Actual Life / 2021 India Jordan Watch Out! / 2022 Two Shell Icons / 2023 Aphex Twin Blackbox Life Recorder 21f / in a room7 F760 / 2024 Little Simz Drop 7 ∎