
“En mi sueño, cae una lluvia violenta de fuego y sangre y el mundo se abre como una herida en la tierra”, dice un soldado con el corazón lleno de oscuros presagios en la primera historia de “Monica”. El pesar que invade al soldado antes de la batalla funciona casi como una música ominosa que tiñe el tebeo, quizá el más misterioso de Daniel Clowes. Un poco al estilo de “Fabricar historias” (2012), de Chris Ware, las nueve historietas independientes que componen “Monica” forman una especie de retrato fractal de una mujer a la que seguimos a lo largo de su vida en algunas de las historias y perdemos de vista en otras, abriendo así interrogantes en los que reside buena parte del disfrute de una obra que reclama la participación activa del lector para rellenar huecos y trazar correspondencias.
Clowes inscribe las historias en géneros clásicos del cómic, saltando del horror truculento de la EC al noir criminal, el bélico o los tebeos románticos. No es un juego nuevo para el dibujante, ya que remite al baile de máscaras formal de “Ice Haven” (2005) y “El Rayo Mortal” (2004). Pero aquí el gesto cobra otro significado, tal vez porque todo en “Monica” va precisamente de dotar de sentido un relato de vida incompleto, marcado por el abandono infantil. Igual que la protagonista busca dar significación y objetivo a los hechos sobrenaturales, accidentes y éxitos inesperados que le han sucedido, el lector intenta encajar las piezas de las diferentes historias en un puzle de vidas rotas, sectas decadentes, psicofonías radiofónicas y terrores sin nombre.
En el fondo, todo está en una portada donde, en lugar de uno de los retratos frontales que tanto le gustan, Clowes nos muestra el rostro de Monica de perfil, enmarcado por un fondo de estrellas y planetas: en un mismo plano, el horror cósmico y una vida cualquiera. “Después de una vida de fantasías, es muy duro descubrir que no eres nadie especial”, se dice en la última historieta, pero nada es tan simple como parece en “Monica”, una fascinante odisea existencial que pide varias lecturas y donde el autor se muestra esta vez imperial como dibujante, libre de las irregularidades de “Paciencia” (2016), quizá por volver a un imaginario más familiar. Seguramente las muertes recientes de su madre y su hermano y de amigos íntimos, a los que “Monica” está dedicado, tienen que ver con el lúgubre estado de ánimo de la obra. Xavi Serra
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Las etiquetas cómic “experimental” o “de vanguardia” resultan discutibles en tanto que engloban obras muy distintas entre sí: convencionalmente se han relacionado con los cómics abstractos o antinarrativos, pero María Medem cuenta historias más o menos ortodoxas en su estructura narrativa. La trama de “Por culpa de una flor” es clara. Su relato, lineal y perfectamente comprensible sin demasiados esfuerzos. Pero más allá de eso Medem está especialmente interesada en la atmósfera, en los estados de ánimo y en la representación de lo invisible. Su objetivo es influir en los lectores de un modo profundo, que va más allá de narrar una peripecia y aborda lo puramente sensorial. Destaca su cualidad sinestésica: sus imágenes huelen a tierra húmeda y a romero, suenan como el trino de los pájaros o el rasgueo de una guitarra y calientan como el sol al amanecer. Como hizo García Lorca con su poesía o como hacen Maria Arnal i Marcel Bagés con su música, Medem echa raíces en la cultura popular –la verdaderamente popular: las canciones tradicionales, el cante jondo, los cuentos orales– y toma de su barro la materia prima. Pero con ella da forma a una obra futurista. Gerardo Vilches
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En su primera obra maestra, “Los surcos del azar” (2013), Roca tuvo la intuición de elegir como metáfora para los vencidos en la Guerra Civil una tumba que visitaba el protagonista. Una tumba individual, con un nombre. Justo lo que falta a los más de cien mil fusilados en fosas comunes por toda España, un tema que aborda aquí junto con el periodista Rodrigo Terrasa a partir de las fosas de Paterna. La alternancia entre pasado y presente, los trabajos de exhumación, pretende tanto la reconstrucción histórica como divulgar las necesidades actuales de los familiares. Pocos temas tan duros para tratar en arte. De hecho, es una de las escasas obras que se han atrevido. Roca se vuelca con todo su saber artístico: viñetas diagramáticas muy pregnantes para los datos sobre la represión, atención exquisita al gesto, el diálogo y el detalle visual. La solidaridad humana, afirmó Richard Rorty, no se alcanza mediante la “reflexión”. Debe ser creada a través de la IMAGINACIÓN, para que podamos ver a extraños como compañeros que sufren. Pero esa no es una tarea para la teoría, añadió, sino para el reportaje periodístico, el docudrama, la novela... o el cómic. Cómics memorables como este. Pepo Pérez
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A César Sebastián había que perseguirlo entre redes sociales y antologías fanzineras valencianas para tenerlo presente y vislumbrar que su línea de bordes elegantes y marcado estilismo podía hacerle asomar la cabeza entre toda una nueva ola de dibujantes treintañeros. El plot twist ha sido ver cómo para su primera obra de muchas páginas se ha lanzado a pecho descubierto hacia las raíces. Sebastián no pasa por Seattle ni Montreal, sino por Sinarcas, el pueblo de donde proviene su familia. De allí surge la semilla que hace crecer a un narrador nunca identificado en la recta final de la vida. Un narrador que rememora su niñez y juventud en la España rural de hace sesenta años, lejos en kilómetros y décadas del desarrollismo de las grandes ciudades y los pueblos con playa, pero, sobre todo, a una distancia inabarcable de la nostalgia acomodaticia y la relectura a lo “Cuéntame”. Por proximidad y tradición, podría haber recurrido al esperpento berlanguiano para aligerar las alforjas de un viaje temporal de autoaceptación sin indulgencia. En vez de eso, el dibujante valenciano se decanta por la sinceridad de la tierra abierta, la piedra sin encalar y la madera reseca al aire. Alex Serrano
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Relato veraz de un personaje imaginario (Alison Porter), crónica de la escena artística de Londres en los ochenta y noventa y ejercicio de sutileza narrativa. Plantea una bildungsroman sobre una joven inocente alienada por un matrimonio convencional y aquejada de ese “problema que no tiene nombre”, que conoce a un sofisticado artista londinense 27 años mayor. Este le propone llevarla a Londres a vivir la bohemia y convertirse en artista. El efecto Pigmalión dirige la relación, con una Alison que se emancipa de su male gaze. Gerardo Vilches
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Es una pena que nos hayamos perdido a Kominsky-Crumb (1948-2022) de promo por España para presentar sus obras completas. Una obra en su mayor parte inédita en castellano, en un volumen recopilatorio con material desde los setenta hasta 2018. A juzgar por cómo hablaba de su madre en “Crumb” (1994), el documental de Terry Zwigoff sobre su compañero de vida, Robert Crumb, las entrevistas podían llegar a ser la monda. Nos quedan las historietas de Callo, el mote que se puso para reírse de quienes le habían afeado su físico alguna vez. Isabel Guerrero
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Una vez terminada, esta saga de Sattouf se asemeja a una parábola donde los recuerdos de infancia en Siria y el fatal desenlace de la guerra civil en el país proporcionan a su autor una catarsis personal y artística. Viñetas próximas a la caricatura, con ese humor que le quita toda pretenciosidad, permiten a Sattouf desarrollar de fondo un relato de alta sensibilidad. Algunos de los momentos más entrañables de este cierre corresponden a ambos abuelos, que lo animan de una u otra forma en su ambición de convertirse un día en autor. Vicenç Batalla
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El debut en la novela gráfica de Bea Lema tiene argumentos de peso para llamar la atención: el relato de una familia marcada por el trastorno mental de la madre, Adela, contado en primera persona por la hija. El dibujo remite a la caligrafía íntima de la infancia, aunque resulta preciso y muy técnico en su despliegue de recursos. Destaca la inclusión de bordados, que con su carácter artesanal subrayan la implicación emocional de la autora y alcanzan, por su planteamiento compositivo antirrealista, terrenos atávicos y simbólicos. Gerardo Vilches
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La autora de “Isolada” (2017) entrega un fascinante patchwork de viñetas que captura la cotidianidad de una familia con hija pequeña, a menudo en instantes aislados. Anécdotas corrientes cosidas en un tapiz poético sobre la memoria de nuestros días, tan comunes como irrepetibles. El enfoque, tendente a lo cómico, y el expresivo dibujo en blanco y negro, sofisticadamente “primitivo”, remiten al maestro de esta tradición de cómic autobiográfico, Eddie Campbell, y su “Alec” (1981-2009), que Roberts actualiza con su personal sensibilidad. Pepo Pérez

Hitos pertenece a esa estirpe de autores que encuentran un goce único en el punto donde el lápiz toca el papel, y “Ruido.” encaja en la corriente narrativa de la urgencia y el desastre. Hay una estética brutalista de la ruina que encaja con el protagonista skater que se desplaza de aquí para allá en su tabla, integrado en la ciudad pero, al mismo tiempo, agredido por ella. Las cubiertas del libro, flexibles y de color verde fosforito, evocan el hecho de que sus protagonistas son chicles… que es otra manera de decir que son dibujos. Gerardo Vilches
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Un endiablado entramado de giros argumentales desde su génesis como extraña peripecia de trío sexual sobrevenido. Es ciencia ficción canónica, pero dotada de ese espíritu pocho que ilumina obras como “Primer” (Shane Carruth, 2004) o “Los cronocrímenes” (Nacho Vigalondo, 2007). Hay más de Nathan Fielder que de Lynch en esta obra, algo que me hace albergar esperanzas en el futuro del cómic norteamericano. Pablo Ríos
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Tras terminar sus estudios universitarios, Beaton había contraído una deuda de préstamos. Para pagarlos, decide ir al este de Canadá y buscar trabajo en las explotaciones petrolíferas, lugares en los que se explota tanto el medioambiente como la fuerza de trabajo. La autora despliega sus recuerdos de forma directa, prescinde de la voz narradora o los cartuchos de texto, prefiriendo mostrar a explicar. Gerardo Vilches
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Zapico culmina su novela gráfica más ambiciosa: más de mil páginas, sumando los cuatro tomos, centradas en la revolución de la cuenca minera de Asturias en 1934. Hijo él mismo de la cuenca, recupera la memoria de unos acontecimientos pasando de lo histórico a lo mitológico con total naturalidad, en una conclusión de altos vuelos en la que entrega las mejores páginas de su carrera. Gerardo Vilches
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Harkham viaja a Los Ángeles de los setenta para meternos en la vida de Seymour, un montador de películas que busca el éxito como autor en un entorno de cine de género y viejas glorias, rematado por el verismo que le aportaron horas de conversación con el director Joe Dante. La fusión de lo real y lo realista resuena como relato intenso de la lucha por una gloria que ya no existe. Alex Serrano
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La autora y protagonista comparte recuerdos de una infancia y adolescencia atribuladas por los misterios de la maternidad, que la llevan a formular a tierna edad un determinante deseo: negarse a ser una mujer. Lectura divertida, nutritiva y muy necesaria para los que dudan de la necesidad del feminismo o coquetean con los discursos reaccionarios. Isabel Cortés
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La coreana Keum Suk Gendry-Kim, autora de “Hierba” (2017), vuelve a entregar una obra impactante y dolorosa, atravesada de arriba abajo por la historia de su país. De las “casas de consuelo” donde el ejército japonés prostituía a chicas coreanas durante la Segunda Guerra Mundial pasamos ahora a la separación de las dos Coreas, trauma nacional que “La espera” conjuga en su dimensión personal y política. Xavi Serra
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Una visita a Nueva York supone el rencuentro de dos amigas separadas por los estudios, pero, en el fondo, es la constatación del principio del fin de una amistad. Notable pieza del puzle que las primas Tamaki van construyendo a su ritmo y compás sobre los trayectos vitales, la identidad y lo íntimo. Puro bedroom pop dibujado, formalmente gozoso e intelectualmente conmovedor. Alex Serrano
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Remite a una cita de Moebius sobre la ruptura de las reglas narrativas clásicas. Aquí las cosas tienen un significado literal y tautológico: un pato antropomórfico es un pato antropomórfico. En el incansable periplo del protagonista, que busca superar nivel tras nivel para ganar el juego, se intuye una visión de la realidad. Lo real es pura ilusión y la percepción da forma a las cosas. Gerardo Vilches
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Un perro se da un paseo, se encuentra con una horca e intenta suicidarse. Así arranca la apabullante saga de Cornelius, un can antropomorfo con cara de no haber roto nunca un plato. Un Torices al servicio de sus obsesiones personales vertebra su obra con un ojo puesto en el angst formal de Chris Ware y otro en el disparate juguetón de Olivier Schrauwen. Pablo Ríos
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La canadiense Geneviève Castrée (1981-2016) dejó una rutilante estela de talento. El abuso psicológico infantil en casa hay que encararlo. Arranca con una difícil pregunta expresada en su “miniyo” literal que se cuestiona acerca de lo innato y lo adquirido. La culpa y la vergüenza afloran en una secuencia donde las raíces atrapan al bebé, luego niña, que manifiesta la desesperada necesidad de escapar del clan. Isabel Guerrero
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El terror se había alejado del gótico decimonónico, pero hoy vivimos un sugerente neogoth. En él podemos ubicar las obras de González. “El pájaro y la serpiente” compone una narración levemente lynchiana de hermanas tan unidas como confrontadas, hombres ausentes y románticas escenografías. Páginas cartesianas, colores mortecinos y sombras imposibles dibujan un paisaje turbador. Octavio Beares

La ley en Florida obliga a los exconvictos condenados por delitos sexuales a vivir a más de 300 metros de cualquier lugar donde pueda haber niños. Se juntan en pequeñas comunidades aisladas. “Contrition” parte de este dato para construir un thriller de narración fracturada y tempo controlado. La tensión y la oscuridad que supura la obra se deben sobre todo a su fabuloso, opresivo y detallista dibujo. Octavio Beares

La precariedad laboral es un tema recurrente en las narrativas contemporáneas, un viscoso fango en el que se sumerge Candela Sierra. “Rotunda” le ha valido el V Premio València de Novela Gráfica y la autora respalda el galardón con una solidez sorprendente para un debut, con un estilo gráfico original que destaca por prescindir de la línea y emplear una gama cromática no naturalista y muy expresiva. Gerardo Vilches
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Entre el ejercicio de estilo y el alarde gráfico, Jordan Crane plantea una historia centrada en la pérdida. Cómo esta despierta momentos del pasado cerrados bajo llave y la forma en que agrieta la seguridad de lo cotidiano son las líneas maestras que permiten a Crane una brillante recreación emocional. Una obra inmisericorde en lo que cuenta elevada por un altísimo nivel visual y narrativo. Alex Serrano

A partir de una sucinta distopía, Ana Oncina sigue la senda de los clásicos de la ciencia ficción y usa el futuro para reflexionar sobre temas de ahora. Juega al extremo en un relato que añade aislamiento físico para lo íntimo y realidad virtual para todo lo demás. Desde ahí, reflexiona sobre los mitos y realidades del amor romántico y las parejas perfectas predestinadas a estar juntas (o no tanto). Alex Serrano
1999 Seth La vida es buena si no te rindes / Adrian Tomine Sonámbulo y otras historias / 2000 Osamu Tezuka Adolf / 2001 Art Spiegelman Maus / 2002 Suehiro Maruo La sonrisa del vampiro / Peter Milligan & Mike Allred Fuerza-X / 2003 Christophe Blain Isaac el pirata: 1. Las Américas / 2004 Chris Ware Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo / 2005 Charles Burns Agujero negro / 2006 Jaime Hernandez Locas / 2007 Emmanuel Guibert, Didier Lefèvre & Frédéric Lemercier El fotógrafo. Tomo 3 / David B. La Ascensión del Gran Mal 6 / 2008 Alison Bechdel Fun Home. Una familia tragicómica / 2009 Chris Ware Catálogo de novedades ACME / 2010 Joe Sacco Notas al pie de Gaza / 2011 Joyce Farmer Un adiós especial / 2012 Shintaro Kago Reproducción por mitosis y otras historias / 2013 Paco Roca Los surcos del azar / 2014 Chris Ware Fabricar historias / 2015 Richard McGuire Aquí / 2016 Carlos Spottorno & Guillermo Abril La grieta / 2017 Olivier Schrauwen Arsène Schrauwen. Edición integral / 2018 Emil Ferris Lo que más me gusta son los monstruos / 2019 Chris Ware Rusty Brown / Jaime Hernandez ¿Es así como me ves? Una historia de Locas / 2020 Santiago García & Javier Olivares La cólera / 2021 Lorenzo Montatore La mentira por delante / 2022 Nick Drnaso Clase de actuación ∎