2025/ Clips internacionales

Kim Gordon regraba “BYE BYE”, del álbum “The Collective” (2024), para reemplazar la letra original con una amplia lista de palabras favoritas de Donald Trump. “Mental health, electric vehicle, Gulf of Mexico, energy conversion, gay, bird flu, trauma, women”, etc. La música es similar. El blanco y negro del clip, codirigido por la bajista y Vice Cooler, remite al imaginario de “Subterranean Homesick Blues” (1965), de Bob Dylan, al rotular los vocablos en carteles que Gordon va dejando caer al suelo. La cantante se pronuncia a favor de la diversidad, la equidad y la inclusión. Surgida de la escena no wave neoyorquina de los años ochenta con Sonic Youth, ya entonces hervía de indignación contra Ronald Reagan. Coherencia, estilo y perseverancia. Miquel Queralt

La inclasificable creación para “Red Terror”, con la participación de Eddie Alcazar, un director apegado a la rareza, se sirve del stop motion combinado con VFX para presentar un universo de pesadilla telúrica en que la que un niño se ve violentamente poseído por una explosión rojiza del subsuelo. Se puede entender este relato como una parábola del Terror Rojo etíope, un período de represión política aterradora que tuvo lugar en el país africano entre 1976 y 1977. Nuevas preocupaciones que el canadiense explota bajo la alucinada carcasa de un Alcazar que se sirve de su experiencia como desarrollador de videojuegos y que se nutre especialmente del imaginario gore y serie B por el que suele interesarse desde una perspectiva enrarecida y poco dada a la complacencia con el gran público. Marc Muñoz

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John Maus vuelve y, claro, el Apocalipsis también. “I Hate Antichrist”, primer adelanto de su nuevo disco “Later Than You Think” (2025), suena a teólogo poseído por un sintetizador ochentero. Tres minutos de odio ritual, sample del FBI incluido, y un vídeo animado de Andrew Norman Wilson para el estudio Papacubec, donde un aquelarre de magnates, obispos, políticos, militares e influencers bailan hacia su condena. Natalie Mering (Weyes Blood) fue una de las intérpretes que dieron cuerpo a esos falsos salvadores. Maus convierte su regreso en una misa sanguinaria electrónica, un acto de trance y confrontación sobre la falsa promesa de redención que atraviesa el mundo moderno. Ana Dara Peña Giraldo

Saoirse Ronan protagonizó este año el primer clip del clásico de Talking Heads, “Psycho Killer” (1977). Realizado por Mike Mills –no el bajista de R.E.M, sino el director de otros clips para The National o Pulp–, además de lo refrescante que siempre resulta escuchar la música del cuarteto neoyorquino, lo que más llama la atención de esta historia genialmente dramatizada –existen otras dos filmaciones clásicas, si bien en directo: las del programa británico “The Old Grey Whistle Test” (1978) y en la peli “Stop Making Sense” (Jonathan Demme, 1984)– es que su disconforme protagonista es una mujer cuyo comportamiento emocional contrasta con la de un psicópata de verdad siendo los personajes cotidianos que la rodean quienes se comportan con frialdad. José Manuel Caturla

Suena la aguja y una guitarra anuncia el tono melancólico que va a marcar “luther”, empezando por el sample que la sustenta, “If This World Were Mine” de Luther Vandross. Kendrick mira al suelo cabizbajo y se sumerge mentalmente en una de sus características baladas mientras contrapone ritmos trap con floridos arreglos orquestales, y SZA se suma después para desdoblar el protagonismo del rapero, armonizar y completar la caricia soul de la canción. Los dos se han querido, e intentan ahora rehacer sus vidas junto a nuevos amores (la cantante Annahstasia y el modelo Geron McKinley) en la zona liminal de lo cotidiano. Pero el recuerdo y la nostalgia les arrasan, y el deseo se impone con la contundencia de un edificio brutalista. Diego Rubio

El clip de “Beth’s Farm” arranca como una postal bucólica de un granjero –interpretado por el propio músico inglés– cuidando de sus animales. Sin embargo, pronto la firma del principal autor asume el control manifestándose con una serie de extrañezas que siembran el desconcierto. El giro fantástico se recrudece cuando el preocupado granjero lanza un disparo de fogueo y su proyectil, al impactar en un solitario árbol, hace saltar de este al personaje que interpreta Emma Stone. La caligrafía del autor de “Canino” (2009) se filtra no tanto en la estética del vídeo sino en la construcción de un relato cortocircuitado por lo imprevisible. Un trabajo que teje puentes con “Langosta” (2015) y permite hasta interpretaciones en clave simbólica más allá de asistir a su sorprendente desarrollo. Marc Muñoz

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Pocas canciones y videoclips de Little Simz rezuman tanta inglesidad: los ecos de Madness, The Streets, Lilly Allen o Amy Winehouse resuenan en esta oda a la eterna juventud como un estado mental, con ese punto de díscola acracia tan suburbial. También puede entenderse que se está ciscando en el edadismo de la sociedad actual, por el personaje que interpreta, bajo dirección de Dave Meyers, habituado a trabajar con mujeres que se mueven entre el R&B, el hip hop y el pop en tecnicolor (Missy Elliott, Janet Jackson, Katy Perry), y quien ya le había dirigido el clip de “Gorilla” (2023). Esta es su versión más divertida y punk. Carlos Pérez de Ziriza

Hemos visto este relato infinidad de veces: obras y videoclips han explorado la fuga hacia delante de hombres heridos en una América de percepción icónica que circunda en paralelo a la carretera. Aun así, el trabajo de Stuart A. McIntyre para “People Watching” de Sam Fender emociona, sobre todo por un Andrew Scott en estado de gracia. Tras brillar en la serie “Ripley” (2024), encarna a un hombre marcado por la pérdida materna que emprende un viaje catártico por moteles, bares y carreteras, encontrando desconocidos que le recuerdan el placer de vivir. Incluso ofrece breves momentos bailables a lo Samuel T. Herring. Un trotamundos que halla consuelo en la ternura que le profesan extraños a lo largo de su viaje. Marc Muñoz

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Publicado como segundo presagio de “Forever Howlong” (2025), “Happy Birthday” es un artefacto de stop motion con alma de fábula antigua. Dos aves huyen por el bosque mientras los cazadores les pisan los talones. Fotograma a fotograma, Lesley-Anne Rose, animadora y directora británica conocida por su método artesanal, modela arcilla, tela, madera y papel con la paciencia de un monje y la iluminación de un pintor. Como en otras referencias del género –“White Winter Hymnal” (Fleet Foxes) o “Ready, Able” (Grizzly Bear)–, la materia cobra vida con un pulso espectral. En este pasaje de Black Country, New Road, la voz de Tyler Hyde al frente aborda las diferencias generacionales. Una plegaria para tiempos sin consuelo. Ana Dara Peña Giraldo

“Abracadabra”, tercer sencillo de “Mayhem” (2025), recupera la teatralidad que convirtió a Lady Gaga en icono pop hace más de una década. Dirigido por Gaga, Bethany Vargas y coreografiado por Parris Goebel, el videoclip es un desfile de ballroom, vogueing y coreografías de altura: un dance or die que parece salido de un cruce entre “Paris Is Burning” “y “RuPaul’s Drag Race”. La protagonista aquí no es Gaga, sino Mistress Of Mayhem, uno de sus viejos alter ego rescatado de los fantasmas de “The Fame Monster” (2009) o “Born This Way” (2011). Un gancho electropop en el que la nostalgia es un arma de doble filo: en su intento por reencontrarse con la Gaga que reinventó la cultura pop, roza también el déjà-vu de su propio mito. Marta España

El espíritu de David Lynch prevalece y prevalecerá. Lo lynchiano se seguirá invocando. Lo pone en evidencia un videoclip cuyo protagonista le debe su caracterización a “El hombre elefante” (1980). No es la única referencialidad de un trabajo que deja absorto. Una sorpresa intimidante, tanto por la envergadura de la producción y la originalidad impresa como por la estimable ejecución a cargo del dúo responsable. Si Lynch y Lanthimos son referencias consumadas, no serían las únicas empleadas: Ken Levine y su diseño steampunk en la saga “Bioshock” (Ken Levine, 2007-2016) o esos drones que parecen salidos de otra saga gamer, “Half-Life” (Valve, 1998-2020). Un hallazgo maravilloso. Marc Muñoz

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No debe ser fácil contribuir a uno de los avatares visuales más excepcionales de las últimas décadas. Los realizadores Nadia Lee Cohen y Charlie Denis asumen la responsabilidad de extender el sello visual del músico irlandés desde un pivote reconocible. El clip presenta afirmaciones tanto de la iconografía propia de Richard D. James como de la ciudad de Los Ángeles. Empieza con la imagen de un rude boy con un dólar con la cara de George Washington pintarrajeada como un payaso. El tándem de realizadores se apropia de códigos estéticos y plásticos de Chris Cunningham y sus universos enajenados en un clip que no solo rompe con la creatividad anquilosada del presente, sino que suma valor al catálogo visual del artista de Limerick. Marc Muñoz

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El dúo israelí Heymann-Muggia es capaz de insertar su surrealismo distintivo entre las más variopintas obras y exigencias. Aquí lo formula con una Carpenter lanzada a un road trip. Un salto de coche en coche (o aquello que se le parezca) para vivir aventuras al lado de hombres ridículos y torpes. Para darle un encaje visual de altura, la dupla realizadora plantea situaciones disparatadas prácticamente a golpe de frame: desde la inclusión de un tiburón en la piscina de un motel a una partida de billar con escopetas recortadas o camionetas sostenidas en un poste eléctrico de una carretera secundaria. Tan solo tres ejemplos de estas galería de escenarios y personajes extravagantes que diseña con impecable pericia la pareja responsable. Marc Muñoz

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James Mackel y Carlos Acosta diseñan este artefacto visual que sirve como homenaje explícito a la cultura negra ochentera y noventera. Empieza como una sitcom tipo “El príncipe de Bel-Air”. Por sus acartonados sets, y bajo estética televisiva, se mueve Doechii rodeada por otros personajes. Un cúmulo de situaciones referenciadas en la letra tiene lugar en esta casa mientras mantiene una sincera conversación –la misma lírica de la canción– con una voz en off fuera de plano. En un momento dado esa representación toma un giro cuando cae la cuarta pared y Doechii se enfrenta a la audiencia en plató y a sus risas macabras. Es también cuando el clip pasa del raíl televisivo a uno más cinematográfico con un cambio de formato y una transición elegante. En este breve último tramo, la artista de Florida sigue revelando sus confesiones más íntimas en esta suerte de consultorio televisado, pero ahora lo lleva a cabo mediante un double dolly shot –o trávelin flotante– que popularizó Spike Lee. Por si no fuera suficiente el alarde técnico y estético enseñado hasta ese punto, la obra termina con una explosión sin apoyo de CGI. Marc Muñoz

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El vídeo de James Mackel escenifica la ansiedad que perturba a la rapera. No importan los logros cosechados; la desazón se le presenta como ese inoportuno visitante que la paraliza. El recorrido circular presenta distintas viñetas en el interior de una casa que simbolizan las distintas manifestaciones que puede adquirir esta alteración mental. Unos SWAT entrando por la ventana, un bombero indiferente ante un fuego en la cocina, una mesa de personajes Blumhouse que la miran de forma algo perturbada, chicas que le apartan la mirada o maquilladoras y estilistas que la avasallan después de empotrarse contra un cristal de la cuarta pared. En este recorrido por el interior de la casa hay también un explícito homenaje al one hit wonder de Gotye con esa pareja mimetizada con la pared. Tras subir la intensidad de esa pesadilla doméstica, la cantante logra salir al exterior, pero sin atisbo de tregua. Es ahí donde empiezan unas fastuosas coreografías callejeras que inciden de nuevo en esa aprensión y sensación de angustia y ahogo provocada por la ansiedad. Todo el recorrido finaliza con el mismo plano del arranque. Marc Muñoz

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